Comentando el desempeño del Instituto Nacional de Estadística (INEI), se presentaron el congresista aprista Mauricio Mulder y el excongresista del PPC Javier Bedoya, entrevistados por Mario Ghibellini en Canal N este lunes.
Llama la atención la apreciación de Mulder, quien, entre otros aspectos, se refirió al escándalo de la violación durante el censo del domingo: “… y después, claro, este tema de la violación… y las cosas que salen, bueno, son accidentes absolutamente lamentables de delincuentes que… de todas maneras, a veces es inevitable…”.
Si se tratase de una tertulia de borrachos podría entenderse, pero que sea un dicho de congresistas, excongresistas y un periodista, sólo revela en nivel al cual se ha desplomado la política y la prensa en nuestro país, pues si Mulder dijo una barbaridad tan grande, en el acto Bedoya y Ghibelini debieron replicar, pero con su silencio admitieron la validez de tal sentencia: que violen en los censos no se puede evitar y además la violación es un “accidente”.
Una violación no es ningún accidente, es un delito y a él pueden contribuir la negligencia de las personas encargadas de velar por la seguridad de las potenciales víctimas.
¿Cómo es posible que para Mulder una violación durante un censo sea inevitable? Claro que pudo y siempre podrá evitarse. Simples medidas como entrevistar sólo en la puerta ayudarían. También, enviar dos entrevistadores a zonas peligrosas, un hombre y una mujer o dos hombres, pues ahora los hombres también pueden ser violados por homosexuales agresivos.
Otras medidas pudieron ser complementadas con otras, como recabar un mapa del crimen del ministerio del Interior, para redoblar la atención en esas zonas, pero aparte del INEI, esto parece que tampoco le importó al cantinflesco ministro del Interior, pues él debió también anticiparse.
La catadura de Mulder y Bedoya explican por qué nada hicieron cuando debieron legislar para imponer mayores penas a los violadores, pues por tratarse de mayores de 18 años, contando beneficios y otros aspectos podrían salir en libertad rápidemente.
Tampoco hicieron nada para fiscalizar al Poder Judicial para pedir cuentas por las sentencias blandas, por debajo de lo que la ley manda, a los violadores. Ya sabemos lo que interesa a los apristas cuando se trata del Poder Judicial. Nunca tampoco pidieron cuentas al Poder Ejecutivo por su inacción en la captura que lleve a la prisión de proxenetas. ¡Cómo no, si hasta legisladores vinculados con el proxenetismo ha habido en el Congreso!
El Congreso ha sido un favorecedor de violadores y proxenetas y la situación parece que cambiará poco con sujetos como estos.
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