Un tumulto policial agitó a la selección peruana de fútbol y la hinchada apostada en la entrada del hotel madrileño donde se hospedaban, el cual terminó con el arquero Pedro Galese y otros miembros del equipo en la comisaría.
La policía intervino sin realizar las averiguaciones y coordinaciones previas sobre la concentración de hinchas y los jugadores, pues todo apunta a que fueron los policías lo causantes del desorden.
Estando los hinchas en el lugar los policías comenzaron a caldear los ánimos arranchando banderolas a los aficionados, como si eso fuese un peligro.
Poco después, cuando miembros del equipo, que habían llegado en un bus, saludaban a la hinchada, algunas personas pugnaron por tomarse fotos con los futbolistas, hecho que bastó para que los policías arremetan a empujones.
Un policía empujó el brazo al Yoshimar Yotún para que no se acercara a la gente y éste reaccionó de la misma forma. Entonces Pedro Gallese salió en defensa de su compañero.
Gallese fue jaloneado, hecho que atizó la trifulca y el arquero quedó con su casaca rota. “Queremos saludar a la gente y nos comenzaron a meter puñete”, dijo.
El más perjudicado fue Pedro Galese, pues mientras que los futbolistas usaban ropa deportiva roja, él, por ser arquero estaba vestido con otro color, gris. Entonces al parecer los policías lo jalonearon pensando que era un hincha, pese a que estaba tranquilo.
Al ver el trato que daban a Galese, otros miembros del equipo gritaban que era también un jugador, pero los policías continuaron en su actitud de un sostenido forcejeo, causando con eso mayor caos.
La batahola terminó con Galese y otros en la comisaría. Un miembro del equipo técnico resultó con una herida en la rodilla.
A la comisaría llegaron miembros del consulado peruano y finalmente los jugadores se retiraron sin levantar cargos.
El asunto terminó avanzada la madrugada, con la consiguiente mala calidad de sueño, pues debieron permanecer varias horas en la comisaría, hecho que atenta contra el buen estado que deben mantener los jugadores a horas de jugarse el parido con Marruecos.
Un cuerpo policial profesional no debe arremeter contra una multitud sin enterarse previamente de lo que tiene que hacer e identificar a los participantes. Es lamentable esta improvisación, pues además no es nada difícil determinar la forma de actuar cuando hay hinchada esperando acercarse a los deportistas.