Una de las fórmulas más comunes de marear a los auditorios para “convencerlos” que una licitación tiene automáticamente visos de limpieza, equilibrio y absoluto manejo del tema, consiste cuando el Estado o alguna entidad, llámese municipio o gobierno regional, lanza la idea de llevar a cabo el propósito de compra con una organización internacional
Verbi gracia: la Superintendencia Nacional de Migraciones, a través de una resolución del 2015, entregó el proceso de emisión descentralizada del pasaporte electrónico a OACI-ICAO que de esta naturaleza de concursos sabía tanto como yo de ingeniería nuclear. Y no me lo han contado, pregunté (y puede leerlo literalmente en la lista de artículos adjunta) a OACI-ICAO ¿en qué partes del mundo y en qué fechas había llevado a cabo una licitación? La respuesta fue elusiva y disimulada con garrulería típica de estas organizaciones.
En algún momento de cualquier investigación exhaustiva sobre la compra en Migraciones del e-pasaportes, los actuales funcionarios tendrán que explicar por causa de qué se comportaron como si fueran empleados de OACI-ICAO e hicieron todo lo posible por favorecerla tan así que se les dio la buena pro por S/ 102 millones de soles en el último trimestre del 2015.
Tal parece que nuestros sucesivos gobiernos, no son concientes de dónde están nuestras debilidades en lo que respecta a la lucha contra la corrupción y dan nuevas leyes y reglamentos de contrataciones y adquisiciones, dicen, tratando de simplificar los procesos y facilitar el uso del presupuesto asignado para cada entidad. Así, se han ido creando el sistema de compras masivas bajo la supervisión del OSCE, el de subasta inversa y otros más.
Por eso, llama la atención que los contendientes por la presidencia del Perú ignoren o no den muestra de quererse adentrar en el muy fértil y millonario ámbito de las compras del Estado. La letal combinación de burócrata mañoso y ratero con la de gobernantes ambiciosos e irresponsables da como resultado el dispendio y desperdicio del dinero de los peruanos porque a veces se compra con precios inflados y sobornos suculentos.
El señor Pedro Pablo Kuczynski ha sido ministro y funcionario del Estado varias veces desde los años 60, de manera que es prácticamente imposible que desconozca la peligrosa zona en que se juegan bolsas que sufragan preferencias y, lo que es peor, otorgan coimas groseras a delincuentes profesionales.
El caso de la señora Keiko Fujimori es algo distinto porque ha sido empleada del Estado en su cargo de parlamentaria. No obstante, nada la exime de penetrar en estos terrenos que serán el día a día de obtener el triunfo el próximo 5 de junio. Hay que exigirle ciencia y conciencia.
Ningún gobernante puede inhibirse del conocimiento profundo de cómo se pilotea la maquinaria del Estado. En la entrega anterior, dijimos y denunciamos cómo en la adquisición de e-pasaportes en diciembre 2015, a cargo de Cancillería hay un sobreprecio de US$ 16 millones de dólares.
Con el gobierno que fuere, se impone la instalación de comisiones investigadoras que metan a la cárcel a los aventureros que bajo órdenes de no se sabe quién (por lo menos hasta hoy), hicieron negocios estrafalarios quitando puestos de trabajo a los peruanos e irrespetando la soberanía nacional.
Digamos que si el objetivo es hacer más fácil el proceso de adquisiciones y contrataciones y se supone que se ha ido avanzando en ello, no se entiende entonces, cómo se sigue permitiendo la contratación de entidades internacionales, algunas cuyo objeto de creación y existencia no tiene nada que ver con lo que se va a adquirir, sólo bajo el supuesto de que son honestas. ¡Como si no estuvieran integradas por seres humanos, sujetos también a presiones y tentaciones!
¿Por qué no son las propias entidades quienes lleven adelante los procesos de selección de proveedores? Si requieren apoyo de tipo profesional con el que no cuentan, ¿por qué no se contratan consultores individuales o se recurre a los colegios de profesionales peruanos? ¿Acaso son, por ejemplo, nuestros ingenieros civiles de menor nivel que los del exterior?
Así, cada gobierno da su propia ley de contrataciones del Estado y reglamento de contrataciones. El saliente de Humala no podía ser la excepción, como tampoco podía serlo en no identificar la debilidad mencionada. ¿O en realidad, este espacio se deja adrede, ya que reconocen que las normas aprobadas adolecen de una serie de falencias y no cumplen el objetivo de simplificar el sistema de compras, hacerlo transparente, y de fácil aplicación por las entidades? Con lo cual, las de mayor presupuesto tienen el camino expedito para la contratación de estos organismos internacionales, varios de ellos inexpertos en lo que van a concursar.
Para colmo de males, en esta nueva ley, se ha eliminado la presentación de propuesta técnica y económica. Actualmente, sólo existe la presentación de oferta, donde prima el postor que oferta el precio más bajo; asimismo, en la mayoría de licitaciones el único factor que otorga puntaje es el precio, no constituyendo puntaje ahora la experiencia del postor o el cumplimiento de la prestación. En próxima entrega abundaremos sobre el tema.