En su última conferencia de prensa, de este martes 24, para dar a conocer la evolución de la pandemia del coronavirus en el país, el presidente de la República, Martín Vizcarra, dijo que “la lucha para enfrentar este flagelo es tarea de todos los peruanos”, enunciado al que las cámaras de comercio regionales le otorgan su más amplio respaldo.
Nunca pudo ser tan oportuno un llamado a la unidad nacional para enfrentar juntos la grave secuela que nos dejará el coronavirus con la irreparable pérdida de vidas humanas y en el deterioro de la economía, generando mayor desempleo y el incremento de la pobreza, hoy en un nivel de 20% de la población debido al crecimiento económico sostenido de los últimos años, gracias a la inversión privada y al trabajo de todos los peruanos.
Para poner en práctica el llamado presidencial, este es el momento para que se formalice un Consejo Económico Público Privado, integrado por representantes del Gobierno, de los gremios empresariales y de la sociedad civil, para comenzar a formular los planes destinados a la reconstrucción de la economía, apenas concluya el Estado de Emergencia Nacional.
Siendo el sector privado el principal motor de la economía es necesario que participe en la reconstrucción tras esta crisis, trabajando conjuntamente con el Gobierno en estrategias que permitan revertir el impacto económico en el corto y largo plazo.
El presidente Vizcarra también dio cuenta de la reunión del Consejo de Estado con la presencia de representantes del Congreso de la República, del Poder Judicial, del Ministerio Público, de la Contraloría General de la República, de la Defensoría del Pueblo y del Tribunal Constitucional, sosteniendo un diálogo oportuno y constructivo para enfrentar la coyuntura.
Informó que todos estuvieron de acuerdo en “el control concurrente” de la CGR para no detener las inversiones y el gasto que demanda atender esta difícil coyuntura y la ejecución de los proyectos, así como en la necesidad de la delegación de facultades para que el Ejecutivo legisle con premura, con cargo a dar cuenta al Congreso de la República, sobre los temas más acuciantes para enfrentar la grave contingencia que vive el país.
Con la inamovilidad de la población, de los trabajadores y de la mayoría de empresas, decretada acertadamente por el Gobierno para evitar la mayor propagación del coronavirus, la economía interna se ha parado; y en el frente externo, con el serio deterioro que ya muestran las economías mundiales, caso de Estados Unidos y China, las dos más grandes e importantes locomotoras del crecimiento global, la región latinoamericana y nuestra economía también sufrirán las consecuencias de esta crisis.
En efecto, mientras en el 2019 destinamos casi el 30% de nuestras exportaciones a China, este año caería a menos de la mitad, y el turismo receptivo que tiene un efecto multiplicador en los sectores de transporte, hoteles y gastronomía, y que el año pasado movilizó a 4.4 millones de visitantes reportando ingresos por casi US$ 4,800 millones, este año experimentaría una severa caída. Habrá menos divisas y, por tanto, menos tributos para el fisco.
Asimismo, la Bolsa de Valores de Lima ha perdido este año el 25% de su valor por la turbulencia en los mercados bursátiles del mundo, lo que indudablemente repercutirá en la menor llegada de capitales; mientras que en el 2019 la Inversión Extranjera Directa en el Perú ascendió a US$ 8,900 millones, según reportes del Banco Central de Reserva, este año se proyectan niveles menores de inversión extranjera.
Estas y otras distorsiones han comenzado a romper la “cadena de pagos” que es la arteria que moviliza la liquidez dando vida a la economía que, de acuerdo a lo que estiman los expertos, este año el PBI crecería en el mejor de los casos apenas el 1%, o quizá terminemos en recesión, después de 20 años de crecimiento continuado.
Cierto es que se han promulgado algunos dispositivos legales para ayudar con la liquidez de las empresas en el corto plazo, como diferir el pago del Impuesto a la Renta, devolución de lo cobrado en exceso por la SUNAT, liberación de la cuenta de detracciones, y la SBS autorizó la reprogramación de los pagos al sistema financiero. Somos conscientes que ayudan, pero también que no son suficientes. Felizmente el Perú tiene sólidos fundamentos macroeconómicos como estabilidad monetaria, bajo déficit fiscal y baja deuda pública como porcentaje del PBI, ventajas que debemos aprovechar para reformular los planes de crecimiento.
Y es no menos importante el impacto económico que van a sufrir los millones de peruanos que desempeñan un trabajo independiente, cuyos ingresos diarios son para cubrir sus necesidades básicas, y hoy día, con la cuarentena obligatoria, están en para, y que con la caída futura de la demanda interna pasarán momentos muy difíciles.
Es el momento de seguir tomando decisiones trascendentes sin sesgo político. La crisis económica que se nos viene podría ser similar o peor a la que se originó en el sistema financiero mundial en el 2008, o el estrepitoso derrumbe del Wall Street de Nueva York en 1929.
Por ello, parodiando al ilustre tacneño Jorge Basadre, las cámaras de comercio regionales dicen hoy “que el Perú es más grande que sus problemas”, por lo que los sectores público y privado deben ahora más que nunca unir esfuerzos para reconstruir juntos la economía y enrumbar al país por la senda del desarrollo.
Perucámaras