Movadef: ni loquitos ni ingenuos

Rafael Romero

En algunos medios de comunicación las entrevistas a jóvenes dirigentes del Movadef (Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales) ha llevado a algunos periodistas a verlos como pobrecitos ingenuos, que no han vivido en la época más sangrienta de los atentados terroristas y que no experimentaron los apagones ni el terror que circundaba centros laborales, escuelas, universidades o las moradas más humildes de los campesinos en lugares alejados de nuestra agreste geografía. Lo cierto es que el terrorismo nos agredió a todos por igual, ya que cualquiera podía ser víctima de la demencial acción subversiva de la ideología senderista.

No obstante, la campaña del Movadef para liberar a Abimael Guzmán tiene otro significado, y no es otra cosa que la estrategia más provocadora, más cínica y a la vez más cobarde que está impulsando el redivivo Sendero Luminoso contra la sociedad peruana, contra la memoria de las víctimas del genocida aludido y su partido polpotiano que nunca tuvo –ni tendrá− respeto por la vida, a pesar que hoy –por táctica− sus voceros hablan alegremente de “amnistía” y “derechos fundamentales”.

Los mozalbetes que ahora son invitados a medios escritos, radiales o televisivos no son mansas palomas, ni estudiantes universitarios tocados por un sentimiento romántico de la política. Nada de eso. Esos jóvenes equivocados, con sus rostros taciturnos y a veces con la apariencia de pasmados, son en realidad −dada su apología− cómplices de la muerte, del terror y de la criminal estrategia de Sendero. Entendámoslo de una vez, no son ni muchachos ingenuos ni loquitos, son senderistas agazapados. De manera que no son desinformadas personas que se dejan convencer por abogados como Crespo o Fajardo. Nada de eso, son cuadros tan igual como éstos, es decir seres conscientes que no guardan candor alguno, militantes ideologizados y politizados que provienen de las canteras más viscerales y recalcitrantes del “infantilismo de izquierda” que no conoce más camino que la lucha armada para tomar el poder, de acá a cien o mil años como proclamaba Guzmán.

En suma, aquí lamentablemente los únicos ingenuos y cándidos son los miembros del Jurado Nacional de Elecciones, cuya debilidad profesional deberá en su momento ser enmendada en los fueros que correspondan por las demás instituciones de la República como el Parlamento, el Ministerio Público o el Poder Judicial, o incluso por las Fuerzas Armadas, si esperpentos como el Movadef siguen ganando terreno. Entendámoslo de una vez: es incompatible el senderismo con la democracia, la paz y la defensa de la vida porque el marxismo, leninismo, maoísmo, pensamiento Gonzalo, se sustenta en la “guerra popular” y el terrorismo.

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