Por Juan Sheput*
En horas de la mañana el funcionario Javier Baraybar de la Municipalidad de Lima, en nombre del alcalde decía que la solución al caos desatado en Barranco sería la colocación de semáforos temporales a lo largo de la Av. Bolognesi y de la Av. Grau, cambiando esta última de sentido. Aseguraba, nervioso, que el alcalde Luis Castañeda Lossio demostraba su preocupación por los vecinos y que por eso había dado estas instrucciones.
En horas de la tarde, el mismo funcionario Javier Baraybar, más nervioso todavía, decía en nombre del alcalde Castañeda Lossio que la anterior ya no era la solución sino otra: se abriría el corredor de la Avenida Bolognesi, en el sentido de Lima a Chorrillos. Lo hacía porque el alcalde "había escuchado el clamor de los vecinos".
Esto es lo que se llama ridículo urbano. La incompetencia llevada a niveles insospechados. Ni todos los relacionadores mediáticos que rodean al alcalde han podido ocultar tan gigantesca incompetencia.
Nos preguntamos ¿si tan fácil era la solución por qué no se ha hecho antes? ¿existe Congreso en el Perú para que investigue a fondo los afanes constructores del alcalde Castañeda?
El alcalde Castañeda debería tener el coraje político de salir él mismo a explicar los monumentales errores que comete en lugar de enviar, permanentemente, a funcionarios de segundo nivel.
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