Tips para una entrevista laboral
Por: Wilfredo Pérez Ruiz (*)
Habitualmente, una entrevista de empleo abarca aspectos más amplios que los conocimientos técnicos y la trayectoria del interrogado. Muchos descuidan este importante asunto y no aprueban los exigentes sistemas de evaluación destinados a conocer al postulante de manera integral. El proceso de selección es más extenso, interesante y pormenorizado de lo que, a simple vista, algunos imaginan.
Por: Wilfredo Pérez Ruiz (*)
Habitualmente, una entrevista de empleo abarca aspectos más amplios que los conocimientos técnicos y la trayectoria del interrogado. Muchos descuidan este importante asunto y no aprueban los exigentes sistemas de evaluación destinados a conocer al postulante de manera integral. El proceso de selección es más extenso, interesante y pormenorizado de lo que, a simple vista, algunos imaginan.
A continuación compartiré ciertas pautas ha considerar en una cita laboral. Infórmese de los antecedentes y desempeño de la empresa a la que solicita la audiencia, a fin de demostrar -en el diálogo que sostendrá- sus conocimientos de la entidad; usar vestimenta adecuada (colores sobrios, modelos clásicos, prendas discretas, pocas joyas, perfumes nada intensos, etc.). Un detalle: El entrevistado al concluir el encuentro entregará su tarjeta, agradecerá la atención ofrecida y al día siguiente escribirá un email dando las gracias. Para ello, usted intercambiará tarjetas con quien lo entrevistó.
Es habitual conocer a expertos que, desde el punto de vista de sus discernimientos, son talentosos. No obstante, existen factores negativos en su actuación que pueden constituirse en una severa traba para acceder al mercado profesional. Es conveniente desarrollar el autocontrol, elevar la autoestima, demostrar seguridad, poseer un perfil positivo, emplear afables modales, desenvolverse con facilidad y empatía, evidenciar nivel cultural, adecuada dicción en su comunicación y cordialidad durante la conversación. No olvide esta expresión: “No existe una segunda oportunidad, para causar una primera buena impresión”.
Hay errores cotidianos que recomiendo evitar. Por ejemplo, presentarse con un mal aspecto, tanto de higiene como de vestuario; no mirar a la persona cuando habla con usted (puede mostrar una débil autoestima o que oculta algo); tener una actitud de indiferencia o pasividad; llegar tarde a la cita; no expresarse de forma clara y cometer errores lingüísticos; asumir un pronunciado interés por el dinero; saludar de una forma fría, distante, con un apretón de manos frágil y temeroso; no responder de forma clara, sino con divagaciones y respuestas ambiguas; no agradecer al final de la reunión el tiempo dedicado; efectuar preguntas ajenas al trabajo; exhibir un estilo soberbio y/o agresivo; hablar mal de otras entidades y/o personas; carencia de tacto, cortesía y modales. Estas son faltas que pueden perjudicarlo.
Un punto esencial: A usted se le creerá la mitad de sus méritos y virtudes, y la totalidad de sus defectos y limitaciones. Cuidado con el uso de adjetivos calificativos, puede parecer inmodesto y pedante. No menos substancial es suponer que las empresas buscan incluir en su equipo a individuos que muestren interés de superación, curiosidades intelectuales, habilidades sociales, capacidades de integración, espíritu solidario, prestancia, adecuada imagen y, además, sólidos valores. Si postula a una compañía seria, organizada y de prestigio tenga la seguridad que estos elementos serán calificados rigurosamente. No le sorprenda que los mecanismos para escrutarlo sean los más variados.
Una amiga postuló a una conocida organización y fue invitada, en la última entrevista, a almorzar con quien sería su futuro jefe. En el almuerzo no se trataron cuestiones de negocios. Era la evaluación relacionada, únicamente, con su grado de desenvolvimiento, cultura y socialización. Salió airosa y terminó contratada gracias a su excelente corrección, grado de desenvolvimiento, capacidad de interacción y comunicación.
Otra herramienta imprescindible es el currículum u hoja de vida. Tenga en cuenta que este no le consigue el puesto, solo la entrevista y es en este instante en donde usted debe evidenciar sus capacidades y recursos. El currículum es el mejor instrumento de marketing con que contamos al buscar una ocupación. Es nuestra tarjeta de presentación y, por lo tanto, nuestra manera de darnos a conocer. Por esta razón, debe elaborarse pulcramente, con minuciosidad y todo lo expuesto estará debidamente acreditado.
Incontables veces dedicamos tiempo en completar nuestra formación, situarnos profesionalmente, cambiar de oficio, sacar el máximo provecho de nuestras carreras. Pero, apenas dedicamos una hora a promocionarnos mediante un par de páginas escritas, creando un buen currículum. Existen detalles que no deben omitirse en su elaboración. No sea muy extenso, no es el recuento de su biografía personal, coloque la información relevante al puesto al que postula; evite palabras rebuscadas que no formen parte de tu léxico habitual, tampoco expresiones demasiado familiares; es invalorable indicar las funciones desempeñadas en orden decreciente; incluya una fotografía formal y a color; escriba en primera persona; solo presentarlo documentado en caso sea requerido en el aviso.
