Un militar en palacio

Capitán Eloy Villacrez

Con un mensaje subliminal de desconfianza a los militares, inicia su extensa entrevista al diario “El Comercio” (16oct2001) Lourdes Flores Nano, afirma que la razzia policial y el “entronamiento” de la promoción de Humala en los mandos del EP, son temas concurrentes para centralizar el poder castrense alrededor de palacio. El mensaje es claro “Se está construyendo una estructura de mando”, aunada a la intervención de unidades del EP en obras sociales, léase la reconstrucción de Pisco y Chincha, configurando una dinámica de conducción, que podría ser preocupante para el mantenimiento del sistema democrático, al visualizar la permanencia en el poder mas allá de los 5 años, patrocinando la candidatura de la Señora Nadine.

 

Sugiere LFN que hay la disposición a edificar un nuevo fujimorismo, respetando la libre empresa y un  nuevo autoritarismo, como fue la década de los 90, si es así, para ella está bien, da a entender que si OHT desearía variar en algo la economía libre con mayor presencia del estado en la marcha económica, incluir algunos derechos laborales o posibilitar el acceso a nuevas formas de propiedad, como sería la comunal y potenciar las PYMES, fortaleciendo su presencia dentro del aparato productivo nacional, eso sería preocupante para ella.

Esto se colige cuando responde sobre Alan García diciendo que era malo “cuando pretendió estatizar la banca”, calificándolo de “marido infiel y sacarle la vuelta al Perú”, según ella nuestro país está solamente conformado por los banqueros y los plutócratas, ahora que AGP abjuró su pensamiento de hacer que el estado controle a los poderosos, eso está bien y ella aplaude.

Critica el asistencialismo estatal, dice que el PPC está porque no exista, vuelve a emitir un infantilismo, sabe bien que no es posible eliminar el asistencialismo mientras la pobreza esté alrededor del 30 % y que el 2 % de la población, reciba  el 70 % de los ingresos. Este es el “quid del asunto”, la pobreza no es un hecho ineluctable, es una acción humana de interesados en lucrar desenfrenadamente. Mientras no se cambie ese modelo de producción, donde el capital transnacional tiene preeminencia sobre el resto de los factores de la producción, seguirán existiendo los programas asistenciales.

El temor subyacente de los grupos empresariales que patrocinaron a LFN en sus diferentes candidaturas a la Presidencia y a la alcaldía, le indican que advierta que los soldados están configurando un esquema de poder que una vez consolidado sería no controlable por el poder económico, esta hegemonía militar policial con organizaciones sociales, es una tentación muy fuerte por parte de cualquier gobierno.

Los que antecedieron a OHT, como fue Fujimori,  ingresó a la corrupción y a los atentados a los derechos humanos, le hizo perder legitimidad, los otros Belaúnde, García y Toledo, al no poder controlar a la fuerza, aplicaron el “dejar hacer, dejar pasar”, permitieron que los altos mandos se corrompan y aplicaron la receta neoliberal de quitar nivel profesional a los castrenses, reduciendo sus ingresos y sus niveles de preparación.

Ahora la situación es diferente, hay un soldado en la presidencia, sabe que no puede corromperse y debe respetar los derechos sociales y humanos, eso le permitirá legitimidad y con el apoyo de la fuerza, puede hacer los cambios sociales que nuestro sufrido, pobre y olvidado pueblo del Perú pide, interpretar ese pensamiento y los soldados sabemos y conocemos la realidad de nuestros compatriotas humildes, podremos dar respuesta como Nación a las necesidades del desarrollo.

Realmente eso es lo que temen los permanentes poderes, aquellos que sólo una vez tuvieron miedo y que hoy responden como dice Hildebrandt “asesinando mediáticamente a Velasco, para que se borre de la mente del pueblo, que un día un soldado elevó la esperanza hasta volverla realidad, diciendo campesino “El patrón ya no volverá a comer de tu pobreza” y a los soldados nos dio la consigna “orugas al sur”, para redimir nuestra tierra ocupada por el agresor.

Soldado Humala, ahora la consigna debe ser “orugas a la justicia social”, de usted depende volver hacer que el sueño de contar con un país justo sea realidad y personajes como L. Flores Nano, se vuelvan a lamer sus heridas.