La tercera derrota electoral del fujimorismo está teniendo en esta presunta organización criminal una reacción mucho más virulenta que la manifestada sus fracasos anteriores, no es casual que ello coincida con la cercanía del proceso que llevaría 30 años a la cárcel a Keiko Fujimori, conocida en el hampa judicial como “señora K”.
Por haber hecho de lambiscón de Mario Vargas Llosa al maniobrar mediante su canciller en Migraciones al permitir el ingreso del venezolano Leopoldo López a perpetrar injerencia en las elecciones presidenciales peruanas contra el candidato y ahora virtual presidente Pedro Castillo, el jefe de estado Francisco Sagasti creyó ingenuamente haberse granjeado el favor y la confianza del escritor.
La ONPE informa que al 99.935% de actas contabilizadas y 100.000% de actas procesadas, el candidato presidencial de Perú Libre Pedro Castillo suma 50.140% de los votos válidos, mientras que su contrincante de Fuerza Popular Keiko Fujimori llega al 49.860%.
El doctor Julián Palacín, miembro del equipo técnico de Perú Libre, explica por qué no procede la nulidad de las actas ya escrutadas ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE).
Al psiquiatra urgente. Delira: se creee adalid de la lucha internacional contra el “comunismo”
La perdedora de las elecciones presidenciales 2021, Keiko Fujimori, convocó a una conferencia sólo con la prensa internacional, a los cuales no les contó que le espera una sentencia de 30 años de cárcel por diversos delitos y que con su postulación buscaba burlar a la justicia y les narró una historia llena de difamaciones, propia de una organización criminal como aquella por la cual está acusada de presidir.
En un partido de fútbol, las normas son muy claras y se conocen con mucha anticipación, años o varios meses. En pleno partido un equipo no puede pedir que se cambie el reglamento, con mucho mayor razón en las elecciones en todo el mundo, las normas se conocen con mucha anticipación (criterio de predictibilidad) y no se cambian en pleno proceso electoral (principio perentorio y de preclusión), son inamovibles, pero el fujimorismo sí busca cambiar las reglas en pleno partido buscando perpetrar aberraciones jurídicas y que los magistrados incurran en prevaricato.
La misión de observación de la Organización de Estados Americanos (OEA) destacó que el proceso electoral en el Perú fue un “proceso electoral positivo”, donde no se han detectado “graves irregularidades”.