Una cortina llamada Corte Internacional de La Haya
Por Juan Sheput
Ningún peruano niega la importancia de la presentación de la Memoria del Perú ante la Corte Internacional de la Haya. Es un paso más del proceso que se inició en el año 2002 cuando el presidente Alejandro Toledo conversó con el presidente de Chile Ricardo Lagos y se manifestó en la Ley de Bases limítrofes que promulgó el mismo presidente Toledo en el año 2004.
Ya en el año 2006, Alan García prometió a Chile, y se notó con su actitud, enviar el tema limítrofe "a la congeladora", cosa que no pudo hacer por presión de fuerzas opositoras patrióticas.
En estos días, Alan García habla de días hermosos y de unidad, su premier, Yehude Simon hace llamados a la unidad y sus ministros de izquierda, el de Salud y el de la Mujer, son entusiastas cómplices de notorios actos de corrupción.
Mientras el Perú se une alrededor de La Haya, los faenones continuan. La Haya copa titulares, llena noticieros, es el tema de los reporteros. Y mientras el Perú "se une" la normalidad gubernamental sigue por todo lo alto.
¿Cuál es esa normalidad?
En primer lugar una vocación por el faenón, con licitaciones a dedo, obras inconclusas, gastos innecesarios, derroche de recursos fiscales, populismo, clientelismo y todos los ismos propios de gobernantes sin visión de futuro y preocupación por el país.
Por ejemplo en FONCODES la corrupción es notoria. Los gastos corrientes se han incrementado de manera notoria y abusiva y la ministra Carmen Vildoso justifica al funcionario Carlos Arana, ese mismo que es amigo y allegado de Agsutín Mantilla.
Sigue adelante también el uso clientelista de los programas sociales, claro, con la anuencia de la Ministra, quien hace de manera eficiente lo que antes le criticó a las ministras de la mujer fujimontesininista.
Sigue adelante también el despojo corrupto del Aeródromo de Collique, en tanto el presidente García pide que se construya en los cerros y ya tiene en mente el gran faenón de los acantilados de la Costa Verde.
Los grandes almacenes chilenos siguen promoviendo el consumismo a tasas altísimas, impensables en Chile, pero permitidas en el Perú por la Superintendencia de Banca y Seguros a cargo del señor contador Tam Fox.
El alcalde de Lima Luis Castañeda Lossio, sigue promoviendo obras faraónica e inútiles, que no solucionan el caos del tránsito en Lima pero son un gigantesco negocio para alguien (o algunos) además de las empresas constructoras.
La normalidad, pues, al fin y al cabo.
Y en tanto el diario La Primera nos informa que el candidato de Alan García para contarlor tampoco tiene título.
Pero todo eso debe olvidarse. Lo pide nuestro trámite histórico en La Haya.
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