Víctor García Toma y la excarcelación a terroristas
Por Juan Sheput
Juan Pablo II decía que uno de los instrumentos del demonio son las instituciones. Para evitar que el pecado sea visto como "individual" se suele usar a las "instituciones". Siendo así, la inspiración de la falta cae, convenientemente, sobre una entidad colectiva y el verdadero culpable pasa desapercibido, pontificaba el Santo Padre.
Por Juan Sheput
Juan Pablo II decía que uno de los instrumentos del demonio son las instituciones. Para evitar que el pecado sea visto como "individual" se suele usar a las "instituciones". Siendo así, la inspiración de la falta cae, convenientemente, sobre una entidad colectiva y el verdadero culpable pasa desapercibido, pontificaba el Santo Padre.
Siempre he creído que la aureola de magistrado objetivo e independiente que rodea al Dr. Víctor García Toma, es un generoso regalo de sus amigos. La verdad es que, en los hechos concretos, siempre ha sido funcional a su partido, el APRA, lo cual es fácil de demostrar si se revisan no sólo sus declaraciones sino las sentencias que ha emitido en ejercicio de sus funciones.
El día de ayer, el Dr. García Toma, Ministro de Justicia del dr. García, ha indicado que sería bueno precisar que sería bueno que el ex presidente Alejandro Toledo precise por qué se aprobó el D.L 927 durante su mandato.
Bueno, el Dr. García Toma parece que ha olvidado convenientemente que él, como magistrado del Tribunal Constitucional, fue uno de los que dictaminó la necesidad de modificar el marco legal al amparo de la exigencia de la Corte Internacional de Derechos Humanos. Su legendaria "objetividad" parece haber quedado en suspenso, al igual que su carné aprista, para dar paso a la retórica simplista que busca colocar al ex presidente Toledo como un libertador de los terroristas.
Es una lástima para los que pregonan la objetividad del Dr. García Toma. No es un personaje que diga las cosas clarar y coloque a la ética por sobre sus decisiones coyunturales. No indica que la liberación de Lorie Berenson pudo haberla evitado él, si cuestionaba, el informe del Instituto Nacional Penitenciario, INPE, pero no lo hizo. Si hubiera actuado en contra del imaginario popular que indica que a Alan García lo rodean secretarios y se hubiera comportado como un Ministro de Estado, pues simplemente la señora Berenson no estaría en libertad. Nos hubiera gustado escuchar al Dr. García Toma hablar sobre la importancia del Derecho e ilustrar al país en el sentido que las sociedaddes, en su evolución, dejaron de lado la venganza y la ley del Talión para sancionar y también recuperar a aquellos que cometen una falta, pero no fue así.
El señor García Toma ha decidido subirse al carro de aquellos que conocen la Constitución "por encimita nomás" como el Premier Javier Velásquez Quesquén o Rafael Rey. Está en su derecho. A mí al menos no me llama la atención. Su actuación política en desmedro de la verdad es una señal de la descomposición ética del actual gobierno.
Bueno, el Dr. García Toma parece que ha olvidado convenientemente que él, como magistrado del Tribunal Constitucional, fue uno de los que dictaminó la necesidad de modificar el marco legal al amparo de la exigencia de la Corte Internacional de Derechos Humanos. Su legendaria "objetividad" parece haber quedado en suspenso, al igual que su carné aprista, para dar paso a la retórica simplista que busca colocar al ex presidente Toledo como un libertador de los terroristas.
Es una lástima para los que pregonan la objetividad del Dr. García Toma. No es un personaje que diga las cosas clarar y coloque a la ética por sobre sus decisiones coyunturales. No indica que la liberación de Lorie Berenson pudo haberla evitado él, si cuestionaba, el informe del Instituto Nacional Penitenciario, INPE, pero no lo hizo. Si hubiera actuado en contra del imaginario popular que indica que a Alan García lo rodean secretarios y se hubiera comportado como un Ministro de Estado, pues simplemente la señora Berenson no estaría en libertad. Nos hubiera gustado escuchar al Dr. García Toma hablar sobre la importancia del Derecho e ilustrar al país en el sentido que las sociedaddes, en su evolución, dejaron de lado la venganza y la ley del Talión para sancionar y también recuperar a aquellos que cometen una falta, pero no fue así.
El señor García Toma ha decidido subirse al carro de aquellos que conocen la Constitución "por encimita nomás" como el Premier Javier Velásquez Quesquén o Rafael Rey. Está en su derecho. A mí al menos no me llama la atención. Su actuación política en desmedro de la verdad es una señal de la descomposición ética del actual gobierno.