Gracias a mis profesores
Jorge Manco Zaconetti
El próximo 12 de mayo la UNMSM cumple un año más de vida institucional, es más vieja que la misma república, pues su acta de fundación data en 1551 mediante cédula real promulgada por el Emperador Carlos V; él mismo que era gobernante también de Alemania, de los Países Bajos (Holanda), el sur de Italia con el reino de Nápoles, de América del Norte los estados actuales de California, Texas, Arizona, Nueva México, Florida hasta el sur de Chile, más las Filipinas entre los principales dominios del imperio español. ¡Como decía en su reino nunca se ponía el sol!
Al principio la UNMSM funcionó en los claustros del Convento del Santísimo Rosario de Santo Domingo, Lima
Desde su fundación la historia de la Universidad de San Marcos siempre ha estado identificada en la defensa de los altos intereses nacionales, allí se forjó el pensamiento liberal por la independencia de 1821, participó activamente en la defensa de Lima sobre todo en la batalla de Miraflores de enero de 1881 contra el invasor chileno, donde su rector, decanos y estudiantes estuvieron en la segunda división del llamado “Ejército de la Reserva” en los reductos, ejército formado por civiles ante la emergencia nacional por el dictador Nicolás de Piérola.
La universidad ha sido siempre un “nido de inquietudes” en la defensa de las causas justas, y las reivindicaciones populares como la lucha por la jornada por las 8 horas de trabajo, su oposición manifiesta a las dictaduras criollas; la renovación en la enseñanza con la reforma universitaria desde 1919 con el objeto de democratizar los claustros sanmarquinos, y la promoción de la participación estudiantil en el gobierno universitario con la cátedra paralela para superar el anquilosamiento intelectual impuesto por la aristocracia guanera.
Carlos V (Rubens) promulgó la cédula real de fundación de la UNMSM
Pero en especial, por la coyuntura presente interesa recordar la defensa del petróleo, las jornadas contra el infame “Laudo de la Brea y Pariñas” y la apuesta por la soberanía energética. Al respecto la Universidad jugó un rol importante en la denuncia de los abusos de la transnacional “International Petroleum Company”, filial de la Standard Oil del grupo Rockefeller, miembro de las poderosas 7 Hermanas que explotaba indebidamente los campos petroleros de Talara.
En verdad, son tantos los profesores y en general sanmarquinos que se han identificado con la defensa del petróleo, cuestionando en la base el infame “Laudo de la Brea y Pariñas” que otorgaba privilegios exclusivos a la International Petroleum Co, (IPC) vigentes hasta octubre de 1968 con la nacionalización impuesta por el general Juan Velasco Alvarado.
En tal sentido quiero rendir un sentido homenaje a los profesores que ejercieron una notable influencia en mi formación sanmarquina desde1970, cuando como “cachimbo” ingresé en sus aulas primero en el llamado “ciclo básico” de Oxford, que no tenía nada que ver con la universidad inglesa, sino que eran los locales industriales de la zapatería de marca Oxford ubicada en la esquina de la Av. Venezuela con la Av. Tingo María, donde se dictaban los cursos.
La UNMSM es pontificia por bula firmada por el papa San Pío V el 25 de julio de 1571
Alí estudiamos los ingresantes de 1970, 1971, 1972, 1973 en improvisadas aulas de una antigüa fábrica de zapatos con el objeto de evitar contaminarnos de las ideas comunistas que dominaban en la recién inaugurada Ciudad Universitaria de San Marcos. Como toda restricción de las ideas en plena dictadura militar, el llamado ciclo básico formativo fue un fracaso, y las grandes movilizaciones estudiantiles permitieron anulación del ciclo básico y el paso directo a las facultades, como era el deseo de las mayorías estudiantiles.
Así siendo un joven de 22 años pasé a estudiar a la facultad de Derecho y Ciencias Políticas en 1974 donde tuve la oportunidad y suerte de conocer a dos magníficos profesores que además de abogados eran también economistas: Luciano Castillo y a su esposa doña María Cabredo de Castillo.
Las enseñanzas del doctor Luciano Castillo influyeron grandemente en mi formación no solamente por su gran experiencia política y su pensamiento socialista identificado con la defensa de los intereses de los trabajadores y consumidores. Sobre todo su defensa indeclinable por la soberanía energética con otro sanmarquino Alfonso Benavides Correa.
