Herbert Mujica Rojas

Nada hay que motive, dinamice, impulse, motorice y lubrique más el aparato económico del Perú y sus decenas de millones de habitantes que La Coima. En su culto, burócratas, de capitán a paje, parlamentarios, ministros, gerentazos, presidentes y ex mandatarios, han tributado homenajes al latrocinio y al saqueo por casi 200 años. Casquivana, La Coima, atrapa sin remedio y hasta provoca suicidios pusilánimes a sabiendas que muerto el perro se acaba la rabia. (Ya no hay caso penal).

 

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En la azarosa historia del Perú hay coimeros y asaltantes que, prematuramente desaparecidos o muertos, formaron imperios económicos, apellidos con aspiración de alcurnia y ascenso social en un país de confundidas gentes. La inversión de valores es de tal magnitud que NO hay muertos malos y si están fallecidos ya no hay que mencionarlos así hayan hecho de sus vidas ejercicios cainitas y miserables con las obras sociales y políticas que encontraron y destruyeron con la complicidad muda de observadores acríticos.
 
Por tanto, no hay un elan formidable y místico que gatille los anhelos colectivos del Perú hacia la construcción de un país justo, culto y libre. Hay una perversa manera de “vivir” rindiendo adoración a La Coima, calculando sus porcentajes y asegurando sus rutas firmes fuera del país y con guaridas en paraísos financieros.
 
¿Dónde están los millones de dólares esfumados de la caja fiscal y que merced a maniobras escandalosas enriquecieron a unos cuantos que aún siguen en la arena política (más propiamente saga delictiva) y ellos y sus hijos, “custodian” las formas, alquilan pelotones de abogángsteres y no mueven los porcentajes de La Coima?
 
Hemos venido denunciando cómo pésimos funcionarios de varios ministerios han preferido dar la buena pro de compras a importadores que traen baratijas asiáticas inseguras y las hacen pasar como mascarillas eficaces en la lucha contra el covid. ¿Esa amabilidad es gratuita? Su majestad La Coima no permitiría semejante malacrianza. Unos y otros pagan y también reciben, el round trip (cículo completo) se evidencia cuando hay cambio de autos, compra de bienes inmuebles, turismo urbi et orbi.
 
A partir de la experiencia demagógica y voluntarista de 1985, conocidos que andaban literalmente “pata al suelo” empezaron a mostrar trajes y sobretodos muy caros, claro que no dejaban las huachafas zapatillas por nada. Muchos mudaron sus viviendas y de los conos migraron a mansiones que era imposible sufragar con los sueldos que pagaba el Estado. Los negociados, componendas, cuchipandas y demás festivales, estaciones todas de su majestad La Coima, mancharon ¡para siempre! a quienes jamás habían logrado el gobierno desde 1930. Fue un desgobierno que fijó en el pueblo una imagen de falta de honradez y desverguenza irreversible.
 
¿Por qué la sociedad peruana convive, engríe y rinde honores a su majestad La Coima? Hagamos un ejercicio inverso: ¿qué ocurriría si su majestad La Coima no interviniera en la cosa pública del Perú? ¡Pues es muy simple: se PARALIZA el Estado y cualquier gobierno! Las arenas movedizas de la corrupción son el parapeto en que se fundan desde hace dos centurias, los gobiernos peruanos.
 
¿Qué han reclamado los integrantes de la derecha bruta y achorada, DBA?: ¿patriotismo, amor al pueblo, a su soberanía? ¡Pamplinas! ¡Que no les toquen el negocio porque son ellos los que mejor han ensamblado los mecanismos para expoliar al Estado y detrás de cada contrato hay villanos y forajidos listos a engullirse las presas!
 
Su majestad La Coima es “democrática”, no le importa que el ladrón sea de derecha o de izquierda, de centro, marciano o venusiano, sí le interesa que funcione y corrompa ¿y el pueblo del Perú? El hombre y mujer de la calle sólo vota pero paga todos los impuestos y cada préstamo o empréstito ya está inscrito en la obligación de cada nuevo ciudadano para los próximos 50 años.
 
Decía González Prada: “tomar a lo serio cosas del Perú, esto no es república, es mojiganga”.

13.12.2021



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