Un reto para todos
Por Gustavo Espinoza M. (*)
Hoy puede decirse que en la cima de América, en la cumbre de la montaña más alta de nuestro continente, flamea la bandera de los 5 héroes cubanos encarcelados desde hace once años en los Estados Unidos.
Por Gustavo Espinoza M. (*)
Hoy puede decirse que en la cima de América, en la cumbre de la montaña más alta de nuestro continente, flamea la bandera de los 5 héroes cubanos encarcelados desde hace once años en los Estados Unidos.
Esto, gracias a la esforzada tarea cumplida por tres jóvenes argentinos de la provincia de Neuquén: Santiago Vega, y los hermanos Aldo y Alcides Bonavita.
Ellos lograron no sólo clavar nuestro estandarte de lucha donde lo hicieron; sino que, además con su hazaña, perfilaron un doble reto a la humanidad entera.
La bandera del Aconcagua es por cierto, un reto para el señor Barack Obama, que ingresa al segundo año de su gestión gubernativa sin haber restablecido la justicia en su país.
Pero es también un reto para todos nosotros, que debemos preguntarnos con toda sinceridad si estamos realmente trabajando por esta causa con la fuerza que el tema lo requiere.
Esta es una buena ocasión para que todos los que estamos aquí nos formulemos la pregunta y respondamos a ella de manera leal mirando nuestra propia conciencia.
¿Estamos asistiendo a las actividades que se hacen por los 5 en nuestro país? ¿Estamos apoyando las tareas a las que somos convocados regularmente? ¿Estamos sumando nuestras firmas y nuestros mensajes solidarios a la demanda mundial por la libertad de los 5? ¿Estamos contribuyendo con nuestra conducta concreta a esta causa que simboliza la dignidad del mundo? ¿Enfrentamos con valor y consecuencia la agresión del enemigo en la materia?
Nos hacemos estas preguntas no con el ánimo de incomodar a nadie, sino tan sólo para hacer ver la necesidad imperiosa de redoblar nuestra tarea y asumir nuestro papel con mayor esfuerzo y voluntad.
Hace once años que nuestros compañeros, jóvenes luchadores por la causa del hombre, inocentes de los delitos que se les imputan, y dispuestos a dar la vida por cada uno de nosotros; se pudren en los Penales de los Estados Unidos esperando la voluntad del mundo.
En una circunstancia como ésta, y ante el dolor universal de España, nuestro César Vallejo nos decía:
"Un hombre pasa con un pan al hombro ¿voy a escribir después sobre mi doble? Otro se sienta, ráscase, extrae un piojo de su axila, mátalo ¿Con qué valor hablar del sicoanálisis? Otro ha entrado a mi pecho con un palo en la mano ¿Hablar luego de Sócrates al médico? Un cojo pasa dando el brazo a un niño ¿Voy, después, a leer a André Bretón? Otro tiembla de frío, tose, escupe sangre ¿Cabrá aludir jamás al Yo Profundo? Otro, busca en el fango huesos, cáscaras, ¿Cómo escribir, después, del Infinito?"
Esta fue la manera como el poeta de nuestra Rita de junco y capulí supo llamar la atención de nuestro pueblo con relación a la profunda gravedad del drama humano.
A nosotros nos cabe, colectivamente, formularnos la misma reflexión ¿Podemos seguir en nuestra vida cotidiana, con sus pequeñas miserias y sus alegrías precarias, después de tomar conciencia y de saber a ciencia cierta que se apaga la vida de nuestros hermanos? ¿Podemos ignorar los llamamientos que se nos formulan, mirar con ojos incoloros la amarga realidad que tenemos por delante, eludir las tareas que nos caen de la vida, asustarnos ante el enemigo?
Que sea éste un nuevo llamamiento a la acción. Pero que no caiga en tierra yerma. Que sea una renovada invocación a la tarea. Pero que caiga en suelo fértil, como Martí quería que cayera la palabra buena.
