Ni destierro ni exilio forzoso
Por Manuel Alberto Ramy
La iglesia católica como mediadora
En días pasados, durante una sesión del congreso de los diputados de España, el diputado por el Partido Popular (PP) Teófilo de Luis, hizo duras acusaciones a la iglesia de la Isla por su intervención en la excarcelación de más de un centenar de opositores que guardaban prisión. Las acusaciones anudaban a la institución religiosa y al Partido Socialista Obrero Español (PSOE), de gobierno, en un plan de colaboración con el gobierno cubano. Ante tales manifestaciones, la iglesia cubana publicó una nota, reproducida en Progreso Semanal, y anunció mayores informaciones de su parte.
Bajo el título de La Mediación de la iglesia, Orlando Márquez, director de Medios de Comunicación del Arzobispado de La Habana, hoy cumple la promesa y hace precisiones sobre el papel desempeñado por la iglesia católica de Cuba y por el Cardenal y Arzobispo de la capital, Jaime Ortega Alamino, en la liberación de opositores que guardaban prisión. Se trata de un artículo amplio que lleva paso a paso la mediación concluida con la excarcelación de 126 presos.
Les resumo los puntos que, al aportar mayor claridad, desmienten al diputado de Luis y a la premura de algunos periodistas y medios de prensa.
+ “…el cardenal Jaime Ortega, acompañado del canciller de la arquidiócesis monseñor Ramón Suárez Polcari, recibía el 1º de mayo de 2010 a un grupo de esposas de prisioneros cubanos conocidas como “damas de blanco”
+ “Las “damas de blanco” presentaron al cardenal Ortega aquel 1º de mayo las tres demandas que querían comunicar a las autoridades cubanas: 1) Acercar a los presos a sus lugares de residencia, pues algunos cumplían sanción en provincias lejanas; 2) Liberar cuanto antes a los más enfermos, empezando por el preso Ariel Sigler Amaya; y 3) Permitir que sus seres queridos salieran de Cuba, aunque fuera solos, pues era preferible a tenerlos en prisión”.
+ “…en la reunión eran cinco mujeres relacionadas directamente con solo cuatro prisioneros, afirmaron más de una vez que representaban a los 53 que aún quedaban en prisión de un total de 75 sancionados en el año 2003. Esto mismo fue trasmitido por la Iglesia durante el encuentro que el 19 de mayo sostuvieron, por un lado el presidente Raúl Castro, y por el otro el cardenal Ortega y monseñor Dionisio García, arzobispo de Santiago de Cuba y presidente de la Conferencia episcopal cubana”
+ “…el 1º de junio de 2010, la Iglesia anuncia los primeros traslados de presos. Once días más tarde se anuncian nuevos traslados y la primera excarcelación bajo la condición Licencia Extrapenal del más enfermo (semanas después viajó a Estados Unidos). El proceso de mediación, cuyo objetivo era aliviar la situación de los presos y sus familias, comenzaba a dar frutos, y en ese momento España presenta su propuesta de acoger a los excarcelados que deseen trasladarse a aquel país. El 7 de julio, el gobierno cubano comunica a la Iglesia y a España –mientras visitaba la Isla el canciller español– que excarcelará a los restantes 52, y el 8 de julio se anuncian las primeras cinco excarcelaciones de quienes aceptan la propuesta de viajar a España con parte de su familia. Al revisar otros casos fuera de los 53 iniciales, como había dicho, el gobierno cubano excarceló finalmente un total de 126 prisioneros, 114 de los cuales viajaron a España con familiares (a ellos se añadió otro que ya estaba en Licencia Extrapenal), sumando cerca de 800 personas”.
+”… las autoridades propusieron que fuera la Iglesia quien les comunicara su futura excarcelación y la propuesta de viajar a España. El cardenal Ortega personalmente quiso hacer las llamadas y hablar directamente con cada preso –por razones mayores en alguna ocasión delegó en otros la misión de hablar con los reclusos–, quiso escuchar personalmente sus inquietudes, pudo interceder y lograr visitas para los casos que deseaban consultarlo con la familia antes de decidir, pudo bendecirles y desearles lo mejor en la nueva vida que iniciarían en España, si esta era su decisión. Nunca intentó convencer a nadie de emigrar. De los 52, solo 12 dijeron que no deseaban viajar a España, y permanecen en Cuba. Unos pocos preguntaron si viajar era una condición para salir de la cárcel, a lo que el cardenal les respondía que no, y les aseguraba que serían excarcelados posteriormente, como ocurrió”.
+…” Al llegar al aeropuerto los esperaban funcionarios de la Embajada y Consulado españoles quienes les preguntaban si salían de Cuba por voluntad propia y si este era el caso les pedían firmaran una declaración de conformidad, pues España no aceptaba trasladar a ninguno por la fuerza. Todos dieron su consentimiento y firmaron. …Por ello, es incorrecto afirmar que fueron forzados al exilio, u obligados a viajar como condición para no seguir en prisión. Más incorrecto aún es decir que el gobierno cubano y la Iglesia se aliaron para desterrar a estas personas. La mejor prueba contra esta afirmación, quizás, sean los doce que decidieron permanecer en Cuba”.
Hasta aquí los puntos, a mi juicio, más relevantes del artículo publicado hoy en el sitio http://www.palabranueva.net/contens/pag_ultima4.html
Como único comentario me atengo a reiterar que los ex-presos que aceptaron salir de prisión y viajar a España junto a sus familias tomaron una decisión humanamente comprensible, pero que les niega de plano la condición de deportados, como han argumentado algunos. La deportación excluye otra u otras opciones.