Último estreno de UVK: “Alto a la discriminación”
Por: Wilfredo Pérez Ruiz (*)
Los sucesos acontecidos en los multicines UVK de Larcomar muestran una realidad que, aunque pretendemos ignorar o dar por superada, está muy vigente en la sociedad peruana: la discriminación. Una expresión inequívoca de la ausencia de capacidad para aceptar la identidad multiétnica de nuestra composición social.
En el mesocrático distrito de Miraflores las prácticas racistas son conocidas y este incidente es uno de los numerosos episodios que han merecido rechazo general. El artesano cusqueño Ricardo Apaza fue impedido de regresar a una sala de UVK luego de salir del baño. Sus autoridades intentaron justificarse diciendo que había sido un mal entendido. La supuesta rectificación ha ratificado la existencia de un acto vejatorio en perjuicio del visitante andino.
Más allá de la justa sanción impuesta a la cadena de multicines hay un hecho evidente merecedor de unánime repudio: la discriminación. Una “rutina” común en una colectividad fragmentada incapaz de aceptar su pluralidad y coexistir respetando su diversidad. Una muestra de los complejos y prejuicios que nos alejan de la integración que debemos impulsar. Sin duda, somos todavía un país invertebrado, insolidario, indiferente y lleno de desigualdades.
Este episodio ha generado la repulsión de ciertas personalidades. Gastón Acurio –prestigioso empresario de la gastronomía que no permanece encasillado en su próspera actividad y ajeno a los eventos nacionales como otras figuras públicas- ha dicho: “El Perú es un país multicultural. De razas, culturas y sentimientos diversos. Eso no es un defecto. Esa es su gran virtud y atractivo, su inmenso potencial, su gran oportunidad. Nunca es tarde para liberarte de esas cadenas que te atrapan en la negación de ser quien eres y correr a los brazos de los tuyos para juntos ir construyendo esta nueva sociedad integrada, orgullosa, inclusiva y exitosa. No temas. Solo cosas buenas te sucederán”.
A continuación deseo recordar con usted varios incidentes que impiden a los peruanos superar este terrible mal que hace inequitativa, distante y desigual nuestra coexistencia. Las discotecas The Edge, The Piano, Delirium y Sol y Luna, detuvieron el ingreso a determinados asistentes por sus características físicas o raciales, argumentando el denominado “derecho de admisión” (1998); Indecopi inició un proceso a la compañía Gesur SAC (conductora de Café del Mar) de Miraflores por presunta discriminación. Se verificó que el establecimiento imposibilitó la entrada a una pareja con rasgos mestizos (2006); Indecopi sancionó a Rímac Internacional Compañía de Seguros y Reaseguros -con una multa de 180 mil nuevos soles- por negar su afiliación a un seguro médico a una joven con síndrome de Down (2011).
El 2007 un grupo de artistas realizaron una singular marcha de protesta titulada "Empleada audaz", en las playas de Asia, contra la marginación y el racismo hacia las trabajadoras del hogar en esa zona. Alrededor de 700 personas, entre mujeres vestidas de empleadas y hombres con camisetas alusivas al racismo, hicieron un plantón en oposición a la ilegal prohibición a estos conciudadanos de disfrutar del mar.
Asimismo, tengamos en cuenta el episodio protagonizado también en Larcomar (2008) cuando unos ciclistas fueron encarcelados y presentados -en conferencia de prensa auspiciada por el alcalde de esa comuna, Manuel Masías- como integrantes de la banda “Los malditos de Larcomar”. Una semana después de permanecer detenidos, estos jóvenes -provenientes de un populoso distrito del Cono Norte- salieron en libertad luego de semejante vejamen. El burgomaestre miraflorino jamás ofreció disculpas y negó cualquier responsabilidad en la injusta detención.
La segregación se da en empresas, centros comerciales, entidades educativas, medios de publicidad, etc. En las oficinas del Congreso de la República existen letreros en los ascensores que dicen: “Solo para congresistas”. Por su parte, el Country Club Villa de Chosica tiene un baño asignado a las empleadas domésticas con una indicación que precisa: “SS.HH. de Amas”. Conozco una institución pedagógica en donde hay un servicio higiénico para uso de su dueño en perjuicio de los docentes. ¡Viva la discriminación!
Recientemente el golfista Diego Brañez de Villa El Salvador denunció que la Federación Peruana de Golf le ha obstaculizado participar de los torneos por no pertenecer a un club, al que está imposibilitado de acceder por su falta de dinero para costear uno. Brañez ha ganado 74 títulos. “En algunos campeonatos me han insultado, me han dicho serrano. Algunos profesores les dicen a sus alumnos ‘cómo te vas a dejar ganar por ese serrano’, eso me ha dolido mucho”, contó el pequeño en un programa de televisión.
Condenamos la discriminación de cualquier índole. Es una falta de consideración a la dignidad humana que no podemos permitir en ningún caso ni circunstancia. Es un deber moral fomentar la convivencia y tolerancia entre todos los seres sin diferencias, eso nos colocará en el nivel de un pueblo civilizado. En este contexto, coincido con las palabras de la Premio Nobel de la Paz (1992) Rigoberta Menchú: “La paz no es solamente la ausencia de la guerra; mientras haya pobreza, racismo, discriminación y exclusión difícilmente podremos alcanzar un mundo de paz".
(*) Docente, conferencista, periodista, consultor en organización de eventos, protocolo, imagen profesional y etiqueta social. http://wperezruiz.blogspot.com/