Los gobernadores regionales de Apurímac, Arequipa, Cusco, Madre de Dios, Moquegua, Puno y Tacna tomaron el acuerdo de conformar la Mancomunidad de la Macro Región Sur, un anhelado proyecto político que tiene larga data en este parte de nuestro país. Para que este acuerdo no quede sólo para la foto, como ya ha pasado, las autoridades regionales han movilizado a los funcionarios de las gerencias de planeamiento y presupuesto para conformar un comité técnico que viabilice los anhelos de este bloque en proyectos interregionales concretos para poder gestionarlos en conjunto ante el Gobierno Nacional.
Este es un gran paso para el sur, el cual va a contrapelo del desinterés del Gobierno Nacional por avanzar en el proceso de descentralización y su tendencia a centralizar el presupuesto público en los últimos años. El poder central puede erigirse en una de las principales amenazas de la mancomunidad, pues no le conviene tener al frente a un bloque poderoso. Por ello, es necesario un real compromiso de los gobernadores regionales del sur para afrontar el reto, superando otras situaciones delicadas que podrían obstaculizar los esfuerzos de la mancomunidad considerando la existencia de conflictos interregionales irresueltos (demarcación territorial y uso de agua principalmente), y la definición del lugar donde se instalará la petroquímica. La gestión de los intereses de cada departamento y de la mancomunidad va a ser un asunto delicado y complejo, y de persistir en el Gobierno Nacional las tendencias centralistas mencionadas, un sector de este podría tratar de atizar la división del bloque.
La primera tarea que se ha planteado esta joven mancomunidad es la elaboración de un Plan de Desarrollo Energético del Sur, esto como parte del seguimiento al que los gobernadores regionales se han comprometido a propósito de la construcción del Gasoducto Sur Peruano, a fin de garantizar un adecuado suministro del gas. Esta será la primera prueba de fuego para observar su dinámica de trabajo, en especial ahora que se va a elegir nuevo Presidente y nuestro futuro como país está en una ruleta.
La integración energética y económica son grandes pasos a la construcción de macrorregiones, pero también será necesario avanzar en las conciencias de los ciudadanos. Por ello, otro desafío futuro es construir la idea de una región Macrosur en el imaginario de los pobladores, superando la conocida idiosincrasia regionalista en los departamentos del sur, que en el 2005 llevó al fracaso un intento de conformar macrorregiones a través de un fallido referéndum. La campaña para crear conciencia sobre esta nueva entidad es necesaria y urgente, pues hace falta una base social fuerte para respaldar las futuras decisiones del bloque y resguardar su capacidad de negociación ante el Gobierno Nacional.
Una futura región Macrosur podrá consolidarse como tal si logra construir y ejecutar planes estratégicos que conduzcan a una efectiva articulación e integración de sus economías, aprovechando sus respectivas ventajas competitivas, y se fortalece una institucionalidad democrática que contribuya a la gobernabilidad de todo el país, aportando así al desarrollo nacional.
El actual proceso electoral puede ser una gran oportunidad para esta naciente mancomunidad. En este corto tiempo se puede concertar una reunión con los congresistas en funciones que representen a estos departamentos y con los principales candidatos al Congreso en el sur, buscando comprometerlos a impulsar ante el próximo gobierno futuras iniciativas destinadas a la realización de proyectos que proponga el bloque.
Luego de la experiencia frustrante de estos años, resulta claro que la descentralización en el país sólo podrá avanzar si se logran establecer macrorregiones (Sur, Norte, Centro, Amazonía) con el suficiente peso económico y político que pueda contrarrestar la predominancia capitalina o limeña. La Macro Región Sur tiene el suficiente peso político y económico para hacerlo, además de su larga tradición descentralista, y puede ser una iniciativa pionera para la reorganización e instauración de una nueva gestión democrática de nuestro país.
desco Opina - Regional / 4 de marzo de 2016