Cancillería, club de machistas que debe ser reformado con urgencia

Por Rocío Ferrel

Revisando el personal de la Cancillería se advierte un pronunciado machismo en la designación de los cargos más importantes como una constante inamovible pese a que ya estamos en pleno siglo XXI.

 


Así, tenemos esta situación de las mujeres, según datos del portal del ministerio de Relaciones Exteriores:

-menos del 10% son embajadoras

-menos del 16% tienen rango de ministra

-menos del 23% son consejeras

-menos del 35% son primeras secretarias

-menos del 25% son segundas secretarias

-menos del 31% son terceras secretarias

 

Fabián Novak

Vemos que para la Cancillería peruana la mujer no es digna de representar al país ni apta para ello. ¿Cómo se realizan los ascensos y promociones? ¿Se trata tal vez de un club de masones (que sólo aceptan hombres) que domina la Cancillería?

Esta misoginia no tiene razón de ser porque en la carrera diplomática la mayor parte de personas provienen de carreras de Derecho y Ciencias Sociales, especialidades donde la proporción de hombres y mujeres es más o menos equitativa, con tendencia a la predominancia de mujeres, lo cual no sucede en ingenierías, carreras en las cuales la mujer poco a poco adquiere el gusto y aumenta en proporción. Pero si en Ciencias Sociales y Derecho tiende a haber mayoría de mujeres, ¿por qué no hay mayoría de mujeres en la carrera diplomática?

Calidad

...Luis García Corrochano


Sin duda en la Cancillería hay distinguidos y versados personajes, pero esta discriminación contra la mujer claramente indica que hay alguna clase de favoritismo malsano que impide que las mujeres, tan igual de inteligentes y preparadas que los hombres, no accedan a los cargos más importantes.

Ejemplos claros de que se promueve a sujetos indeseables en lugar de personas calificadas es la presencia en la Cancillería de gente como los traidores: Fabián Novak (ver ¡Novak a su casa!),  y Luis García Corrochano (ver Gobierno chileno habría utilizado escritos de peruanos para su contramemoria), que contradijeron al Tratado de 1929 y sostuvieron públicamente que el punto Concordia se ubica donde lo han cambiado los chilenos,  Fernando de Trazegnies, que firmó la espuria acta de noviembre de 1999 que consagra la traición al Perú en Arica (ver Los escupibles) Jorge Valdez, Carlos Pareja (ver Carlos Pareja ¿embajador en Chile? o Allan Wagner, que ni siquiera es abogado sino ingeniero químico (profesión que nada tiene que hacer con la Cancilleria), quien firmó la infame Acta de Lima para cambiar la historia de la guerra de rapiña chilena en los textos escolares (ver  Wagner: la química de la traición ).

Fernando de Trazegnies

¿Cómo pudieron ascender en la carrera diplomática esperpentos como los citados? ¿A qué mujeres se marginó para encumbrar a estos pestilentes traidores?

Esta situación revela también que en el Perú hay falsas feministas, pues nunca se han pronunciado sobre esta grave discriminación contra la mujer en la Cancillería, que todos los peruanos mantenemos, pese a que en sus ONG las feministas reciben sueldos para defender a las mujeres.

Esperemos que Ollanta Humala no sólo cumpla con su palabra de tener un gabinete ministerial con mayoría de mujeres, sino que corrija esta escandalosa situación que ha llevado a nuestra Cancillería a parecerse a un club de compadres machistas donde el ministro de Relaciones Exteriores dice que las cuatro hectáreas usurpadas por los chilenos en Tacna son del tamaño de su “chacrita”.

...Jorge Valdez

 


¿Dónde están los “machos”, que por ejemplo, nada dicen del nuevo latrocinio que está perpetrando Chile con la causa, el pisco, el pisco sour, el cebiche? Siendo estos robos de origen conducidos por el gobierno chileno, lo mínimo que se esperaba era una protesta ante Chile promovida por la Cancillería peruana, pero tenemos a un Canciller que dice “amén” a un Presidente que dice: “los chilenos se pueden molestar”.

 

...Allan Wagner
...José Antonio García Belaúnde


Una Cancillería debe manejarse como en los países desarrollados, donde se sigue una política de Estado fuerte y de largo plazo,  no como ahora, que se mueve ante los vaivenes temperamentales de un Presidente. Urge una reforma en la carrera diplomática que el nuevo mandatario debe emprender.