Durante su exposición en el Congreso de la República, para explicar el escándalo del caso del prófugo Martín Belaunde Lossio, el ministro de Justicia Daniel Figallo aseguró que su reunión con la entonces procuradora anticorrupción Yeni Vilcatoma no fue para torcer voluntades.
“Nunca intervine para torcer voluntades para fines innobles”, dijo y agregó que mucho menos lo haría “para generar impunidad”, negando injerencia en el caso conocido como “La Centralita” y haber favorecido a Belaunde Lossio.
Alegó que los audios que se han revelado sobre la reunión con la ex procuradora han sido editados y recortados.
Sobre las reuniones que salieron a luz dijo que solo cumplió con su deber como ministro de Justicia y que ha sostenido múltiples reuniones como procuradores de otros casos.
Sobre el asesor presidencial en temas jurídicos Eduardo Roy Gates, dijo que estuvo en la reunión que sostuvo con Vilcatoma el 15 de mayo porque el caso Áncash era un tema de interés nacional y que el presidente Ollanta Humala tiene interés en conocer los casos de interés nacional y caso La Centralita lo era.
Belaunde Lossio es amigo de Humala y su cónyuge, a quien guarda secretos oscuros, entre ellos los 50 mil dólares que le pagó por una asesoría sin siquiera tener experiencia, desde una empresa de fachada que nunca tuvo utilidades, pese a esto, Figallo aduce que resulta lógico que el Gobierno haya pedido la información relevante al caso, reunión que calificó como "informativa".