Por Milcíades Ruiz

En las sociedades de animales salvajes, la manada protege su descendencia que asegura el porvenir de la especie. En el salvajismo capitalista de sociedades como la nuestra, el peligro acecha en cada instante, pero las personas jóvenes no tienen la protección apropiada. El sistema en el que vivimos está concebido para que víctimas y victimarios convivan bajo la ley del más fuerte económicamente. Así, los depredadores hacen su cacería como si fuese un derecho natural. Pueden atacar a sus presas abiertamente y también de manera sofisticada.

Sabemos que el futuro de nuestra patria depende de la formación de las nuevas generaciones. Sin embargo, no tenemos una política de estado que garantice esta previsión estratégica en las condiciones apropiadas. La enseñanza en aulas es solo una condición, pero se precisan de otras condiciones sin las cuales el futuro de los jóvenes suele ser decepcionante. Ellos conducirán el país en los años venideros y si analizamos la calidad de la juventud peruana quizá no estén aptos para sumir este reto.

En nosotros se refleja el momento histórico que vivimos y los valores que nos sirven de luz, alumbran nuestros sentimientos. A la juventud actual le ha tocado vivir en una época de auge tecnológico pero su escala de valores sociales está seriamente distorsionada por el sistema de dominación que le imprime vocaciones alienantes. En estas condiciones, los conceptos de patriotismo, solidaridad, igualdad, justicia social, democracia, etc., les suena extraños y no están en el primer plano su libreto de vida, no lo sienten, no los conmueve.

¿Qué podemos esperar de nuestros hijos si no les damos las condiciones apropiadas para que puedan defenderse exitosamente en un medio adverso de sobrevivencia capitalista? ¿Y qué podemos esperar de la juventud peruana si no le damos las condiciones apropiadas para su desarrollo generacional exitoso? La nave nacional es un desastre, impera el desorden. Nadie sabe a dónde vamos ni cuáles son los objetivos nacionales por los que debemos luchar. Entonces los jóvenes andan perdidos sin rumbo ideológico.

Las federaciones de estudiantes universitarios han perdido su capacidad política y combativa, Los partidos políticos ya no satisfacen las expectativas juveniles y ante la falta de liderazgo se opta por los colectivos, que resultan más funcionales en las movilizaciones populares. Estamos en la línea de lucha por nuestros recursos naturales, agua, riqueza minera, bosques, ecología, pero dejamos de lado lo más valioso que son nuestros recursos humanos.

Las condiciones materiales determinan nuestra conducta social. Hay desaliento cuando no se cuenta con las condiciones que permitan nuestro desarrollo. Las estadísticas nos dicen que la tasa de desempleo juvenil es casi ya del 20%, situación que se agrava con la migración extranjera. Algunos millones de jóvenes recurren al comercio ambulatorio pero otros millones caen en la delincuencia y las cárceles están superpobladas de jóvenes. A nivel general, cada día hay menos empleo y más delincuencia.

Según el último informe del Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima, la población entre 15 y 29 años que ni estudia ni trabaja (nini) asciende al 18.9% (1 millón 365 mil jóvenes). El nivel de educación alcanzado por estos jóvenes, es en su mayoría secundaria (21.3%) y primaria (21..1%).

La región con mayor número de jóvenes que ni estudian ni trabajan es el Callao (25.1%) lo que se refleja en su nivel de delincuencia. Le siguen Lambayeque (23.1%), Tumbes (22,3%), Tacna (21,3%), Arequipa (21,1%) y Lima (20,8%). Estos indicativos nos hacen ver que hay un gran problema subterráneo al que no le prestamos atención. Solo vemos lo superficial. Vemos las consecuencias, pero no las causas.

Son millones de padres de familia que sufren porque sus hijos no tienen trabajo y no contribuyen con el sostenimiento del hogar. Pero también sufrimos los demás y también somos ninis. Ni podemos dormir tranquilos, ni estamos libres de ser asaltados. Sin embargo, ni desarrollamos una propuesta de solución ni asumimos una actitud política en defensa de la juventud peruana.

