Cada año, el sector del e-learning incorpora innovaciones que mejoran la accesibilidad y que garantizan la calidad de los contenidos disponibles.
El mercado educativo está en plena expansión. El futuro (y el presente) pasa por la formación en línea: el nacimiento de nuevas instituciones educativas completamente digitales y la conversión de otras en centros híbridos donde se imparte de forma presencial y por medio de la red, hacen presagiar será el momento de la consolidación del e-learning. Las novedades tecnológicas y el uso de la inteligencia artificial (IA) acompañan este crecimiento: este será el año del tutor inteligente, de los recursos personalizados para el aprendizaje autónomo del estudiante y de los sistemas antiplagio «Las innovaciones en e-learning vendrán ligadas a intentar que los estudiantes sean más autónomos, es decir, potenciar lo que llamamos self-regulation. Debemos ayudar a los estudiantes a tomar conciencia del tiempo que tienen y distribuirlo de forma efectiva para llegar a los objetivos y adquirir las competencias que se les piden en los programas educativos en los que se matriculan» explica David Bañeres, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y miembro del grupo SOM del IN3.
Y este no será el único avance previsto «La otra innovación está relacionada con los recursos de aprendizaje» continúa Bañeres «La manera de aprender de los estudiantes de hoy en día es muy diferente de la de hace diez años. Básicamente, está muy influenciada por la tecnología y las redes sociales; por lo tanto, el e-learning debe adaptarse a este modo de aprendizaje. Diversas modalidades, como la utilización de vídeo combinado con recursos tradicionales con texto, sistemas de autoevaluación o el uso efectivo del móvil como plataforma de aprendizaje pueden mejorar radicalmente el rendimiento académico y la satisfacción de los estudiantes».
Tras las mejoras de la formación en línea, destaca el trabajo que hacen las universidades por ir más allá de la digitalización del material existente, el esfuerzo, en este sentido, se centra en ofrecer recursos personalizados, cada vez más ricos en instrumentos visuales, táctiles, inmersivos, sociales y exploradores «Justamente es otra de las innovaciones que veremos: ofrecer diferentes recursos de aprendizaje en función de las preferencias de los estudiantes. A un estudiante le gustará más el formato vídeo, a otros el texto, y habrá otros estudiantes a quienes les guste el podcast», dice el profesor de la UOC.
IA para personalizar la educación, evitar los suspensos y crear profesores robots
Llegar a él depende, en gran medida, de los avances en inteligencia artificial (IA) aplicada a la formación en línea, otro campo sobre el que ya se progresa gracias a los sistemas de recolección y uso eficiente de datos. «Estos datos van desde los académicos (notas, asignaturas matriculadas, rendimiento, estudios previos), hasta los no tan académicos, como el uso del campus, el acceso a los recursos de aprendizaje o la interacción con otros usuarios. En función de los datos que se obtengan, pueden modelarse sistemas más o menos efectivos de recomendación y tutorización», explica el especialista de la UOC, que clasifica los sistemas basados en IA en los tres tipos:
1. Sistemas de coaching para ofrecer recomendaciones personalizadas. Algunas instituciones los están implementando para recomendar a los alumnos qué estudios deben cursar o en qué asignaturas deben matricularse a partir de sus preferencias.
2. Sistemas de detección de estudiantes en riesgo. A partir de los datos académicos actuales ya pueden desarrollarse modelos de detección de estudiantes en riesgo, es decir, con las notas y con las acciones que los estudiantes realizan en los cursos puede predecirse si van a superar una asignatura o no.
3. Sistemas de aprendizaje adaptativo. Su objetivo es emular la figura de un profesor en todos los sentidos, es decir, responder preguntas, recomendar recursos de aprendizaje o actividades para practicar un tema en concreto y evaluar automáticamente las actividades hechas por los alumnos.
Se consolida el lifelong learning (aprendizaje a lo largo de la vida)
Pasaron los tiempos en los que las personas cursaban un grado y ahí acababa su formación. El mercado exige una actualización permanente casi en cualquier sector profesional, pero en muchos casos no hay tiempo para combinar trabajo, familia, ocio y estudios. La formación en línea ha venido a resolver este problema: contenidos personalizados, calidad garantizada, herramientas accesibles, tutores inteligentes, sistemas antiplagio… Según el informe de Statista E-learning y educación digital. Estadísticas y hechos, los usuarios de formación en línea valoran, en primer lugar, que les evita desplazarse presencialmente a una institución educativa. En segundo lugar, agradecen la flexibilidad que ofrece en cuanto a horarios de estudio, dado que el acceso a los cursos está disponible 24 horas al día los 7 días de la semana.
Otro aspecto que sigue favoreciendo el auge del e-learning es que permite profundizar en ámbitos profesionales o especialidades concretas por medio de módulos que no se encuentran en otras modalidades formativas, y también que se realiza en un espacio colaborativo. Gracias a la formación en línea los alumnos pueden interactuar unos con otros haciendo del aprendizaje un proceso socialmente interactivo, que amplía sus posibilidades de networking y facilita la comunicación intercultural.
Por su parte, una investigación de la Open University (Reino Unido) añade otra ventaja más: la formación en línea es más respetuosa con el medioambiente que la convencional, pues consume un 90 % menos de energía que las metodologías basadas en el «cara a cara» y estima que la cantidad de CO2 emitida por estudiante desciende hasta un 85 %.
Por último, el auge del e-learning está relacionado con el desarrollo de herramientas tecnológicas cada vez más accesibles y amigables. En este sentido, aunque el ordenador sigue siendo la herramienta más empleada, los estudiantes a distancia acceden a los cursos por medio de otros dispositivos móviles, ya sea tableta o teléfono inteligente, haciendo cada vez más uso del m-learning o mobile learning por las posibilidades que ofrece para formarse en el tiempo libre en casa, en el descanso del trabajo o cuando viaja en transporte público.