Operan albañil en obra tras 10 horas de estar atrapado en construcción ilegal


Municipalidad de Lima y ministerio de Trabajo no inspeccionaron la obra


Un albañil permaneció atrapado en una obra de construcción ilegal  por unas 10 horas, hasta que lcerca de las ocho de la noche los cirujanos comenzaron la amputación de sus pies, única alternativa para extraerlo con vida.


El accidente ocurrió tras el derrumbe de unos bloques de cemento que servían como base, los cuales cedieron por no haberse respetado las normas técnicas.

El improvisado quiròfano
Unas cuatro horas después de tratar de rescatarlo, los bomberos pidieron a los padres del obrero Luis Alberto Carrera, de 24 años, su autorización para amputarle ambos pies, pero éstos rechazaron la operación. Por momentos el herido daba angustiosos alaridos que escarapelaban a los presentes y sacudían a sus familiares.

Al transcurrir las horas y viendo que era imposible extraer a su hijo, cerca de las ocho de la noche dieron su consentimiento y los cirujanos del hospital Dos de Mayo comenzaron a cercenar ambos pies en un toldo improvisado en la zanja de unos tres metros de profundidad en la cuadra 4 del jirón Tarata, Barrios Altos, Cercado de Lima.

Después de unos 40 minutos, finalmente los galenos terminaron la proeza de operar en condiciones tan difíciles, en medio de escombros y tierra. Carrera fue conducido a la ambulancia en medio de aplausos y voces de la muchedumbre que  se agolpó en el lugar y lo llamaba por su nombre.

La historia de siempre: el ministerio de Trabajo y la municipalidad llegan después de la tragedia

Miguel Carrera, padre del accidentado

La obra ya había sido clausurada en febrero, pero tras dos meses la municipalidad de Lima ni el ministerio de Trabajo supervisaron el acatamiento de la disposición de paralización.

Es una muestra más de la ineficiencia de la gestión de Luis Castañeda Lossio y del ministerio de Trabajo, pese a que el número de inspectores ha crecido considerablemente.

Lamentablemente estas constructoras burlan la ley conociendo la incapacidad de estas instituciones obligadas a controlarlos. El saldo siempre es el mismo: jóvenes que a falta de trabajo aceptan estas condiciones se convierten en víctimas perdiendo miembros de su cuerpo e incluso la vida.