En seguida de las explosiones de buscapersonas y radios bidireccionales (walki talkies) de esta semana, Israel ha atacado con aviación el sur de Líbano e informa haber impactado en 1000 lanzaderas de cohetes (Katiusha y similares) de Hezbolá.

 

soldado libanes obliga a retirarse a militares israelies

 

Objetivo de explosiones en serie

En total, las explosiones de los días martes y miércoles de esta semana han matado unas 50 personas y herido unas 3000, seriamente lesionadas. Estas explosiones se produjeron en partes de Líbano pobladas mayoritariamente por musulmanes shiitas, de donde Hezbollah recluta sus combatientes. A las explosiones hay que añadir que el viernes Israel atacó un edificio de Beirut, lo cual provocó la muerte de un importante jefe militar de Hezbolá y unos diez comandantes, bajas que Hezboláh ha reconocido.

¿Qué buscaba Israel al hacer explotar los buscapersonas y radios? Esto se entiende mejor si tomamos en cuenta que minutos antes de las detonaciones, Israel —que por su servicio de inteligencia se había informado de que algunos miembros de Hezboláh miraban con sospecha los equipos de comunicación y dejaban de usarlos— comunicó a EE.UU. que se veía obligado a adelantar una operación (no mencionó a los estadoonidenses exactamente en qué consistía). Este adelantamiento indica que, en los planes de Israel, las explosiones eran complemento de otras acciones, posiblemente un ataque terrestre al sur de Líbano, aprovechando la conmoción y caos de las detonaciones. Hasta hace poco, una invasión a Líbano parecía impensable, dado que desde la década de 1990 hasta la fecha, los soldados y blindados de Israel solo han conocido derrotas1 ante la infantería de Hezboláh.

Qué podría pasar

Perdido el factor sorpresa en el que las explosiones eran pieza importante, parece que, con el apoyo material de EE. UU. —que le proporciona bombas—, Israel va a desarrollar una intensa y prolongada campaña de bombardeo a la zona sur de Líbano, donde se ubican las fuerzas de Hezboláh, con el propósito de desgastar y agotar a la milicia libanesa, que encontraría cada vez más difícil atacar a los sionistas con sus cohetes y misiles2. Por el momento, los libaneses no reflejan los golpes sufridos ni por el número de bajas (no más de 30 esta semana) ni por daños en su material de guerra, como se demuestra con los fuertes ataques del viernes con cohetes pesados3 contra la estratégica base aérea de Ramat David4 y el sábado contra la importante fábrica Rafael, especializada en tecnología militar electrónica, entre otros blancos.

En cuanto a Israel, el objetivo es asegurar el repoblamiento de su zona norte, pues los colonos judíos huyeron ante los permanentes ataques de Hezboláh. No se sabe si para Israel todo se arreglará con bombardeos aéreos o si de todas maneras —de presentarse condiciones favorables— contemplan una invasión al sur de Líbano para desalojar a Hezboláh, lo cual desde el punto de vista militar tendría muchos riesgos para los israelíes.

Hezboláh evalúa lo ocurrido

Hassan Nasrallah, caudillo de Hezboláh, ha reconocido la superioridad de la tecnología que EE.UU. proporciona a Israel, pero oculta la grave negligencia que los llevó a comprar el material de comunicaciones sin tomar las precauciones mínimas; por lo que se ve, no hubo ni siquiera una inspección aleatoria de los equipos al momento de recibirlos. Esto se añade en general a la falta de información histórica, pues Israel no ha hecho nada nuevo. Desde que existen medios de telecomunicación (desde el telégrafo hasta internet, pasando por la radio y la telefonía) siempre ha habido intervención o escucha por parte de ejércitos enemigos o la polícía. Si desde hace años Israel mata a mienbros de Hezbolá gracias al GPS de los teléfonos, los libaneses ya tendrían que haber tomado medidas.

En una época en que de un año a otro se producen avances científicos y tecnológicos, debe observarse que en el campo de las telecomunicaciones, especialmente en el servicio de internet, hace mucho tiempo se han producido intrusiones y se ha tomado el control de la red. Por ejemplo, en 1982 la CIA hackeó el sistema informático que controlaba el funcionamiento de los gasoductos de la Unión Soviética; una vez metida en la red informática, lo que hizo la CIA fue reprogramar la velocidad y presión del flujo de gas, lo que produjo una gigantesca explosión con efecto sísmico. Eso es lo que hace Israel (en la guerra todo vale) ahora al intervenir las diferentes redes de comunicación. Está claro que hoy todos los medios tecnológicos de comunicación tienen algún grado de vulnerabilidad.

Pero otros sí toman precauciones, por ejemplo Kataeb Hezbolah, la milicia shiita de Iraq, informó que hace tiempo no usa buscapersonas ni teléfonos, y todos sus medios de comunicación están sujetos a inspecciones. En Irán, el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica fabrica sus equipos de comunicación.

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1 Una vez iniciados los combates terrestres a corta distancia o cuerpo a cuerpo en un territorio no extenso, la aviación no puede intervenir, por el riesgo de alcanzar a sus propias tropas.

2 En ese momento se ampliaría el conflicto, pues es muy probable que Irán intervendría militarmente en auxilio de su aliado.

3 Son los Fadi, de 105 km de alcance y 83 kg de carga explosiva.

4 Por la ubicación de esta base, el ataque significa una extensión del radio de acción de los bombardeos de Hezbolá, más al sur, hacia Tel Aviv.

 

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