En lugar de luchar contra la delincuencia, Basombrío persigue a dirigentes sindicales

Al estilo del asesor del exdictador Vladimiro Montesinos, los maestros en huelga son objeto de cobarde represión y campañas sicosociales que pretenden estigmatizarlos asociándolos a la subversión, cuando en realidad el gobierno no está cumpliendo con la promesa electoral de aumento de sueldo a S/ 2,000 desde 2017.

 

represion maestros 16 ago 2017

 

Los profesores que desde distintos puntos del país se encuentran en Lima en huelga y protesta desde hace días, hoy estuvieron en la avenida Abancay exigiendo diálogo y cumplimiento de las promesas presidenciales. Para ello se encontraban portando grandes banderas del Perú en forma pacífica cerca del Congreso de la República, cuando el gobierno desató inclemente represión contra ellos.

Con este crudo invierno, recibieron potentes chorros de agua lanzados por carros rompe-manifestaciones, además de bombas lacrimógenas que incluso dieron en el cuerpo de varios, y palazos.

Paralelamente, la impresentable ministra de Educación Marilú Martens se encontraba respondiendo a los cuestionamientos del Congreso en la Comisión de Educación, donde lo único que hacía era presentar un panorama gaseoso e inflado de su gestión.

Fujimoristas impidieron ingreso de dirigentes a la sesión
El día anterior, la parlamentaria Paloma Noceda, que dirige dicha comisión, había ofrecido a los dirigentes en huelga estar presentes en esta sesión, pero la mayoría de congresistas se opusieron al ingreso de los maestros, encabezados por Carlos Tubino Arias-Schreiber, quien vociferó contra la presencia de los profesores dirigentes.

Poco después comenzaron a sentirse en la sesión las voces de los maestros dentro del Congreso, coreaban lemas contra el veto a su ingreso a la comisión, entre ellos “queremos ingresar”, tras lo cual Basombrío, en su afán de proteger a la ministra incapaz Marilú Martens, comenzó la represión brutal contra los maestros.

La paliza que recibían los profesores interrumpió la sesión y varios parlamentarios pidieron que llamen al ministro del Interior que cese la represión pues estaban arremetiendo contra maestros y los congresistas que salieron, pero la arremetida no se detuvo hasta despejar de maestros la avenida Abancay.

La represión fue brutal y además de golpear por igual a hombres y mujeres, incluso una embarazada que ahora está en riesgo de aborto, detuvieron a varios profesores.