Dos meses después, los obreros de Hialpesa siguen firmes y llaman a mantener el apoyo a su justa batalla contra los ceses colectivos
Por Fredy Salazar*
Dura pero ejemplar lucha
Dos meses cumplieron en la calle los obreros de Hialpesa luego que su patrón, Jaime Abusada Salah, decidiera despedirlos de forma imprevista y prepotente, el pasado 16 de junio. Ese día, a 190 obreros se les impidió el ingreso a la fábrica: a través de una hoja pegada en la puerta de ingreso se enteraron que habían sido declarados en “cese colectivo”. Desde entonces, los “cesados” viven un drama terrible: formalmente no están despedidos y por tanto no pueden buscarse otro trabajo ni iniciar un reclamo de reposición, ni tampoco son trabajadores porque no perciben salario. Se encuentran –dice la norma—“con vínculo laboral suspendido”.