Como político y diputado Luciano Castillo en los años treinta del siglo pasado fue un contemporáneo de José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre, es más participó en el APRA cuando era todavía un frente de clases. Deportado por la dictadura de Luis Sánchez Cerro en 1932, exilado en México fue profesor fundador de la facultad de economía de la universidad de dicho país la UNAM, y asesor económico del general Lázaro Cárdenas en la nacionalización del petróleo (1939), expropiando a las empresas norteamericanas los hidrocarburos del golfo de México.
En sus clases de las doctrinas económicas y de derecho financiero era un lujo tenerlo de profesor, y fue para mí todo un sescubrimiento el pensamiento económico y político de Carlos Marx al cual nuestro profesor leía en alemán. En especial recuerdo sus exposiciones sobre el primer libro “Contribución a la Crítica de la Economía Política” de 1859 y sobre todo el texto de la Introducción a la Crítica de la Economía Política, que era una síntesis del aporte de Marx en relación a los economistas clásicos como Adam Smith y David Ricardo, donde se demostraba el carácter histórico del capitalismo y las leyes económico naturales que rigen su funcionamiento.
En tal sentido uno de los primeros libros que estudié siendo alumno fue el texto de Paul Baran “Economía Política de Crecimiento” marxista norteamericano donde se exponían las diversas teorías del desarrollo económico, en especial me llamó la atención sus tesis sobre el excedente real, potencial y planificado. El problema de los países subdesarrollados no era la falta de ahorro y de capital, sino la descapitalización a la que se ven sometidos los países coloniales y neocoloniales mediante una serie de mecanismos como la “fuga de capitales” y las remesas de utilidades, con una sobrexplotación de la fuerza de trabajo.
Allí nació mi pasión por estudiar economía en una facultad que era todo un referente a nivel nacional e internacional. En tal sentido la Facultad de Ciencias Económicas controlada por grupos de izquierda tuvo la oportunidad de acoger en su seno a una serie de profesores investigadores argentinos (Héctor Maletta), chilenos (Jorge Dabat), bolivianos como Ñuflo
Chávez Ortiz que ejercieron una decisiva influencia en mi formación académica.
La Casona
ÑUFLO CHAVEZ
En especial recuerdo al profesor y político boliviano Ñuflo Chávez que había sido protagonista de la revolución democrática del 9 de abril de 1952 que llevó al poder al MNR (Movimiento Nacional Revolucionario), siendo vicepresidente de Víctor Paz Estenssoro, luego ministro de Asuntos Indígenas impulsando una agresiva reforma agraria y más tarde ministro de Energía y Minas en dicho país.
Tuve la oportunidad de ser su alumno y asistente de cátedra en las aulas sanmarquinas hacia 1976/1978 en los cursos de historia del pensamiento económico y seminario de tesis, y gracias a su apoyo y recomendación pude ser contratado como profesor de economía en 1980. Al igual que recibí el apoyo de otro gran profesor sanmarquino, especialista en metodología y filosofía como Álvaro Mendoza Diez que estimulaba la investigación contrastando siempre la teoría con la realidad.
De Ñuflo Chávez recuerdo sus clases de Economía Política donde la recomendación más valiosa fue la lectura directa, sin intermediarios de los grandes economistas como Quesnay, Adam Smith, Ricardo, Walras, Marshall, Keynes, Schumpeter, evitando los manuales introductorios que muchas veces deformaban el pensamiento original de los autores.
Con la experiencia de haber sido gobierno y con las consecuencias de la expropiación a los llamados “barones del estaño boliviano” como los Patiño, Aramayo, Hochschild que tenían palacios en París y Londres producto de las ganancias mineras, me recomendaba:
“Nunca te pelees con el capital y los capitalistas pues los van a necesitar cuando la izquierda sea gobierno”. Ello como producto del boicot al cual fue sometido la economía boliviana, y la caída de la producción del estaño que permitió más tarde que empresarios peruanos explotaran la rica mina de San Rafael en Puno, dando origen a la empresa minera Minsur del grupo Brescia, que desplazó la producción del vecino altiplánico.
Las expropiaciones y nacionalizaciones tienen un alto costo económico y político más aún en un sistema económico globalizado donde se garantiza la inversión extranjera a través de una serie de tratados, acuerdos internacionales, con leyes de rango constitucional. Por ello se debe negociar estratégicamente con las grandes empresas los compromisos de inversión y transferencia de tecnología preservando los intereses nacionales.
Diario Uno, 11.05.2024