Le derecha y sus lacayos nos repiten que la barita mágica es la inversión privada. Pero no se están refiriendo a la inversión privada de los pequeños negocios rurales y urbanos, sino a la que realizan las transnacionales depredando nuestros recursos naturales. Es que sus empresas parasitan la inversión extranjera mediante subcontratos. La verdad es que la gran minería ni genera empleo masivo, ni genera desarrollo local. Toda la riqueza se va al extranjero para no volver.

Pero el asunto es crear empleo en la cantidad que se necesita y en los lugares requeridos. ¿Puede la minería cubrir la demanda de empleo en el Callao y otras regiones de mayor desocupación? La respuesta es obvia. Los estudios señalan que el sector agropecuario es de lejos, el que absorbe mayor empleo porque es intensivo en mano de obra. Pero veamos solo un aspecto común agro/minería que es el de exportación, para ver el efecto multiplicador en el empleo.

En la Tabla 2 elaborada por Jorge Baca Campodónico- Economista Principal de MAXIMIXE, se presenta el impacto multiplicador de las exportaciones en el PBI total y en el empleo. La minería genera más PBI, pero ese incremento no es nuestro sino de las transnacionales. Pero en cuanto a empleo, la situación es diferente.

Es más, en la cadena de producción agraria primaria, agroindustria y pre exportación, la diferencia en generación de empleo es mucho más inmensa en comparación con la minería. Entonces dentro de una estrategia de desarrollo nacional con pleno empleo tenemos que considerar esta realidad y si en las actuales condiciones es urgente resolver el problema del empleo localizado, lo lógico sería apoyar las inversiones agrarias ambientalmente limpias y de circuito económico endógeno para potenciar los capitales nacionales que se quedan en el país.

Este sería un giro estratégico deseable, pero a los gobernantes eso no les importa y aunque la juventud está en estado de emergencia, ellos están más preocupados en el protagonismo de la farándula política. Pero no esperemos que el gobierno se acuerde de la juventud y por nuestra parte deberíamos tomar iniciativas para dar a los jóvenes mayor protagonismo nacional, para que expresen sus intereses y gesten su propio desarrollo.

En nuestra historia hubo momentos de auge juvenil y hasta la iglesia impulsaba el trabajo social con los jóvenes. Los veíamos en las zonas campesinas organizando los sindicatos del Movimiento Sindical Cristiano (MOSIC) compitiendo con estudiantes de otras vertientes políticas. Los jóvenes de la década de 1960 respondieron al reto del momento histórico asumiendo su rol con dignidad y heroísmo.

Por eso creo que es importante tomar iniciativas para generar oportunidades. Encuentros de la juventud revolucionaria a nivel provincial, regional y nacional, relanzamiento de las federaciones universitarias y otras actividades formativas, etc. En este sentido, el colectivo Revolución 3 de octubre ha puesto en marcha su Catedra Política del Pueblo, y también está invitando al FESTIVAL HIP HOP DE LA JUVENTUD PERUANA – TÚPAC AMARU http://revolucion3octubre.com/festival-tupac-amaru-encuentro-para-volver-a-ser/

Así mismo, les comunico que el jueves 19 de setiembre de 2019, a las 7:00 p.m., en la Sala de Exposición 2 de la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima), se inaugurará la exposición histórica Heraud. Dimensiones de un viaje, en la que podrán apreciar detalles muy interesantes sobre la vida de este insigne joven poeta y guerrillero. Documentos inéditos, poemarios, sus rastros biográficos y su gesta heroica. El ingreso es libre.

Todos pasamos por la etapa de la juventud en nuestro ciclo de vida. Razonando con la dialéctica nos daremos cuenta de es clave para el rendimiento posterior. En esta etapa se toman las decisiones más importantes para nuestras vidas. Si no le sacamos provecho a esta etapa, el futuro será deficiente. Las lamentaciones no harán retroceder el tiempo.

 

Agosto, 2019
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