Mg CPCC Luis Alberto Latìnez Carpio*
El Perú firmó hoy en la ciudad de Auckland, Nueva Zelanda, el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), (por sus siglas en inglés) junto a otros 11 países que conformarán un bloque comercial que representa el 40% de la producción mundial.
La rúbrica del TPP en representación del Perú estuvo a cargo de la ministra de Comercio Exterior y Turismo, Magali Silva, junto con los ministros representantes de las otras naciones que conforman el bloque: Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam.
Luego de la firma del TPP, este acuerdo deberá ser ratificado por los congresos de los países miembros, y se estima que podría entrar en vigencia a fines del 2017 o inicios del 2018.
No es novedad que el gobierno del felón Humala actúe de esa manera, perjudicando al pueblo peruano. Como sabemos el gobierno de Humala traicionó al pueblo peruano, pues se hipotecó a los grupos de poder, olvidándose de sus promesas electorales.
Si bien es cierto que Humala traicionó una vez más al pueblo peruano, pero está en manos del Congreso de la República del Perú rechazarlo, es decir, no aprobarlo.
Al respecto, exijamos, también, que los candidatos presidenciales se pronuncien sobre la no ratificación del TPP, por ser perjudicial al Perú y beneficioso a EEUU de Norteamérica.
Independientemente de estos pronunciamientos, debemos hacer una petición al Congreso de la República del Perú, adjuntando las firmas de la ciudadanía, para que rechacen el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), pues está en manos del Poder Legislativo aprobar y/o rechazar el TPP.
Transcribo líneas abajo parcialmente el pronunciamiento de Avaaz, que es una organización civil global fundada en enero de 2007 que promueve el activismo ciudadano en asuntos como el cambio climático, derechos humanos, corrupción, pobreza, derechos de los animales:
“El TPP condicionará nuestra forma de vivir desde Norteamérica hasta Chile, pasando por Nueva Zelanda. Además, la mayor parte del texto lo redactaron los negociadores y las empresas en secreto, y de espalda a la ciudadanía. Cuando Wikileaks reveló una parte, pudimos ver una muestra de lo nefasto que es:
Si un país prohíbe una sustancia química tóxica, etiqueta alimentos transgénicos o endurece la legislación medioambiental, el TPP da poder a las empresas para denunciar a cualquier gobierno en un tribunal secreto presidido por jueces ligados a las corporaciones. Si el gobierno pierde, los contribuyentes podrían verse forzados a pagar a estas empresas miles de millones de dólares en concepto de pérdida de beneficios.
Con el TPP, los gigantes farmacéuticos podrían extender tanto sus monopolios que el acceso a los medicamentos baratos que salvan la vida a pacientes de cáncer y SIDA podría verse restringido.
El acuerdo podría criminalizar a todos aquellos que den la voz de alarma sobre actividades corporativas ilegales a través de sistemas informáticos.
Esos puntos son solo una pequeña parte del acuerdo. No tenemos ni idea del grueso del tratado que los grupos de presión empresariales han redactado, porque los gobiernos se han opuesto a hacerlo público. Aunque los tratados comerciales pueden ser vitales para que disfrutemos de una economía mundial sana, nuestros representantes nunca deberían hacernos tragar con nuevas leyes sin dejarnos conocer su contenido, y definitivamente no deberían hacerlo en beneficio de las empresas y a expensas del bien público”.
*Asesor y consultor de empresas
Especialista en tributación y auditoría.
Presidente del Centro de Investigaciones Contables y Tributarios
Past-Decano del Colegio de Contadores Público de Lima (CCPL)2007-2009
Past-Director de Defensa Profesional del CCPL 2001-2003
Ex-Jefe SUNAT
Ex-Presidente del Instituto de Administración Tributaria (IAT)