Gobiernos equivocados están destruyendo la dignidad de los pobres rurales
Polan Lacki
"De nada sirve intentar ayudar a quienes no se ayudan a si mismos"
"No corregir las propias fallas es cometer la peor de ellas"- Confucio
Ese gran pensador chino ya falleció hace 2.487 años, pero sus sabias enseñanzas, especialmente la segunda de éstas, aún no llegaron a ninguno de los gobiernos de los países de América Latina. Durante más de cinco décadas todos ellos (independientemente de que hayan sido de derecha o de izquierda, civiles o uniformados, dictatoriales o supuestamente democráticos) han cometido el mismo y grave error. Todos han derrochado, y siguen derrochando, elevados montos de recursos públicos en acciones paternalistas, bajo la atractiva y cautivante denominación de "programas de erradicación de la pobreza rural". Los resultados han sido decepcionantes, pues en vez de erradicar dicha pobreza más bien están perpetuándola y hasta estimulándola. Entre otras razones, porque a los "beneficiarios" de esos programas les resulta mucho más cómodo ganar sin trabajar y sin producir, que tener que trabajar y producir para poder ganar.
En vez de desarrollar las capacidades de los pobres rurales para que sepan trabajar y producir con mayor eficiencia y productividad, los gobiernos prefieren seguir engañándolos con migajas, que los transforman en “pidientes” quienes, muy rápidamente, se vuelven irrecuperables para la vida productiva y generadora de riquezas. Con tal procedimiento los gobiernos están produciéndoles un daño irreversible porque están destruyendo, en vez de fortalecer y desarrollar, la voluntad y la capacidad de esas familias rurales de generar más ingresos como consecuencia de un trabajo más eficiente y más productivo. Es decir, los gobiernos mientras se quejan de que sus presupuestos son insuficientes y nos cobran cada vez más impuestos para mantener una burocracia parasitaria e improductiva, están cometiendo la incoherencia de derrochar dichos impuestos en la promoción del anti desarrollo, porque están adoptando una medida muy eficaz para destruir la dignidad de los pobres rurales. Al destruirla están transformando a personas potencialmente productivas y solucionadoras de problemas en personas improductivas y generadoras de problemas para la sociedad.
El no saber, el no saber hacer y el no querer hacer están perpetuando la pobreza rural
Por desconocer o por subestimar las potencialidades, de producción y de generación de ingresos, existentes en las zonas rurales de sus países, esos gobiernos parten de un diagnóstico equivocado según el cual los pobres rurales no se desarrollan principalmente porque no disponen de recursos materiales y financieros para hacerlo. Y, a partir de tal "diagnóstico", creen que deben proporcionarles, en primer lugar, más tierra, créditos abundantes y baratos, insumos de alto rendimiento, herramientas y maquinaria, garantías oficiales de comercialización, etc. Lo sorprendente es que todos esos gobiernos, después de más de 55 años de evidentes y reiterados fracasos, aún no se han percatado de algo que es elemental y primario; que esas seudo ayudas no tendrán eficacia si previo a ellas no se ofrece a los habitantes rurales las herramientas del saber, del saber hacer y del querer hacer, como requisitos para poder progresar en la vida. Es decir, si no se les proporciona los conocimientos y las habilidades para que sepan y puedan incrementar la producción y los ingresos familiares. Y, a través de esta estrategia educativa, fortalecer su ego, su autoestima y su creciente deseo de superación.
Si, en vez de engañarlos con efímeras ayudas materiales, los gobiernos los hubiesen capacitado, los propios productores rurales podrían asumir como suya la responsabilidad de evitar o corregir los errores que inconscientemente están cometiendo; y, al hacerlo incrementarían sus ingresos por el hecho de practicar una agricultura mucho más eficiente y mucho más productiva. Porque, sin lugar a dudas, la principal causadora y “perpetuadora” de la pobreza rural es la insuficiencia y/o inadecuación de los conocimientos, habilidades y actitudes de los pobres rurales; y éstos se acrecientan y se mejoran con educación de calidad y no con irresponsables engaños demagógicos.
Si estuviesen capacitados los propios pobres podrían eliminar su pobreza
Si los agentes gubernamentales que formulan esas políticas contraproducentes, fuesen al campo para conocer y vivenciar las causas reales (no las aparentes) que están generando y perpetuando la pobreza de las familias rurales, encontrarían un diagnóstico muy diferente que los conduciría a soluciones también muy diferentes de aquellas que están formulando en las oficinas metropolitanas.
En primer lugar, se darían cuenta de que los problemas más frecuentes de la mayoría de los pobres rurales podrían ser evitados o resueltos adoptando medidas extremadamente sencillas y de bajo costo; para cuya adopción simplemente no se requiere de las costosas ayudas paternalistas e ineficaces mencionadas en el párrafo anterior.
En segundo lugar, se darían cuenta que en las fincas y comunidades rurales existen muchas potencialidades productivas que permanecen mal aprovechadas; y que en el medio rural existen muchos pobres deseosos y potencialmente capaces de progresar pero que no logran hacerlo porque no saben que ni como hacer para transformar las riquezas potenciales de sus fincas en producción eficiente e ingresos abundantes. Finalmente, se darían cuenta de que las ayudas paternalistas que los teóricos urbanos consideran como indispensables son sencillamente prescindibles; con la única condición de que tengamos eficientes escuelas fundamentales rurales y eficientes servicios de extensión rural que proporcionen a los habitantes del campo los conocimientos útiles y aplicables por ellos mismos en la corrección d sus ineficiencias y, por ende, en la solución de sus problemas más inmediatos y frecuentes.
Existe una solución muy sencilla y eficaz, pero… los pobres no la conocen.
Las medidas necesarias para que los pobres rurales puedan salir de su pobreza, están descritas en los textos disponibles en las Páginas Web:
- http://www.polanlacki.com.br
- http://www.polanlacki.com.br/agroesp
Quienes los lean confirmarán que:
1) Adecuar el sistema de educación rural, al objetivo de formar y capacitar una nueva generación de erradicadores de su propia pobreza, es algo mucho más sencillo de lo que suele imaginarse. En muchos casos tal adecuación está al alcance de los propios profesores y extensionistas; porque no necesariamente depende de decisiones de las altas autoridades que formulan las políticas nacionales y provinciales/departamentales de educación agrícola y de desarrollo rural
2) Las medidas que los pobres rurales, después de debidamente capacitados, podrían adoptar para empezar la eliminación de su pobreza también son tan accesibles que su aplicación no requiere de los desgastados e ineficaces instrumentos paternalistas de sus gobiernos. Ellas están ilustradas gráficamente ya en la primera página de la Web: http://www.polanlacki.com.br
3) Es necesario y posible simplificar o "descomplicar" la supuesta complejidad de la problemática y de la "solucionática" de la pobreza rural. Críticas al artículo serán bienvenidas a los e-mails:
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