Por Rocío Ferrel
.........Rodolfo Codina |
El canciller chileno, Mariano Fernández, recomendó hoy a los políticos y autoridades del Perú “cuidar el lenguaje”, debido a lo inconveniente de las efervescencias que ha generado la presentación de la demanda limítrofe que nuestro país realizó contra Chile ante la Corte de La Haya.
"Hubo un cierto lenguaje que es excesivo, no corresponde, somos países vecinos, vamos a seguir siendo vecinos para siempre y por lo tanto yo recomendaría a la gente que cuide los lenguajes", declaró Fernández a la prensa chilena.
Son los chilenos los provocadores
Como transmitió la prensa chilena, por ejemplo, son los militares chilenos los que comenzaron a hablar de sus Fuerzas Armadas para enfrentar un conflicto por la demanda marítima. "Nosotros cumplimos con estar bien preparados ante cualquier eventualidad como Armada", afirmó el comandante en jefe de la institución, Rodolfo Codina.
En realidad no sorprende nada, pues Chile todavía mantiene su troglodita lema “Por la razón o por la fuerza”, incluso lo dice de sus inversiones en otros países, de modo que tienen un canciller acorde con ese subdesarrollado lema, la formación que reciben en la cancillería chilena es de baja calidad, en el mismo nivel de primitivismo, por eso tienen los cancilleres que tienen.
El Perú ha presentado una demanda por la vía jurídica internacional, pacífica, de modo que en respuesta, sacar a sus jefes militares en actividad a declarar en contestación a la demanda es un acto de hostilidad y grosería, una insolencia (aunque materialmente no es de preocupación conociendo la tradicional cobardía de los militares chilenos)*.
Eso debería bastar para que el Perú y todos los países civilizados no permitan la instalación de inversiones chilenas.
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* Durante la primera invasión chilena al Perú, en 1837, el delincuente chileno Manuel Blanco Encalada, jefe de las tropas invasoras, se internó en Arequipa, pero, percibiendo que no iba a derrotar al mariscal Andrés de Santa Cruz, se rindió cobardemente en Paucarpata, lo cual demuestra que el militar chileno sólo pasa a la ofensiva cuando tiene muy amplia superioridad material.