Todo lo que se ha hecho, ha sido útil. Pero siempre ha sido, y siempre será, insuficiente. Para que sea suficiente tenemos que darnos la mano, todos; y alzar nuestra voz, con fuerza de millones. Con los 5, con Cuba y con Martí,
¡Venceremos!
(*) Intervención del Presidente del Comité Peruano de Solidaridad con los 5, en el acto de homenaje al 51 aniversario de la Revolución Cubana celebrado en Lima el 28 de enero del 2010
Ellos lograron no sólo clavar nuestro estandarte de lucha donde lo hicieron; sino que, además con su hazaña, perfilaron un doble reto a la humanidad entera.
La bandera del Aconcagua es por cierto, un reto para el señor Barack Obama, que ingresa al segundo año de su gestión gubernativa sin haber restablecido la justicia en su país.
Pero es también un reto para todos nosotros, que debemos preguntarnos con toda sinceridad si estamos realmente trabajando por esta causa con la fuerza que el tema lo requiere.
Esta es una buena ocasión para que todos los que estamos aquí nos formulemos la pregunta y respondamos a ella de manera leal mirando nuestra propia conciencia.
¿Estamos asistiendo a las actividades que se hacen por los 5 en nuestro país? ¿Estamos apoyando las tareas a las que somos convocados regularmente? ¿Estamos sumando nuestras firmas y nuestros mensajes solidarios a la demanda mundial por la libertad de los 5? ¿Estamos contribuyendo con nuestra conducta concreta a esta causa que simboliza la dignidad del mundo? ¿Enfrentamos con valor y consecuencia la agresión del enemigo en la materia?
Nos hacemos estas preguntas no con el ánimo de incomodar a nadie, sino tan sólo para hacer ver la necesidad imperiosa de redoblar nuestra tarea y asumir nuestro papel con mayor esfuerzo y voluntad.
Hace once años que nuestros compañeros, jóvenes luchadores por la causa del hombre, inocentes de los delitos que se les imputan, y dispuestos a dar la vida por cada uno de nosotros; se pudren en los Penales de los Estados Unidos esperando la voluntad del mundo.
En una circunstancia como ésta, y ante el dolor universal de España, nuestro César Vallejo nos decía:
"Un hombre pasa con un pan al hombro ¿voy a escribir después sobre mi doble? Otro se sienta, ráscase, extrae un piojo de su axila, mátalo ¿Con qué valor hablar del sicoanálisis? Otro ha entrado a mi pecho con un palo en la mano ¿Hablar luego de Sócrates al médico? Un cojo pasa dando el brazo a un niño ¿Voy, después, a leer a André Bretón? Otro tiembla de frío, tose, escupe sangre ¿Cabrá aludir jamás al Yo Profundo? Otro, busca en el fango huesos, cáscaras, ¿Cómo escribir, después, del Infinito?"
Esta fue la manera como el poeta de nuestra Rita de junco y capulí supo llamar la atención de nuestro pueblo con relación a la profunda gravedad del drama humano.
A nosotros nos cabe, colectivamente, formularnos la misma reflexión ¿Podemos seguir en nuestra vida cotidiana, con sus pequeñas miserias y sus alegrías precarias, después de tomar conciencia y de saber a ciencia cierta que se apaga la vida de nuestros hermanos? ¿Podemos ignorar los llamamientos que se nos formulan, mirar con ojos incoloros la amarga realidad que tenemos por delante, eludir las tareas que nos caen de la vida, asustarnos ante el enemigo?
Que sea éste un nuevo llamamiento a la acción. Pero que no caiga en tierra yerma. Que sea una renovada invocación a la tarea. Pero que caiga en suelo fértil, como Martí quería que cayera la palabra buena.
Todo lo que se ha hecho, ha sido útil. Pero siempre ha sido, y siempre será, insuficiente. Para que sea suficiente tenemos que darnos la mano, todos; y alzar nuestra voz, con fuerza de millones. Con los 5, con Cuba y con Martí,
¡Venceremos!
(*) Intervención del Presidente del Comité Peruano de Solidaridad con los 5, en el acto de homenaje al 51 aniversario de la Revolución Cubana celebrado en Lima el 28 de enero del 2010