Casos de la vida real. Aprenda y cuídese.
A raíz de la crisis venezolana, el gobierno peruano cumple órdenes serviles de ejecutar algunas acciones que contribuyan con la caída del gobierno de Venezuela, por ejemplo, hacer que sea notoria la migración de venezolanos que salen de su país, con los cuales estamos cargando por el solo hecho de ser opositores a Maduro, abriéndoles la frontera en forma indiscriminada y, aunque no se puede generalizar, muchos de ellos son delincuentes o gente de mal vivir.
Que sean o no opositores no es de nuestra incumbencia, debemos dejar que ellos resuelvan sus problemas. Lo que nos debe interesar es que la lacra social venezolana sea echada de nuestro país, que es pobre y no atiende bien a los peruanos necesitados, quienes deben ser la prioridad. Pero tenemos a los medios presentando historias de pena de venezolanos, instando a ayudarlos, apelando al buen corazón de los peruanos que los socorren, pero muchos de ellos son verdaderos parásitos de rapiña dispuestos a robar y asesinar a quien les tendió la mano. No por gusto fueron expulsados a golpe y fuego de Brasil. El Perú carga con unos 700 mil venezolanos mientras los Estados Unidos no quiere recibir 5 mil centroamericanos.
No sólo eso, parte de esta gente primitiva realiza prácticas asquerosas de santería, que es brujería africana que arrastran desde la época de la esclavitud, muy común en Cuba, Venezuela y otros países centroamericanos, torturando y degollando aves para realizar ritos con su sangre, en la creencia de que así conseguirán bienes, marido y lo que deseen.
Los casos presentados son en parte conocidos a través de la prensa y otros recopilados por Con Nuestro Perú:
Caso 1
Jorge Luis Soto Arango, de 21 años, fue asesinado por un venezolano en una gresca en Lircay, Huancavelica. A raíz del crimen, el pueblo expulsó a todos los venezolanos.
Caso 2
Limeño sexagenario, vive solo. Una venezolana joven se le insinuó y él aceptó convivir, mejor dicho, mantenerla. Semanas después los vecinos veían que el limeño ya no salía de su vivienda, sino que la mujer entraba y salía con un hombre venezolano. Preocupados, un día que la venezolana salió con su verdadera pareja venezolana, llamaron a la puerta. Al no tener respuesta avisaron a la Policía, que encontró al hombre dopado y maniatado. Por supuesto, se habían llevado todo, dejaron el departamento totalmente vacío. De no ser por los vecinos, el hombre podría haber muerto.
Caso 3
Pequeño comerciante gastronómico exitoso en un mercado de Lima contrata a venezolana, la cual le hace creer que tiene interés sentimental en él y consigue todas las recetas, además coloca a dos ayudantes venezolanos más. Pasan unos meses y un día cuando el limeño llega a su negocio los venezolanos lo botan, por lo que va a aclarar el caso con la administración del mercado y le responden que antes de que venza el plazo los venezolanos dijeron que él ya no quería continuar, sino que los venezolanos tomaban el alquiler y firmaron el nuevo contrato. Como si fuese poco, se robaron sus enseres de trabajo. Un peruano más sin trabajo a causa de la invasión venezolana.
Caso 4
Pareja adulta mayor. Lima. Conmovidos por la situación de los venezolanos, alquilan un cuarto a una pareja de ese país. Pasan las semanas y la vecindad ve que la pareja limeña ya no salía de su casa, sólo veían que estaban viviendo unos diez venezolanos allí. Un día una vecina intrigada logra escabullirse dentro de la casa y pregunta a la pareja por qué ya no sale. Le responden que no pueden porque están secuestrados por los venezolanos. Indignados los vecinos, se armaron con palos, casi 100 personas, y decidieron romper la puerta y echar por la fuerza a los invasores venezolanos. De no ser por ello hasta podrían haberlos desaparecido.