Lima: ciudad rehén de las empresas constructoras
Por Juan Sheput
Una entrevista a Humberto Lay, que publica hoy Perú 21, confirma la percepción que tuve al leer otra entrevista al mismo Arquitecto Lay, pero ya hace un mes en El Comercio. Esa percepción es que, a diferencia de los punteros en las encuestas, Lay no necesita de asesores que le preparen papelitos que luego de memorizar recitarán, sin convicción y sin profundidad. Lay, por su propia formación de arquitecto, sabe lo que dice y coincide con lo que venimos sosteniendo en los colegios profesionales de ingenieros y de arquitectos, es decir, que Lima ya no resiste cuatro años más en manos de la corrupción, la improvisación y la falta de planificación.
Una entrevista a Humberto Lay, que publica hoy Perú 21, confirma la percepción que tuve al leer otra entrevista al mismo Arquitecto Lay, pero ya hace un mes en El Comercio. Esa percepción es que, a diferencia de los punteros en las encuestas, Lay no necesita de asesores que le preparen papelitos que luego de memorizar recitarán, sin convicción y sin profundidad. Lay, por su propia formación de arquitecto, sabe lo que dice y coincide con lo que venimos sosteniendo en los colegios profesionales de ingenieros y de arquitectos, es decir, que Lima ya no resiste cuatro años más en manos de la corrupción, la improvisación y la falta de planificación.
Humberto Lay y Luis Iberico son los únicos candidatos que vienen brindando declaraciones de fondo, con planes pensados, con llamados frontales a luchar contra la corrupción, indicando que es necesaria una auditoría al Municipio de Lima, porque todo parece indicar que no hay recursos, hay un sobreendeudamiento y encima de eso, compromisos a futuro concedidos irresponsablemente por Luis Castañeda Lossio que son toda una bomba de tiempo.
Tengo un gran respeto por los abogados litigantes, que ejercen, que son respetables constitucionalistas o juristas, que tienen apego a la ética de la virtud y no la del dinero. Hay abogados de primer nivel y abogados que han hecho de la leguleyada el corazon del "Derecho". En ese sentido Lima no puede seguir en manos de abogados como Castañeda. Ya vemos de lo que son capaces los abogados que quieren cambiar la realidad a fuerza de leyes, en Lima, el Callao o en el gobierno central. A fuerza de leguleyadas son capaces de convertir la Plaza de Armas en una loseta de cemento o la Isla San Lorenzo en un continente de casinos y pollerías.
Lima no resistirá cuatro años más así. Los índices de contaminación matan cinco veces más que los accidentes de tránsito (Lay). Las llamadas soluciones, tipo Metropolitano o Tren Eléctrico no solucionarán nada, es decir el gasto y el sacrificio ha sido en vano (Iberico), con lo cual todo está por hacer. Esto no significa un apoyo tácito a ninguno de los nombrados sino un llamado a todos los ciudadanos para que no nos dejemos engañar, Lima no puede seguir siendo una ciudad rehén de las empresas constructoras, que buscan el beneficio inmediato a costa de nuestro bienestar y nuestra ciudadanía.
Los planes de gobierno municipal de los principales candidatos, que presentó en buen resumen Perú 21, demuestran el fracaso de la gestión de 8 años de Luis Castañeda Lossio. Todo lo que se ofrece en esos planes se ofrecía hace 8 años, con el agregado que se ha gastado centenas de millones de dólares y la situación de Lima es caótica. Estamos peor que nunca.
Iba a titular este post como "La importancia de llamarse Humberto", jugando con el título de una obra literaria, pero habría sido injusto con Luis Iberico. Tanto Humberto Lay como Lucho Iberico merecen una mayor exposición mediática pues tienen los mejores planes hasta el momento. Y la importancia de conocer estos planes es por que así se obliga al resto de candidatos a definir, precisar y a hacer —por qué no—, deslindes con los indicios de corrupción que se ven y huelen en la Municipalidad de Lima. Como decía líneas arriba, la pésima gestión de Castañeda ha traído como consecuencia que nuestro nivel de vida haya disminuído, somos menos ciudadanos gracias a un alcalde que desprecia a los ciudadanos. Y si no me creen esta frase final pregúntenle a los ciudadanos engañados vilmente del caso Comunicore.
Tengo un gran respeto por los abogados litigantes, que ejercen, que son respetables constitucionalistas o juristas, que tienen apego a la ética de la virtud y no la del dinero. Hay abogados de primer nivel y abogados que han hecho de la leguleyada el corazon del "Derecho". En ese sentido Lima no puede seguir en manos de abogados como Castañeda. Ya vemos de lo que son capaces los abogados que quieren cambiar la realidad a fuerza de leyes, en Lima, el Callao o en el gobierno central. A fuerza de leguleyadas son capaces de convertir la Plaza de Armas en una loseta de cemento o la Isla San Lorenzo en un continente de casinos y pollerías.
Lima no resistirá cuatro años más así. Los índices de contaminación matan cinco veces más que los accidentes de tránsito (Lay). Las llamadas soluciones, tipo Metropolitano o Tren Eléctrico no solucionarán nada, es decir el gasto y el sacrificio ha sido en vano (Iberico), con lo cual todo está por hacer. Esto no significa un apoyo tácito a ninguno de los nombrados sino un llamado a todos los ciudadanos para que no nos dejemos engañar, Lima no puede seguir siendo una ciudad rehén de las empresas constructoras, que buscan el beneficio inmediato a costa de nuestro bienestar y nuestra ciudadanía.
Los planes de gobierno municipal de los principales candidatos, que presentó en buen resumen Perú 21, demuestran el fracaso de la gestión de 8 años de Luis Castañeda Lossio. Todo lo que se ofrece en esos planes se ofrecía hace 8 años, con el agregado que se ha gastado centenas de millones de dólares y la situación de Lima es caótica. Estamos peor que nunca.
Iba a titular este post como "La importancia de llamarse Humberto", jugando con el título de una obra literaria, pero habría sido injusto con Luis Iberico. Tanto Humberto Lay como Lucho Iberico merecen una mayor exposición mediática pues tienen los mejores planes hasta el momento. Y la importancia de conocer estos planes es por que así se obliga al resto de candidatos a definir, precisar y a hacer —por qué no—, deslindes con los indicios de corrupción que se ven y huelen en la Municipalidad de Lima. Como decía líneas arriba, la pésima gestión de Castañeda ha traído como consecuencia que nuestro nivel de vida haya disminuído, somos menos ciudadanos gracias a un alcalde que desprecia a los ciudadanos. Y si no me creen esta frase final pregúntenle a los ciudadanos engañados vilmente del caso Comunicore.