Herbert Mujica Rojas

Ha dicho a Bloomberg, en declaraciones que consigna un medio local, el embajador peruano en Washington, Alfredo Ferrero, lo siguiente:

“Perú está trabajando para estrechar la relación con Estados Unidos a través de un gran proyecto destinado a equilibrar la presencia de ambas potencias en las costas peruanas. Según Ferrero, este proyecto busca contrarrestar el creciente impacto de China en el comercio marítimo peruano y garantizar un equilibrio en la balanza de influencias”.

 

Joe Biden Alfredo Ferrero

“El cien por ciento de la electricidad de Lima es de propiedad china, muchos de los proyectos mineros de cobre también son de China. China tendrá el puerto más grande de Sudamérica”, señaló Ferrero.

“Esa es la situación objetiva y Estados Unidos lo ha notado. Pero no basta con darse cuenta, es necesario actuar”, añadió.

El diplomático destacó que el puerto de Corio podría ser una contraparte del proyecto de Chancay, desarrollado por Cosco Shipping Ports, que posee el 60% de las acciones del proyecto junto a su socio peruano, Volcan Compañía Minera.

"Sería un puerto que podría ser un contrapeso al proyecto Chancay de China", declaró Alfredo Ferrero a Bloomberg.” https://larepublica.pe/mundo/2024/06/14/el-megapuerto-de-sudamerica-que-seria-financiado-por-estados-unidos-y-superaria-al-unico-de-china-en-la-region-596540

Como es de recordarse el señor Ferrero fue uno de los artífices fundamentales del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos años atrás y que está aún en vigencia.

Por vez primera, con lenguaje edulcorado, tecnocrático, el gobierno peruano admite la lucha franca que hay entre las dos superpotencias China y por el otro lado Estados Unidos. Cuando el embajador peruano afirma su propósito de “estrechar” vínculos con Washington nos revela de qué lado está y ha estado siempre.

Nuestra tesis temprana, meses atrás, fue que Perú asemeja a un ring de box, en una esquina China con su impresionante avance geopolítico, colocación de enclaves vía empresas privadas de propiedad del Estado chino y anuentes ex militares nativos dispuestos a hacer cualquier cosa para complacerlos.

En la otra esquina, el State Department que no pudo tener mejor aliado local que el señor Alfredo Ferrero cuyas simpatías acérrimas por EE. UU. jamás han sido escondidas.

Una pregunta simple: ¿es tarea de un embajador peruano en Washington trabajar y coincidir con los tradicionales enfoques geopolíticos de Estados Unidos en Latinoamérica y en particular en Perú?

No lo dice quien esto escribe, ha sido Ferrero quien habla de garantizar “un equilibrio en la balanza de influencias”.

Escenario y tarima de la bronca entre dos acorazados mundiales, Perú al medio y semi engullido por ambas naciones, el espectáculo tiene mucho de lacerante vigencia pero también es demostrativo de cómo los siervos no escatiman recursos para mostrarse más papistas que el Papa.

¿Es un tema del gobierno de doña Dina Boluarte? ¿No son los puertos o los recursos naturales propiedad de todos los peruanos? Ergo cuando se toca un milímetro del Perú integral y geográfico, marítimo o aéreo o sus proyecciones hacia el Atlántico y la Antártida, es obligatorio y de principios, involucrar a sus habitantes.

Este divorcio no es solo de la administración Boluarte. Lo es, sobre todo, de los clubes electorales, alias partidos políticos, que ahora están muy preocupados en asegurar cupos en diputados y senadores porque eso garantiza el pingue negocio del tráfico de influencias.

Pero estos carecen, además, siquiera de la más mínima voluntad de integrarse al análisis de cómo van a dirimirse pleitos ajenos en nuestras tierras y con la conveniente participación de elementos nativos casi siempre mercenarios de los de afuera, en uno u otro sentido, por desdén absurdo del resto.

El imperialismo, es decir la influencia fuera de sus ámbitos geográficos hacia ultramar y en forma de capitales, inversiones, finanzas, tecnología a países menos desarrollados está mostrando sus dientes en Perú.

Quien pretenda que cerrar las puertas es una solución, se equivoca con torpeza. Hace lo propio el que intente abrir las puertas de par en par. ¡Mucho más deleznables aquellos que alimenten la escenografía de una invasión guerrera moderna con todo el Perú al medio!

Se preguntaba Haya de la Torre ¿hay que tratar con el imperialismo? Sí, el asunto es cómo tratar.

Presentar desconocidos planes, condiciones y gestiones para lograr un “equilibrio en la balanza de influencias” sin que nadie tenga la más mínima idea de qué se está negociando en nombre del Perú, es simplemente traición. Y los proditores tienen larga trayectoria de entreguismo y sujeción a los del norte.

En Cancillería ¿dejan que un no diplomático, más bien un especialista en negocios, los lleve de la nariz en la embajada más importante del Perú en el extranjero, Washington DC?

 

20.06.2024

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