El primer “indignado” de Latinoamérica no descansa
Por José Suárez Danós; Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
El primer “movimiento de indignados” del siglo XXI del que tuvo conocimiento la opinión pública mundial, surgió en el año 2001 en Suramérica (Argentina).
En los siguientes años este movimiento se reprodujo en otros países de Latinoamérica, pero siempre circunscrito a los límites del continente.
Pero es a partir del 2010, en que éstos comenzaron a brotar y extenderse por otras naciones del planeta, principalmente en países de Africa y Europa.
Pero, ¿qué son los movimientos de “indignados” y por qué se siguen incrementando?
Los movimientos sociales de “indignados” están caracterizados por ser los portavoces populares de las reclamaciones de los pueblos del mundo afectados por la pobreza y la expoliación que en ellos viene ocasionando la aplicación del “sistema neoliberal”, impulsado globalizadamente por la alianza de los imperios de los EE.UU. y la UE –que en la actualidad agreden y saquean a Libia-.
Sus reclamaciones son expresadas cuales manifestaciones ciudadanas de soberanía popular, de democracia participativa, de demandas no sujetas a organización ni partido político alguno, no respondiendo a gremio en particular, ni ajustándose a las reglas de las “democracias representativas” de sus propios países -autistas en una gran mayoría-.
La aparición e incremento de “movimientos de indignados” en el planeta, observa una directa proporcionalidad a la expansión geográfica de los intereses e intensidad de la codicia de los imperios.
Los únicos aditamentos de “los indignados” -adicionales a su voz-, son pancartas y teléfonos celulares, a los cuales pueden acceder todos los habitantes del mundo.
Pero para Suramérica habituada en los seis siglos últimos a enfrentar constantemente a la rapacidad de los imperios, estos movimientos de “indignados” no son ya un acontecimiento novedoso; son casi parte de la conciencia cívica nacional -y continental-.
Fue hace 230 años cuando aún Latinoamérica se encontraba bajo el yugo del imperio español, que el mundo de esa entonces supo del primer movimiento de “indignados” de Hispanoamérica, con estrecha semejanza a los movimientos del presente siglo.
En esa etapa surgió el movimiento precursor de “indignados” liderado por el peruano José Condorcanqui Noguera, conocido históricamente como Tupac Amaru II.
En hartazgo e “indignación” contra el abuso imperial y la explotación del imperio español, desde el Perú (Cuzco), Tupac Amaru decretó y proclamó a todos los confines del continente la primera independencia de Hispanoamérica (04 de Noviembre de 1780).
Esta luego se extendería hacia todo el continente a modo de auténticas manifestaciones de soberanía popular, iniciando el declive del imperio español y la posterior emancipación definitiva.
Lo resaltante de las acciones “indignadas” de Tupac Amaru, es que éstas enfrentaron por vez primera en el continente -con tan sólo la voz soberana de los pueblos aborígenes-, a la estructura política, económica, social, jurídica y militar de un poderoso y enriquecido imperio, cuyo diseño respondía exclusivamente a la ilegítima explotación, al abuso y a la esclavitud del “mercantilismo ilustrado” de esos tiempos –versión rústica del “neoliberalismo” vigente-.
Tupac Amaru trasmitió a los pueblos de la actual Latinoamérica -e inclusive del mundo-un legado trascendente: el mayor valor de la soberanía popular, por encima de la libertad formal y la representatividad gubernativa –ambas de origen europeo-.
Las palabras que enunció en quechua y castellano a sus españoles verdugos -antes que le arrancaran la lengua-, “podrán matar mi cuerpo, pero mi espíritu volverá hecho millones”, se constituyen hoy en la peor profecía y obstáculo para el dominio imperial contemporáneo en el continente.
Así, intentos sucesivos del imperio EE.UU.-UE en la primera década del siglo XXI por incursionar en forma abierta ó encubierta en países de Latinoamérica para apoderarse de recursos y riquezas ajenas, han encontrado siempre la resistencia de “Tupac Amaru hecho millones”.
Entre el 2001 al 2010 “Tupac Amaru y sus indignados” han estado presentes en varios países del continente, defendiendo a sus pueblos de dichas ambiciones imperiales.
En ese contexto, el Cacique de Tungasuca -“Tupac Amaru”- se ha reencarnado en ese lapso, en Argentina, Honduras, Guatemala, Ecuador, Venezuela, Bolivia, El Salvador, Haití, Paraguay, Perú, México, Cuba, Colombia, Puerto Rico, Nicaragua, y hasta en los EE.UU. –la sede imperial-.
Las voracidades del neoliberalismo en el año 2011, ubican hoy a “Tupac Amaru hecho millones de indignados” en las tierras meridionales de sus hermanos Lautaro y Caupolicán, en Chile.
Vienen exigiendo ante el actual representante del “sistema” –Sebastián Piñeira-, el fin del lucro y explotación de la educación nacional privatizada diseñada por el fallecido dictador al servicio de la alianza EE.UU.-UE, Augusto Pinochet.
Pero Lautaro y Caupolicán expresan a Tupac Amaru, la necesidad de demandar soluciones integrales, exigiendo al Excelentísimo representante Piñeira la abolición de la constitución dictatorial del neoliberal Pinochet.
En tanto, voces radicales del imperialismo -internacional y chileno- vienen sugiriendo a Sebastián Piñeira, abandonar el diálogo con “los indignados” y reemplazarlo con la misma represión militar y policial que utilizó Pinochet a partir 1973.
Tupac Amaru, preocupado, observa las asombrosas semejanzas a la situación personal que le correspondió vivir en 1780, preguntándose: “¿ es que después de 230 años no hay cambios ?”.