Construcciones y muertes: Estado incapaz y acciones necesarias
Urge abrir registro de constructoras e ingenieros negligentes
Una vez más hemos visto a un trabajador morir. Ahora fue en Gamarra, sin que nada haga suponer que estas desgracias tendrán término. La empresa encargada, LK Constructores, no tenía plan de seguridad.
Una vez más hemos visto a un trabajador morir. Ahora fue en Gamarra, sin que nada haga suponer que estas desgracias tendrán término. La empresa encargada, LK Constructores, no tenía plan de seguridad.
LK Constructores recibió este mes multa de ocho mil soles por falta de dicho plan en otra obra de la avenida Hipólito Unanue, informó director regional de Trabajo de Lima y Callao, Carlos Cavagnaro. No obstante, sigue burlando a la autoridad de Trabajo, que, sospechosamente, brinda amnistías con las cuales los malos empleadores cómodamente eluden el pago de las multas.
Estamos ante una burocracia del ministerio de Trabajo que desperdicia recursos y alienta la explotación. ¿De qué sirve que impongan multas si después acuerdan no cobrarlas?
Las municipalidades demuestran ser incapaces también en la supervisión de estas obras, pues deberían trabajar coordinadamente con el ministerio, pero un ministerio que cobre las multas. Debería haber juzgados especializados en realizar juicios sumarios a los funcionarios que resulten con responsabilidad penal en estos hechos y las penas deberían ser siempre de cárcel efectiva, sin posibilidad de reducción.
El Ejecutivo también alentó la precariedad con el silencio administrativo positivo aplicado irresponsablemente para obras de construcción, así, tranquilamente puede darse el caso de que burócratas corruptos reciban coima para no atender el trámite, con lo cual la ley da por autorizada la licencia de construcción vencido el plazo, por más que sea peligrosa. Pese a la alerta del Colegio de Ingenieros no se deroga esta norma.
Para colmo, cuando hay desastres en todo tipo de obras, salen a declarar con todo desparpajo ingenieros que culpan al suelo o a las tuberías de las desgracias, cuando ellos han estudiado precisamente para calcular las posibilidades del suelo y áreas en que trabajan. No hay excusa para estas desgracias, sólo es negligencia.
Es necesario un registro de constructoras e ingenieros negligentes
Una construcción bien diseñada y ejecutada por ingenieros competentes no tiene por qué causar tragedias como estas, que sólo obedecen a un trabajo negligente de los ingenieros, pues en toda obra es obligatoria la presencia diaria de un ingeniero.
Siendo esto así, la ciudadanía y los consumidores tienen derecho de conocer cuáles son las empresas constructoras y los ingenieros que incurren en esta clase de negligencias, de modo que antes de adquirir una vivienda o un local, o contratar a constructores, se pueda verificar si estamos contando con profesionales responsables, lo cual puede significar la vida o la muerte en un país como el nuestro, donde en cualquier momento puede ocurrir un terremoto.
Por ello se debe abrir un registro, que podría estar a cargo del Indecopi, donde se puede consultar por internet los antecedentes de empresas e ingenieros que deberían ya dedicarse a otra actividad, no a la construcción.
Estamos ante una burocracia del ministerio de Trabajo que desperdicia recursos y alienta la explotación. ¿De qué sirve que impongan multas si después acuerdan no cobrarlas?
Las municipalidades demuestran ser incapaces también en la supervisión de estas obras, pues deberían trabajar coordinadamente con el ministerio, pero un ministerio que cobre las multas. Debería haber juzgados especializados en realizar juicios sumarios a los funcionarios que resulten con responsabilidad penal en estos hechos y las penas deberían ser siempre de cárcel efectiva, sin posibilidad de reducción.
El Ejecutivo también alentó la precariedad con el silencio administrativo positivo aplicado irresponsablemente para obras de construcción, así, tranquilamente puede darse el caso de que burócratas corruptos reciban coima para no atender el trámite, con lo cual la ley da por autorizada la licencia de construcción vencido el plazo, por más que sea peligrosa. Pese a la alerta del Colegio de Ingenieros no se deroga esta norma.
Para colmo, cuando hay desastres en todo tipo de obras, salen a declarar con todo desparpajo ingenieros que culpan al suelo o a las tuberías de las desgracias, cuando ellos han estudiado precisamente para calcular las posibilidades del suelo y áreas en que trabajan. No hay excusa para estas desgracias, sólo es negligencia.
Es necesario un registro de constructoras e ingenieros negligentes
Una construcción bien diseñada y ejecutada por ingenieros competentes no tiene por qué causar tragedias como estas, que sólo obedecen a un trabajo negligente de los ingenieros, pues en toda obra es obligatoria la presencia diaria de un ingeniero.
Siendo esto así, la ciudadanía y los consumidores tienen derecho de conocer cuáles son las empresas constructoras y los ingenieros que incurren en esta clase de negligencias, de modo que antes de adquirir una vivienda o un local, o contratar a constructores, se pueda verificar si estamos contando con profesionales responsables, lo cual puede significar la vida o la muerte en un país como el nuestro, donde en cualquier momento puede ocurrir un terremoto.
Por ello se debe abrir un registro, que podría estar a cargo del Indecopi, donde se puede consultar por internet los antecedentes de empresas e ingenieros que deberían ya dedicarse a otra actividad, no a la construcción.