¿Quién pagó tantos buses que desfilaron ayer llevando gente hasta la marcha contra el presidente Pedro Castillo? No lo sabemos, pero no parece ser una marcha de indignados, sino de gente que cómodamente exige que la trasladen y tal vez algo más, como se vio en otras marchas seudoespontáneas, donde daban dinero o taper a cada persona.
Buena parte de los buses llevaron a vecinos del distrito limeño de Surco, entre otros. Se vio un número considerable de jubilados.
Cuando los manifestantes quisieron sustraer una reja, la Policía intervino para impedirlo, y fue agredido por los manifestantes, quienes lo lanzaron al piso y lo golpeaban con patadas y palos, por lo cual tuvo que ser auxiliado por sus compañeros, quienes alejaron a los violentos sujetos.
Otros desadaptados manifestantes agredieron a la Policía Montada e hicieron caer a un caballo.
Fue evidente que los manifestantes provocaron el desorden para después aparecer como “víctimas” de la Policía.
Los antisociales se enfrentaron a la Policía en la avenida Abancay, donde fueron controlados con gases lacrimógenos.
No buscan luchar contra la corrupción sino un nuevo gobierno de rateros
Los manifestantes y sus voceros claman por nuevas elecciones. Sin embargo, ninguno de ellos planteó mayores restricciones legales para que no postulen sujetos investigados o denunciados por graves delitos, pues antes de unas nuevas elecciones, si se quiere evitar la corrupción, es necesario maximizar las restricciones contra sujetos que estén procesados por toda clase de delitos dolosos y culposos.
