Puede que Israel no sobreviva al actual Despertar árabe-musulmán
por Franklin Lamb
Tres semanas después de ser nombrado decimonoveno Director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) por el presidente Obama, en enero de 2009, y durante su primer día en el cargo, que fue el 12 de febrero de 2009, Leon Panetta, en la actualidad secretario de Defensa estadounidense, firmó un informe “solo para la CIA” que acababa de concluir su nueva agencia.
Como se supo en aquel momento, el informe de la CIA predecía la desaparición de Israel en 20 años en caso de que las tendencias políticas del momento en la región continuasen. Los analistas de inteligencia de la CIA concluían que era poco probable que los dirigentes israelíes garantizasen siquiera concesiones mínimas para lograr un acuerdo con sus vecinos, que integraban a poblaciones cada vez más desilusionadas las cuales, de manera rápida y creciente, buscarían dignidad y justicia.
El informe de la CIA señalaba que los responsables israelíes se sentían envalentonados apoderándose de tierras palestinas por el enorme respaldo que Israel recibía de la dirección de Egipto, de Túnez, de Arabia Saudí, de Bahréin, de Jordania y de otros tres líderes árabes.
Israel y sus dos grupos de presión más poderosos de Estados Unidos, el Congreso estadounidense y el AIPAC, silenciaron rápidamente el Informe de 2009 y con el tiempo, únicamente se reconocieron siete copias, una para el AIPAC y las demás para miembros selectos de entre los partidarios de Israel en los comités claves del Congreso.
En el curso de las reuniones que tuvieron lugar la semana pasada con responsables israelíes, ambas partes eran conscientes que el estudio de 2009 de la CIA estaba presente incluso aunque Panetta no fuera el primero en referirse a él.
El presidente Obama envió a Panetta a participar en una discusión franca que incluía el desagrado de la Casa Blanca por las repetidas humillaciones de Netanyahu al presidente durante los últimos 18 meses y las amenazas israelíes de cortar la ayuda judía a la campaña de la reelección de Obama en 2012.
Panetta emitió declaraciones públicas que permitieron a Netanyahu poner el mejor rostro hasbaráh en las reuniones y agradecer al secretario de Defensa de Estados Unidos que “ayude a mejorar las relaciones de Estados Unidos e Israel”.
Panetta repitió en una conferencia de prensa con su homólogo israelí, el ministro de Defensa Ehud Barak, algunas generalizaciones señaladas. “En este tiempo dramático para Oriente Próximo, cuando se han producido tantos cambios, no es una buena situación que Israel se quede cada vez más aislado. Y eso es lo que está ocurriendo”, declaró.
En privado, según fuentes de Washington, la atmósfera fue muy diferente. Panetta dejó claro que habida cuenta de los recientes cambios en los países de Oriente Próximo y Norte de África, refiriéndose a la Primavera Árabe y al Despertar Islámico, a Israel se le está acabando el tiempo vertiginosamente. Y que su única opción era hacer la paz con los palestinos y con sus vecinos, o perecer.
Durante el franco y a veces acalorado debate, Panetta dijo a los israelíes que se estaba acabando el tiempo para la solución de dos Estados, lo que significa que se acaba el tiempo de un Israel sionista, y que al igual que el apartheid en Sudáfrica tras los años de Reagan, la época del apuntalamiento estadounidense de Israel se acerca a su fin.
Aparentemente dando vueltas al tema de que Estados Unidos es incapaz de seguir financiando a Israel en términos reales con más de 6 mil millones de dólares anuales y que pueda seguir garantizando la Ventaja Militar Cualitativa de Israel (QME, en sus siglas en inglés), Panetta dijo a los israelíes que estaba fuera de cuestión dados los problemas internos de Estados Unidos y el proceso estadounidense de una considerable aunque parcial retirada de la región.
En discrepancia con la incapacidad y creciente falta de voluntad estadounidense de seguir apuntalando la “Ventaja Militar Cualitativa” de Israel surge la supuestamente inocua Ley Naval de transferencia de buques de 2008 promovida en el Congreso un mes antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2008 por uno de quienes ejercen un lobby permanente a favor de Israel, el representante Howard Berman.
En su esencia, esta ley encadena a todo presidente estadounidense con la obligación legal de garantizar que Israel mantenga su dominación militar en Oriente Próximo.
Está diseñada para asegurar que la hegemonía regional de Israel lo sea por mandato legal a través de la “Ventaja Militar Cualitativa” de Israel. El Gobierno de Estados Unidos debe garantizar que “la venta o exportación de artículos o servicios de defensa no afectará a la superioridad militar cualitativa de Israel por encima de cualquier amenaza militar para Israel”.
La expresión “ventaja militar cualitativa” significa la capacidad de combatir y derrotar a cualquier amenaza militar convencional creíble que provenga de cualquier Estado individual, posible coalición de Estados, o de actores no estatales, al tiempo que garantiza daños y bajas mínimas mediante el uso de medios militares superiores que se posean en cantidad suficiente, incluyendo armas, comandos, control, comunicación, inteligencia, vigilancia, y la capacidad de reconocer que sus características técnicas son superiores a las de tal coalición, Estado individual o actores no estatales.
Según lo informado, Panetta recordó a Ehud Barak durante las acaloradas discusiones entre los dos ministros de Defensa, la declaración de un general egipcio en 1973 según lo contó entonces el presidente Nixon. Según Nixon, un responsable israelí preguntó a un general egipcio convaleciente en el hospital: “A ustedes los árabes, les hemos derrotado en tres ocasiones (1948, 1967 y 1973) ¿por qué siguen resistiéndonos?” El egipcio respondió: “Puede que nos hayan derrotado tres veces, y puede que lo hagan once veces más. Sin embargo, a la decimo segunda vez ganaremos y Palestina será liberada”.
Las inevitables señales vistas tanto por Panetta como por su predecesor, el secretario de Defensa Robert Gates, incluyen cerca de un docena de levantamientos en la región que comparten el objetivo, entre otros, de devolver Palestina a sus legítimos habitantes.
El pueblo egipcio está reclamando la orgullosa posición árabe de Egipto y contribuir a liderar la causa de liberar Palestina como lo demuestra su intención de expulsar la Embajada de Israel, abolir Camp David y derogar los acuerdos de capitulación, incluido el regalo de gas natural de Egipto a Israel subvencionado por el pueblo egipcio y ofrecido por la familia Mubarak cuando hacía negocios con responsables israelíes. Panetta y un creciente número de responsables de Estados Unidos así como la opinión pública estadounidense saben que el genio ha sido liberado y que los árabes, los musulmanes y todas las personas de buena voluntad seguirán haciendo frente inexorablemente a lo que queda de la empresa colonial del siglo XIX, que no es sino la artificial e ilegítima implantación sionista en la tierra de Palestina.
Fuente: http://www.informationclearinghouse.info/article29350.htm