Un gigantesco cuerpo denso ha perforado un enorme agujero “de bala” en la corriente estelar más larga de la Vía Láctea, GD-1, informa la investigadora Ana Bonaca, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, en los Estados Unidos.
La estudiosa presentó sus hallazgos en la reciente conferencia de la American Physical Society en Denver, reporta LiveScience.
Las corrientes estelares son líneas de estrellas que se avanzan juntas a través de las galaxias. Por lo general tienen una densidad casi uniforme, pero la científica detectó un sitio probable de perturbación en una de estas estructuras. La morfología en el cielo apunta a un encuentro reciente y cercano con un “perturbador gigantesco” y denso", explica.
Pero no está claro con exactitud qué causó el agujero, pues no se puede relacionar el objeto impactador con ningún cuerpo luminoso que se hayamos observado, dijo Bonaca.
El cuerpo impactador es mucho más masivo grande que una estrella, equivalente a un millón de veces la masa del Sol y no hay estrellas de ese tamaño, por eso se puede descartar esta hipótesis.
Y si fuese un agujero negro, sería un agujero negro supergigante, como del tipo que se encuentra en el centro de nuestra galaxia.. Como no hay evidencia de que exista un agujero negro supergigante en la Vía Látea, la explicación más posible sería una bola de materia oscura, señaló.
Podría ser un objeto luminoso que desapareció en alguna parte, y esté en algún lugar de la galaxia, cree Bonaca, y lo define como "una bala densa de algo".