Herbert Mujica Rojas
Un artificio mental ha hecho creer a un alto porcentaje de legisladores que si logra la vacancia del presidente Castillo, ha obtenido una presea por “la democracia”. Miopes hasta la médula, los parlamentarios no calibran que hay mucha rabia popular contra ellos, su mentecatería y no logran ¡siquiera! superar a los congresos de los últimos 40 años.
¿Estarían los precarísimos inquilinos de Plaza Bolívar seguros en sus puestos? Allí tienen autos con chofer que le dice doctor 500 veces al día, pelotones de secretarias listas a golpe de voz o celular y brigadas de asesores entrenados para orientarles en los sutiles artificios del proceso parlamentario. Nótese que tienen pésimos alumnos o como profesores son aberraciones con saco y corbata.
Más aún. El sueldo está asegurado cada fin de mes. Y las invitaciones a comparecer ante la prensa garantizadas. ¡No importa qué digan, basta que engolen la voz, pongan rostro serio y saboreen el fraseo del conjunto de sandeces que emiten! A eso se llama imagen y proyección política. Cierto que es bueno anotar que de 130 legiferantes, acaso unos 10 ó 15 sí se expiden con propiedad.
¿Por causa de qué el fetiche de la vacancia? ¿Están libres los congresistas del dedo acusador del pueblo que les inquiere por responsabilidades que no cumplen, más bien irrespetan y la aguda falta de inteligencia en sus, hay que decirlo de alguna manera. proyectos de ley? Datos estadísticos revelan que la producción ha sido pobre.
¿Pelean por el pueblo y por un Perú libre, culto y justo los vacancia lovers? Hay motivos para dudarlo y en grado sumo. En el festival de mediocridades se confunden los resabios más oprobiosos del detritus político que alguna nación pueda exhibir sin vergüenza: desde la diestra tozuda hasta los oportunistas más caraduras. ¿No hemos visto a los alfiles –sin partido, con prontuario y sin apoyo popular alguno- “marchando” por la “democracia”?
La caída, a la larga o a la corta, afectará de capitán a paje y en la cuchipanda cada quien comprobará luego de la borrachera cómo es que fue usado para fines protervos.
Aquí el asunto es simple: los evasores no quieren pagar lo que deben; los gananciosos por malas artes y contratos con nombre y apellido; los señoritingos de alcurnia ficticia e historia hecha por sus propios familiares; financian, impulsan y tienen fichas en los miedos de prensa que se dan el lujo de “entrevistar” al gordo beodo y a un payaso ex legislador que pronuncia consignas vomitivas un día sí y el otro también.
Los trebejos actuales de la casta política, no son clase porque no ocupan ningún lugar en la producción económica, han sido muy elocuentes para demostrar una estolidez sino congénita desarrollada con el correr de años tortuosos de envilecimiento agudo. Negarles que son pupilos aprovechados sería una injusticia.
¿Qué hacen los clubes electorales? Básicamente nada. Creen que si algunos pierden la ubicación, aquellas serán ocupadas por vagos y rateros listos para cuando los llamen a filas. Vana ilusión de quienes prohijados por presidentes inmorales, olvidaron que la política no es un basurero sino la usina desde dónde conducir la revolución de un pueblo y que consiste en lograr un país con justicia social, pan y libertad. Así de simple.
No hay que pensar en cuánto va a costar reconstruir al Perú. Hay que pensar en cuánto va a costar no hacerlo, el peor ejemplo es el país como está en los días actuales, un caos que asfixia y aumenta la agonía suicida que nos atrapa.
Vacancia: ¡donde llueve, todos se mojan!
02.12.2021
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