Por Juan Sheput
Fueron tantos los anuncios de cifras y obras -algunas de ellas cuestionadas- que por momentos parecía que el presidente García estuviera grabando un spot de campaña. Sin un hilo conductor y mostrando datos en desorden el doctor Alan García dio una vez más un mensaje para el olvido.
Hace dos años DESCO publicó un libro sobre el primer año de García que indicaba que éramos un país sin rumbo. Hoy, iniciando el cuarto año de gobierno, el gobierno demuestra seguir sin orientación, sin norte, sin destino, sin objetivos. El de García es un gobierno ligado a la coyuntura, y ello, en un mundo globalizado es una peligrosa debilidad.
El discurso de García bien podría haberse pronunciado en 1989. Absolutamente premoderno apostando por lo tangible y por la extracción, sin ideas respecto a reformas claras y contundentes que nos lleven a salir de una economía primario exportadora. El presidente habló de la construcción de más represas cuando la amenaza de quedarnos sin agua por el cambio climático es más que evidente. Medidas inconexas que transmiten la idea de un gobierno que no sabe qué hacer. Por ejemplo se sabe que para el gobierno la Reforma del Estado se ha reducido a una fusión de programas sociales y a la eliminación de entidades que, como el CND, eran muy útiles. Hablar en ese sentido de Reforma del Estado suena a broma. Y utilizar al Congreso como paño de lágrimas, quejándose que las regiones tienen más recursos que el Ejecutivo, demuestra la incapacidad del gobierno para poner en marcha sus propias decisiones. En el mismo sentido, hace poco el Ministro de Economía habló de un plan de competitividad que ni siquiera ha sido mencionado por el presidente, a pesar de su gran importancia.
El mensaje no dijo nada importante de la lucha contra la corrupción, el primer problema del país, según las últimas encuestas. Como se sabe el gobierno creó la Oficina Nacional Anticorrupción ONA y luego la abandonó, sin recursos. Tampoco dijo nada de aspectos geopolíticos: el Perú cada vez está más aislado en América Latina y no hace nada por fortalecer lazos con nuestros aliados históricos.
Hay presente un tinte demagógico y electoral. La creación de brigadas juveniles como una línea adicional de gasto creará conflictos en los gobiernos locales y regionales. ¿Quién organizará a estas brigadas juveniles? ¿los prefectos? ¿los gobernadores? Como se sabe son los prefectos los que manejan en la actualidad la supervisión de los programas sociales. La campaña electoral y el uso de los recursos del estado está en marcha.
En fin. Un discurso muy pobre. Sin orden, sin visión de futuro, lleno de lugares comunes.
Finalmente, han pasado dos horas que culminó el Mensaje a la Nación del presidente García y no hay una versión oficial ni resumida en los portales del Congreso de la República, la Presidencia de la República o Andina, la agencia de noticias oficial. Esto demuestra una falta de respeto a la ciudadanía y el nivel de improvisación al cual se ha llegado. No me extrañaría que los ministros se hayan enterado de su contenido recién en el recinto parlamentario y que el mensaje no haya sido aprobado previamente en el Consejo de Ministros.
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