Rubén Alexis Hernández

La infección por el coronavirus denominado COVID-19, declarada por la OMS como pandemia, es una lamentable realidad mundial, si bien genera suspicacia debido a su origen, en el contexto del actual panorama geopolítico y económico global, y la feroz guerra, por ahora comercial, entre Estados Unidos y China. En todo caso, haya sido intencional o no el inicio de la infección por el virus en cuestión, lo que sí es cierto es que el desarrollo de la pandemia es un tema de relevancia mediática mundial, y una situación crítica que va siendo aprovechada por los Gobiernos y las élites en pro de sus intereses, y por tanto en perjuicio de las masas. Por desgracia la historia nos enseña que cada crisis o catástrofe en el pasado, debida a factores naturales, biológicos, sociales, económicos, o de otra índole, fue utilizada por los poderosos en su propio beneficio, y así seguirá ocurriendo mientras en el planeta haya una minoría dominante con apetencias egoístas. Más aún, para dichos poderosos ha importado un comino el bienestar de los caídos en situación de pobreza y miseria; para muestra un botón, y es que en el marco de la actual pandemia numerosos economistas, empresarios y políticos se han atrevido a señalar que es tan o más importante atender el ámbito económico-capitalista que el sanitario. ¡Vaya espíritu solidario!

 

coronavirus

 

A continuación algunos elementos que indican claramente que la pandemia por el coronavirus COVID-19, está siendo utilizada nefastamente por las élites y los Gobiernos en sus propios beneficios:

1.- Si bien las epidemias y pandemias han afectado a individuos de cualquier estrato social-económico, es obvio que los ricos siempre han tenido la posibilidad de afrontar con mayor éxito las crisis sanitarias. En este contexto es indudable que los pobres han sido los más vulnerables, y en consecuencia la mayor cantidad de fallecidos ha correspondido a sectores marginados. En el marco de la pandemia por el COVID-19, las élites ‘matan dos pájaros de un tiro’: por un lado está siendo reducida “naturalmente” la población pobre y de edad avanzada, de poca utilidad a la economía capitalista, y por el otro lado se aprovecha para debilitar y fragmentar aún más el tejido social conformado por la mayoría.

2.- De lo anterior se desprende que crisis sanitarias como la actual son utilizadas por los Gobiernos para ejercer un mayor control y vigilancia social en medio del estado de emergencia, de alarma o de excepción, y aprovechar, por ejemplo, la ejecución de cuarentenas colectivas para desmovilizar y reprimir aún más a los pueblos en lucha contra los poderes globales. A esta hora se lleva a cabo en medio planeta una especie de toque de queda, y necesario o no para evitar una propagación mayor de la infección, lo cierto es que la pandemia está siendo usada con gran provecho por aquellos Gobiernos fuertemente criticados y denunciados por numerosos ciudadanos. Y evidentemente para lograr que la cuarentena sea cumplida con rigurosidad, no dudarán las autoridades en emplear la fuerza policial-militar de ser necesario, avalada por el marco legal.

3.- Con el cierre de fronteras terrestres, aéreas y acuáticas, crecerá a un nivel alarmante la xenofobia, y será bien manejada por los Gobiernos nacionales que han venido aplicando leyes antiinmigratorias estrictas y extremas por diversas razones. Cae como anillo al dedo para algunas administraciones de Europa occidental, América del Sur y para el Gobierno del “loco” de Donald Trump, que incluso ha aprovechado para acusar a China de ser la nación responsable de diseminar la infección por el mundo, y por tanto está utilizando la crisis sanitaria para incitar el odio popular en el hemisferio occidental hacia el gigante asiático y sus aliados (como Rusia e Irán), rivales de Estados Unidos, y a la vez está tomando medidas para intentar mantener la hegemonía norteamericana en el orbe.

4.- La enorme relevancia mediática de la pandemia por el COVID-19, ha logrado captar la atención de centenares de millones de seres humanos, además de hacerlos entrar en pánico y zozobra, logrando con esto las élites y los Gobiernos tener una cortina de humo y una justificación para decretar una serie de medidas, por lo general impopulares. Desde el punto de vista económico se están liberando los precios y haciendo recortes salariales y laborales, por ejemplo. Al fin y al cabo para los poderosos lo primero es cuidar su economía y luego atender las necesidades de la mayoría.

5.- Ya que se hizo mención del aspecto económico en el párrafo anterior, considérese que la actual crisis ciertamente afecta a la economía capitalista en general, pero pronto se recuperará, según analizan diversos personajes ligados al mundo de los negocios. Por desgracia para lograr tal recuperación se pretende desde los Estados estimular al sector privado, con medidas como la inyección de fondos públicos y la reducción de las tasas de interés. Una vez más las empresas y corporaciones globales se beneficiarán con dinero estatal, y de igual manera seguirán enriqueciéndose a costa de la mano de obra y los consumidores, sin mejorar los salarios ni hacer inversión social. Los capitalistas, como siempre, obtendrán beneficios a mediano y largo plazo tras la crisis, mientras que los pobres cargarán sobre sus hombros con todo el peso de las consecuencias terribles post-crisis.

6.- Siguiendo con lo económico, la banca global será uno de los sectores más beneficiados, tal cual ha ocurrido luego de catástrofes desde siglos atrás. Se continuará enriqueciendo a costa del sufrimiento y la desgracia de la mayoría, y de la necesidad que tendrán los países de buena parte del mundo de refinanciar su deuda para recuperarse económicamente, sin importar el sacrificio a que someterán a su población para pagar esa deuda. Luego de la Segunda Guerra Mundial, con su doloroso saldo de muertos y heridos y devastación material, la banca estadounidense “apoyó” a media Europa mediante el famoso Plan Marshall, obtuvo enormes ganancias con el paso de los años, y de paso tuvo a los eurooccidentales a su merced hasta el día de hoy; y con la crisis generada por el COVID-19 seguramente Estados Unidos volverá a tratar de beneficiarse y así recuperar de forma parcial su economía, pero también estarán la banca de China y de otras potencias procurando ofrecer sus servicios “desinteresados” para ayudar a las naciones que resulten más afectadas por la catástrofe sanitaria de turno.

7.-La Industria farmacéutica global será otro sector con importantes ingresos durante y después de esta crisis, en especial por la cantidad de medicamentos e insumos vendidos en todo el mundo, buena parte de ellos ineficaces para controlar y tratar la infección, que cede mejor con el reposo y la ingestión de abundantes líquidos. Más aún, las corporaciones globales de algunas potencias están en plena lucha frontal por llegar a tener la exclusividad de fabricar y vender la vacuna contra la infección originada por el COVID-19, y obviamente no podía faltar en este sentido Estados Unidos. En realidad el ámbito sanitario a escala mundial es visto como un vulgar negocio desde hace mucho tiempo, siendo la farmacéutica una de las más prósperas industrias en el planeta, a la que por supuesto no conviene que la mayoría de la población esté sana.

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