Star Trek y los republicanos

por Eduardo González Viaña

Cuando veo a los republicanos en la TV, siempre creo estar presenciando una serie de Star Trek, con astronautas que dentro de una nave que insisten en dirigirse hacia la nada.

Quien ha visto uno de esos debates televisados ya los ha visto todos.

Uno por uno, los aspirantes a representar a su partido y derrotar a Barack Obama dicen exactamente lo mismo.

Aparte de la obsesión de éstos por mostrar su Biblia y hacer gala de unos supuestos valores cristianos en público, el catecismo de la extrema derecha se puede resumir así: 1) Es esencial poseer un poder militar aniquilante, 2) El Estado debe reducirse hasta casi desaparecer. 3) Seguridad social, salud, educación y todos los gastos sociales deben ser borrados. 4) Deben preservarse los valores tradicionales de la familia. 5)La posesión de armas es un derecho indiscutible. 6) ¿Y los inmigrantes? ¡Hay que hacerlos volver a sus países de origen! ¿Y los que se quedan? Hay que castigarlos, quitarles el empleo, expulsar de las escuelas a sus descendientes, desconocer la nacionalidad de sus hijos si nacen aquí. ¿Y los que se atreven a cruzar la frontera?... En ello, compiten por ser más perversos... Según el más posible candidato, Cain, hay que electrizar el muro y achicharrarlos.

De acuerdo a como van las cosas, este hombre y este partido pueden ser los próximos ocupantes de la Casa Blanca.

Repito: todo el tiempo que los veo me hacen recordar "Star Trek". Veo al "Enterprise" en la pantalla, avanzando a través de los cielos ignotos, y se me ocurre pensar que la nave y su tripulación son el mejor símbolo del país en que vivo y de lo que constituye su más terco designio: su marcha hacia la conquista de la última frontera. Sin embargo, al mismo tiempo, es patente que esta embarcación tiene una fuga.

Ahora, los "americanos" deben acostumbrarse a la idea de que no podrán cuidar su raya divisoria para siempre y de que, bajo cualquier alambrada o muro de contención, siempre habrá un túnel que deje pasar a un nuevo inmigrante puesto que la "globalización" iniciada por ellos también supone el libre intercambio de las fuerzas de trabajo al igual que el ingreso de millones de personas provenientes de los países que han quedado excluidos del Nuevo Orden Mundial.

En el sangriento Lejano Oeste se decía: "El único indio bueno es el indio muerto."... Ahora, los precandidatos parecen decir algo similar de los inmigrantes.

El "New York Times" acaba de señalar que los republicanos están equivocados: "Los indocumentados tienen trabajos, tienen niños, pagan impuestos, usan los servicios del gobierno, y frecuentemente viven con miedo". Por su parte, el obispo católico de Arizona, Gerald Kicanas ha denunciado que los trabajadores migrantes son sujetos de explotación por parte de empleadores sin escrúpulos, y los que tratan de encontrar trabajo son víctimas de abusos por contrabandistas de personas".

Sin embargo, los precandidatos esgrimen pasajes de la Biblia que supuestamente llaman a la represión contra la inmigración ilegal. Basta con darle la vuelta a una cita cualquiera para decir exactamente lo contrario. Uno de sus ideólogos lee un pasaje de Levítico: "Cuando un extraño se hospede con vosotros en vuestra tierra, no le haréis mal." Lo que, según él sostiene, no implica que "los extranjeros puedan pasar por alto las leyes civiles para entrar en (el país), o que debamos pasar por alto cuando lo hagan".

En cuanto a su nivel de inteligencia y de conocimientos, los precandidatos no desmerecen a sus mentores, por ejemplo a Bush quien decía que «si no tenemos éxito, corremos el riesgo de fracasar.», ni mucho menos a su cuasi filósofa Sarah Palin, según la cual "Nuestros aliados son los de Corea del Norte. Corea del Norte es la que está al sur, ¿no?"

Sin el valiente capitán Kirk, ni Spock, el mítico comandante de las orejas punteagudas, la nave republicana sigue su rumbo... hacia la nada.

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