El objetivo central del fujimorismo es tomar el poder, ese es su objetivo y lo quieren lograr. Este primer año, su tarea ha estado dirigida a que el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski no realice una buena gestión. Por eso no lo ha dejado desarrollar sus planes de gobierno.

Kenji, a quien hemos visto actuar de otra manera, es creación de algunos asesores que tiene y, sobre todo, es la voz de su padre, porque realmente quien pelea por tomar la conducción es Alberto Fujimori, y por eso encarna lo que viene a ser el fujimorismo duro de los noventa.

Lo que Alberto pretende es tomar el poder de Fuerza Popular, por eso, cuando se da la figura de la sanción disciplinaria, quien sale en defensa de su hijo es él, y demuestra que se encuentra en absoluto dominio de sus cabales. Eso no lo hace una persona que está grave.

Su estrategia, por ahora, es tender puentes, porque quien puede indultarlo es Kuczynski. Además, la salida de Alberto no significa que no vaya a obstruir el gobierno, porque esto es solo una estrategia momentánea.

En consecuencia, en realidad son lo mismo. Ambas facciones son lo mismo, porque en cuanto a los hermanos Fujimori, Kenji y Keiko, no existe una ninguna diferencia de postura ideológica, porque ellos solo se disputan espacios de poder.

Si les preguntan qué opinan del 5 de abril de 1992, de la corrupción del régimen de los noventa, de los delitos que se cometieron, los dos piensan lo mismo. Fujimori es Fujimori, no ha cambiado nada.

“Si les preguntan por el 5 de abril, de la corrupción del régimen de los noventa, los dos piensan lo mismo. No han cambiado”.

La República, 23.07.2017