Escribe: César Vásquez Bazán

Desde los años iniciales de los Estados Unidos como república, ha existido en este país una ideología que considera a América Latina como su patio trasero y que entiende a nuestra región como un área degradada del mundo, conformada por pueblos mediocres, de escasa o nula importancia. Más precisamente, esta ideología entiende a América Latina como un territorio habitado por individuos de rango inferior, indignos de ser llamados –y de ser considerados− americanos.

 

El político estadounidense Teodoro Roosevelt (1910, 27) explicó hace más de un siglo que la calificación de americano está reservada para los residentes del país del norte y no para los habitantes del patio trasero. Luego de señalar que los ciudadanos de Estados Unidos “tenían en sus venas menos sangre aborigen que cualquiera de sus vecinos [latinoamericanos]”,Teddy señaló que “era de destacar que [los países latinoamericanos]” hubieran permitido tácitamente que los estadounidenses se apropien del título de americanos para designar su nacionalidad distintiva e individual”.

Además de cumplir el papel de patio trasero de Estados Unidos, América Latina es considerada por esta ideología como “las sobras del mundo”, por citar la curiosa frase del economista del Banco Mundial y autor Rudiger Dornbusch (1990, 129). Debido a su insignificante poder económico y político, América Latina es vista como una región del mundo en la que la historia nunca se produce. El Secretario de Estado Kissinger explicó con claridad lo que podría denominarse el axioma de la superioridad geopolítica de los países del norte: “América Latina no es importante. Nada importante puede venir del Sur. La historia nunca se ha producido en el Sur. El eje de la historia comienza en Moscú, se traslada a Bonn, cruza a Washington, y luego se dirige a Tokio. Lo que pase en el Sur no tiene ninguna importancia” (citado por Hersh, 1983, 263).

El propósito de la serie de artículos que hoy comenzamos a publicar es analizar las fuentes y la razón de ser de la ideología de la inferioridad latinoamericana. Sin negar el papel central desempeñado por factores económicos y políticos en la definición de esta peculiar doctrina, nuestro estudio hará hincapié en los fundamentos religiosos y raciales de una visión ideológica que estaba vigente siglos antes de la primera aventura imperialista de los Estados Unidos más allá de su frontera sur.

Trataremos de probar que la ideología de la inferioridad latinoamericana es una consecuencia de la percepción de las élites dominantes de EE.UU. sobre la posición de este país en el mundo, su misión política global, y el papel redentor que deberían cumplir sus habitantes blancos con respecto a las poblaciones de países entendidos como inferiores.

Argumentaremos que los elementos que contribuyen al nacimiento de la ideología de la inferioridad latinoamericana se encuentran en los dogmas religiosos y raciales traídos por los anglosajones en su migración a la América del Norte durante el siglo XVII. Con el transcurrir del tiempo, estas creencias fueron aceptadas y asumidas por la mayoría de la población estadounidense, siendo incorporadas por el liderazgo político norteamericano como supuestos implícitos de su política general y exterior. Tras décadas de evolución, los componentes religiosos y raciales de esta doctrina de inferioridad se convirtieron en factores que permitieron racionalizar el dominio económico y político de América Latina por los Estados Unidos. Fue así como la creencia en la inferioridad latinoamericana adquirió de manera imperceptible el carácter de ideología nacional. Hoy se encuentra profundamente arraigada en las clases dirigentes y en un amplio sector de la población de los EE.UU. Sintomáticamente, al mismo tiempo, se encuentra excluida de la discusión académica y pública.

Referencias

Dornbusch, Rudiger W. 1990. Policy Options for Freer Trade: The Case for Bilateralism. pp. 106-141 en An American Trade Strategy: Options for the 1990s, editado por Robert Z. Lawrence, y Charles L. Schultze. Washington, D.C.: The Brookings Institution.

Hersh, Seymour M. 1983. The Price of Power: Kissinger in the Nixon White House. New York: Summit Books. Hersh cita a Henry Kissinger durante una entrevista con Gabriel Valdés, Ministro Chileno de Relaciones Exteriores. La conversación tuvo lugar en la Embajada Chilena en Washington, D.C., en junio de 1969.

Roosevelt, Theodore. 1910. The Winning of the West. Homeward Bound Edition. 4 vols. Vol. I. New York: The Review of Reviews Company.