Jaime Yoshiyama Tanaka, según el fiscal José Pérez, fue el más importante operador de Fuerza 2011 (hoy Fuerza Popular) para la gestión, recibo, disposición y ocultamiento del millón 200 mil dólares cuya entrega confirmó la corrupta constructora Odebrecht para apoyar la campaña presidencial 2011 de Keiko Fujimori.

En la sexta sesión de la audiencia sobre la prisión preventiva contra la jefa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori y 10 de sus presuntos cómplices, el juez Richard Concepción puso en debate la participación de Yoshiyama en el caso, como el cuarto integrante de una lista de 11.

El fiscal Lava Jato, José Pérez, luego de superar una leve afección a la garganta que lo dejó sin voz por un rato, lo acusó de integrar la organización criminal lavadora de dinero, constituida por KFH dentro del partido Fuerza Popular.

Gestor, receptor y ocultador

Y le atribuyó que, con conocimiento de su jefa KFH, cumplió el papel de solicitador, receptor y ocultador del primer medio millón de dólares que Jorge Barata, de Odebrecht, le habría entregado entre octubre y noviembre de 2010, en efectivo, dentro de un maletín de gimnasio, en la casa del exministro fujimorista Efraín Goldemberg, en San Isidro.

Las pruebas

Como pruebas, Pérez mostró los registros legales de dos contactos telefónicos entre su celular personal y el de Jorge Barata, la confirmación de la justicia brasilera de la anotación en la agenda electrónica de Marcelo Odebrecht, sobre su orden a Barata de aumentar a Keiko 500 (US$500 mil).

Además, la declaración judicial del mismo Odebrecht, confirmando esa orden y responsabilizando a Barata sobre su ejecución y el amplio testimonio, también judicial, del propio Barata, de haber cumplido esa tarea.

Pitufeo en Lima y Tarapoto

Sobre el papel de Yoshiyama en el ocultamiento del dinero, Pérez presentó una larga lista de testimonios de testigos y colaboradores de Tarapoto y Lima sobre cómo fueron convencidos para que prestaran sus nombres a fin de que FP justificara el dinero recibido, fraccionando su traslado al sistema bancario.

Yoshiyama, utilizó principalmente a sus familiares y amigos empresariales para dividir el dinero “negro” e introducirlo a las cuentas de FP en el Scotia Bank.

Su brazo derecho fue su sobrino Jaime Yoshiyama Sasaki, quien a su vez se apoyó en su amigo Giancarlo Bertini y en el mensajero de éste, Daniel Mellado Correa, quien ya ha confesado que depositó casi medio millón de dólares en el Scotia, suplantando a distintas personas.

Peligro de fuga

El fiscal remarcó que Yoshiyama es presunto autor del delito de lavado de activos en las modalidades de conversión y ocultamiento, en grado agravado, por lo que recibiría una probable pena de 13 a 16 años.

Aunque tiene una residencia eso, en su caso no es garantía de arraigo familiar porque no tiene hijos menores y solo vive con su esposa.

Esto se agrava porque antes del 10 de octubre, cuando ordenó su detención preliminar, salió del país hacia Estados Unidos, desde donde no ha regresado hasta hoy arguyendo que está en el post operatorio de uno de sus ojos, y no tiene fecha fija para hacerlo.

Solo accionista

Tampoco tiene arraigo laboral porque es accionista de las empresas Kuresa S.A. y St. Gallen S.A., por lo que podría abandonar el país al tener los recursos suficientes para hacerlo y gran conocimiento del mundo por sus 282 viajes a distintas partes.

Pérez está convencido de que la alta pena probable que se impondría a Yoshiyama puede impulsarlo a no retornar más al Perú.

También dedujo alta capacidad del investigado para destruir, modificar, ocultar, suprimir o falsificar elementos de prueba e influir para que coimputados y testigos informen falsamente o se comporten de manera desleal o reticente.

Esto porque ha sido miembro fundador, parte del CEN y asesor de Fuerza Popular con suficiente poder para obstruir a la justicia.

Obstaculizador

También porque durante el allanamiento de su domicilio a principios de este año obstaculizó el ingreso de las autoridades, trató de ocultar partes centrales de computadoras y un archivo de la campaña electoral de 2011.

Sin embargo, Pérez destacó una especie de treta de Yoshiyama, ante una denuncia periodística de fraude en la gran rifa de la campaña 2011. Él denunció un supuesto robo contra su domicilio en el que los supuestos ladrones se llevaron precisamente la computadora en donde tenía toda la documentación sobre la rifa.

Algo más

Pero, rápidamente se desentendió del seguimiento a la denuncia y no dio facilidades ni información a la policía para que investigara el tema.

 

Elmer Olórtegui
Diario Uno, 30.10.2018