Herbert Mujica Rojas
Pocas veces en la historia del Perú se ha tenido como titular de la Cancillería a una persona con tan notoria opacidad de luces de toda estirpe: profesional, intelectual, diplomática. Tres son los álgidos problemas que afronta la ministra Ana María Sánchez, a saber: el eterno tema de los ascensos por amiguismo y no calidades; la asimetría de los bonos de estipendios al personal del servicio y el consabido ridículo de Perú ante la Comunidad Europea por carecer de pasaporte electrónico.
Está por salir la lista con el nombre de los nuevos embajadores, no obstante, y así lo he dicho en artículos anteriores, se sabe que algunos no debieran sino permanecer o ser degradados por su mediocridad; entre los que subirán de categoría hay elementos que tienen por único “mérito” ser compañeros de estudios de la canciller. En cuanto tengamos los datos completos analizaremos y fustigaremos duramente sobre este indigesto particular.
Cuando el escándalo que significó que Perú no pudiera acogerse a la exención de la visa Schengen y con la presencia del jefe de Estado Ollanta Humala en Bruselas, hace pocos días, la canciller Sánchez no pudo más que exhibir su espeluznante cortedad de horizonte: afirmó, muy suelta de huesos, que lo importante era que en el 2016 íbamos a tener 20 puntos de emisión del biométrico. Ninguna explicación decente, exhaustiva, de mea culpa. Se obra por comisión pero también por omisión. Eso de estar con ademanes cortesanos al servicio efímero y precario de cualquier gobierno, deviene, siempre, en catástrofe. Y el revés fue diplomático. ¿Ninguna alma caritativa le sugirió que renunciara? Parece que no.
Y ¡para colmo de males!, según fuentes muy bien informadas, la canciller Ana María Sánchez ha dado instrucciones para que se aliente y concrete que Gemalto-Imprimerie Nationale-Segres Systec (los mismos que en Migraciones), se hagan cargo de la emisión centralizada del pasaporte electrónico.
¿Carecen de dignidad los políticos o periodistas y dejan la puerta libre de par en par a esta clase de maniobras tan imprudentes?
En días pasados se publicó el DS 354-2015-EF vía el cual las cúpulas de Torre Tagle establecen la defensa de los más próximos a las alturas sin interesarse por el porvenir de los más jóvenes.
Descontando la natural diferencia de sueldos entre categorías del Servicio Diplomático, la canciller Sánchez ha privilegiado a su entorno con la oferta de ofrecer bonos de S/ 3500-4000 ó 5000 soles a quienes en la actualidad ocupan puestos directivos en Torre Tagle.
Para el resto, la gran mayoría, que no detenta puestos de ese jaez, bonos de S/ 800-1000.
Esto se materializa en una injusta nueva escala remunerativa que en promedio sigue así, descontando los impuestos y cargas:
Tercer Secretario S/ 5000
Segundo Secretario S/ 5500
Primer Secretario S/ 6000
Consejero S/ 8700
Ministro Consejero S/ 9700
Ministro S/ 10,700
Embajador S/ 12000
La diferencia es patente y no necesita ser explicada en demasía.
El aumento efectivo de un Tercer Secretario ha sido de S/ 250 soles.
Hay personal diplomático que pasa los diez años de servicio o más y apenas si pueden sonreír frente a un “aumento” que no refleja la evolución del costo de vida. Lo que es peor: las diferencias se agudizan en un medio de por sí discriminador, racista e inequitativo.
Además de las rivalidades entre diplomáticos por el ultra-complicado tema de los ascensos y las salidas al exterior, ahora se suma la pugna por recibir los bonos tan diferenciados de que gozará una oligarquía amical: la de los amigos del canciller de turno. ¿Y el resto? Buena pregunta siempre sin respuesta.
15.12.2015