El islam en Egipto.

Por Dazibao Ñ.

Según el conocido jeque egipcio Adel Shehato: “Si llegamos al poder, lanzaremos una campaña de conquistas islámicas para instaurar la Sharia en todo el mundo”… “los cristianos, son libres de adorar a su dios en sus lugares de culto, pero si crean  problemas a los musulmanes, los exterminare”.

 

Tras estallar la “Revolución”, concretamente el 23 de marzo, el  jeque Shehato  fue liberado de la prisión en la se encontraba desde 1991. El muslim, había sido detenido a su regreso de Afganistán, donde había permanecido durante 3 años.

Shehato, concedió al diario egipcio Roz Al-Yousef una entrevista el pasado 13 de agosto, en la que dio a conocer  sus desvaríos y extravagantes proyectos:

“Si los mujahideen llegan al poder en Egipto, pondrán en marcha una campaña de conquistas  encaminadas a someter al mundo entero a la ley islámica. Pero antes, serán enviados embajadores musulmanes a las naciones para que acepten voluntariamente el islam. Y si rechazan someterse, se librará una guerra contra ellos”

En el curso de la entrevista, Shehato, declaró su radical oposición a la democracia, por ser la “fe de cristianos y judíos”, y añadió que en el léxico árabe no existe el término “democracia”.

“Como musulmanes, debemos creer que el Corán es nuestra constitución y  es , por consiguiente, imposible para nosotros instituir un régimen democrático occidental. Me opongo a la democracia porque no es la fe de los musulmanes, sino la fe de los judíos y cristianos. En pocas palabras, la democracia significa el gobierno del pueblo mismo sobre sí mismo… De acuerdo al Islam, está prohibido que las personas gobiernen y dicten leyes, ya que Alá es el único gobernante. Alá no expuso el término democracia como una forma de gobierno y está totalmente ausente del léxico árabe e islámico…”

El jeque, aunque se declara un rendido admirador de Ben Laden, afirma ser un convencido pacifista pero con matices:

“La  Sharia, no sería impuesta por la violencia sino por el da’wa (la predica), mientras que la violencia sólo se utilizaría contra los gobernantes árabes infieles.”

“Siempre hemos dicho que todos los gobernantes árabes, sin excepción, son infieles que deben ser asesinados debido a que no gobiernan de acuerdo con la Sharia. Son infieles apóstatas, en oposición a los infieles como los judíos y los cristianos, y cualquiera que dude de que son infieles es él mismo un infiel”.

El eminente jeque, que define a Mubarak como “tirano”, afirma que los turistas que viajan a Egipto únicamente se dedican a beber cerveza y a mantener buenos coitos ilícitos:

“En el Estado islámico, no habrá comercio o lazos culturales con los no-musulmanes, lugares de interés turístico como las pirámides, la Esfinge y Sharm Al-Sheikh serán cerrados “porque los turistas vienen a beber alcohol y a fornicar” y todos los turistas que deseen visitar Egipto estarían obligados a cumplir con las condiciones y leyes del islam, todo arte, pintura, canto, baile y escultura será prohibido y toda la cultura será puramente islámica.

Según se desprende de las palabras de Shehato, el futuro es incierto para los 7 ó 10 millones de cristianos egipcios:

“Como musulmán, debo apoyar a los musulmanes y oponerme a los cristianos. Si hay un cristiano que no me hace ningún daño, mantendré un contacto limitado con este”. Y añade: “Es inconcebible que sirvan en el poder judicial o en cargos ejecutivos, por ejemplo, en el ejército o la policía”.

Lo que omite el entrevistado, es que en los últimos 30 años más de 4.000 cristianos han sido impunemente asesinados a causa de fe por musulmanes, y que las violaciones y secuestros de jóvenes cristianas lejos de cesar han aumentado desde la caída de Mubarak.

La entrevista, finaliza con una  admonición de Shehato, en la que indica que un mahometano no puede ser amigo de ningún cristiano o judío. Y fundamente su aserto en el mandato de Alá que descendió sobre su Profeta:

¡Creyentes! ¡No toméis como amigos a judíos y cristianos! Son amigos unos de otros. Quien de vosotros trabe amistad con ellos, se hace uno de ellos. Alá, no guía al pueblo impío. (Corán, 5:51)