Ollanta en su laberinto
Por: Ubaldo Tejada Guerrero
La tragedia ecológica y la pérdida de tierras comunales en el Perú, se suma el limitado beneficio económico y laboral de las regiones, por los mega proyectos mineros, que en caso de “Conga” ha generado rechazo en sectores amplios de la población cajamarquina, y peruana, así el presidente regional, Gregorio Santos, declaró que el proyecto es “inviable” y la declaración del mandatario "no es una respuesta para Cajamarca".
Son los sectores D y E del sur andino, que han comenzado a perder la esperanza, de la cual la derecha política y mediática ha comenzado a presionar camino a crear una crisis de gobierno, mientras en Andahuaylas y Chincheros esperan que el poder ejecutivo, emita un decreto supremo que declare a éstas zonas, libres de todo tipo de actividad minera.
Ollanta Humala, en una conferencia de prensa, después de su regreso de la reunión de APEC llevada a cabo en Hawái (EEUU), informó respecto al proyecto minero Conga en Cajamarca, lo siguiente: primero, es un proyecto importante para el Perú, porque le va a permitir realizar la gran transformación; segundo, su rechazo a posiciones extremas: el agua o el oro; tercero, plantea una posición sensata: el agua y el oro; cuarto, rechaza las posiciones radicales, la minería ilegal; quinto, propuso se amplíe y mejore el estudio de impacto ambiental en el lugar, realizado por el anterior Gobierno, para dar “tranquilidad a la población; sexto, pidió a la minera Yanacocha -ejecutora de Conga- no hacer reservorios de agua, sino lagunas modernas para conservar el recurso; y finalmente, señaló el uso del agua, para las siguientes prioridades: consumo humano, actividades renovables –como agricultura y actividades renovables, como la minería.
El tema central del laberinto de Ollanta Humala, es conciliar minería y agricultura, agua y oro, medio ambiente y contaminación, bajo la justificación de que la explotación minera es una necesidad, si queremos gozar del crecimiento económico con inclusión social. Expertos, como el Ing. Nilton Deza, en su libro “Oro, Cianuro y otras crónicas ambientales” expresa: “La minería en lugares geológicamente inestables y que por su origen y cabecera de aguas superficiales y subterráneas, amenacen a los ecosistemas aguas debajo de su ubicación, o a la población en el mismo valle, como es el caso de Cerro Quilish o de la Mina Tambogrande en Piura, debe ser tajantamente prohibida”.
Marco Arana Zegarra, director de GRUFIDES, expresa: “La minería con lixiviación de cianuro, no fue inventada para proteger el ambiente, sino para optimizar los procesos de extracción de oro y por lo tanto para aumentar la rentabilidad de las empresas mineras”.
El Dr. Obidio Rubio Mercedes, coordinador del grupo de consultoría en medio ambiente de la Escuela de Post Grado de la Universidad Nacional de Trujillo, el 23-12-03 alcanzó el “Informe de Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del Proyecto Alto Chicama de la empresa Barrick Misquichilca S.A.”, expresaba que “La línea base en salud y educación es muy general y no permite apreciar los impactos que generarían las actividades mineras durante el periodo de explotación y cierre”. Finalmente los resúmenes de EIA, no consideran una estructura comprensible para el pueblo peruano afectado por la gran minería.
(*) Analista Global – Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.