Durante la reunión recuerde que su entrevistador puede ejercer cierto comportamiento distante y frío, no se sienta incómodo. Solo es una estrategia y usted debe recordar que, probablemente, con quien dialoga también ha pasado por igual situación en determinados momentos de su vida. Trate, en los primero minutos, de establecer una relación de humano a humano y no sobredimensione a su interlocutor. Por último, apele a las palabras del escritor norteamericano Mark Twain: “Si respetas la importancia de tu trabajo, éste, probablemente, te devolverá el favor”.
(*) Expositor de etiqueta social del Instituto de Secretariado ELA y la Corporación Educativa Columbia. Docente y consultor en protocolo, imagen personal y etiqueta. http://wperezruiz.blogspot.com/ - http://www.facebook.com/wilfredoperezruiz
Es habitual conocer a expertos que, desde el punto de vista de sus discernimientos, son talentosos. No obstante, existen factores negativos en su actuación que pueden constituirse en una severa traba para acceder al mercado profesional. Es conveniente desarrollar el autocontrol, elevar la autoestima, demostrar seguridad, poseer un perfil positivo, emplear afables modales, desenvolverse con facilidad y empatía, evidenciar nivel cultural, adecuada dicción en su comunicación y cordialidad durante la conversación. No olvide esta expresión: “No existe una segunda oportunidad, para causar una primera buena impresión”.
Hay errores cotidianos que recomiendo evitar. Por ejemplo, presentarse con un mal aspecto, tanto de higiene como de vestuario; no mirar a la persona cuando habla con usted (puede mostrar una débil autoestima o que oculta algo); tener una actitud de indiferencia o pasividad; llegar tarde a la cita; no expresarse de forma clara y cometer errores lingüísticos; asumir un pronunciado interés por el dinero; saludar de una forma fría, distante, con un apretón de manos frágil y temeroso; no responder de forma clara, sino con divagaciones y respuestas ambiguas; no agradecer al final de la reunión el tiempo dedicado; efectuar preguntas ajenas al trabajo; exhibir un estilo soberbio y/o agresivo; hablar mal de otras entidades y/o personas; carencia de tacto, cortesía y modales. Estas son faltas que pueden perjudicarlo.
Un punto esencial: A usted se le creerá la mitad de sus méritos y virtudes, y la totalidad de sus defectos y limitaciones. Cuidado con el uso de adjetivos calificativos, puede parecer inmodesto y pedante. No menos substancial es suponer que las empresas buscan incluir en su equipo a individuos que muestren interés de superación, curiosidades intelectuales, habilidades sociales, capacidades de integración, espíritu solidario, prestancia, adecuada imagen y, además, sólidos valores. Si postula a una compañía seria, organizada y de prestigio tenga la seguridad que estos elementos serán calificados rigurosamente. No le sorprenda que los mecanismos para escrutarlo sean los más variados.
Una amiga postuló a una conocida organización y fue invitada, en la última entrevista, a almorzar con quien sería su futuro jefe. En el almuerzo no se trataron cuestiones de negocios. Era la evaluación relacionada, únicamente, con su grado de desenvolvimiento, cultura y socialización. Salió airosa y terminó contratada gracias a su excelente corrección, grado de desenvolvimiento, capacidad de interacción y comunicación.
Otra herramienta imprescindible es el currículum u hoja de vida. Tenga en cuenta que este no le consigue el puesto, solo la entrevista y es en este instante en donde usted debe evidenciar sus capacidades y recursos. El currículum es el mejor instrumento de marketing con que contamos al buscar una ocupación. Es nuestra tarjeta de presentación y, por lo tanto, nuestra manera de darnos a conocer. Por esta razón, debe elaborarse pulcramente, con minuciosidad y todo lo expuesto estará debidamente acreditado.
Incontables veces dedicamos tiempo en completar nuestra formación, situarnos profesionalmente, cambiar de oficio, sacar el máximo provecho de nuestras carreras. Pero, apenas dedicamos una hora a promocionarnos mediante un par de páginas escritas, creando un buen currículum. Existen detalles que no deben omitirse en su elaboración. No sea muy extenso, no es el recuento de su biografía personal, coloque la información relevante al puesto al que postula; evite palabras rebuscadas que no formen parte de tu léxico habitual, tampoco expresiones demasiado familiares; es invalorable indicar las funciones desempeñadas en orden decreciente; incluya una fotografía formal y a color; escriba en primera persona; solo presentarlo documentado en caso sea requerido en el aviso.
Durante la reunión recuerde que su entrevistador puede ejercer cierto comportamiento distante y frío, no se sienta incómodo. Solo es una estrategia y usted debe recordar que, probablemente, con quien dialoga también ha pasado por igual situación en determinados momentos de su vida. Trate, en los primero minutos, de establecer una relación de humano a humano y no sobredimensione a su interlocutor. Por último, apele a las palabras del escritor norteamericano Mark Twain: “Si respetas la importancia de tu trabajo, éste, probablemente, te devolverá el favor”.
(*) Expositor de etiqueta social del Instituto de Secretariado ELA y la Corporación Educativa Columbia. Docente y consultor en protocolo, imagen personal y etiqueta. http://wperezruiz.blogspot.com/ - http://www.facebook.com/wilfredoperezruiz