Los humanos son la única especie conocida que llora en respuesta a la confusión emocional, pero un nuevo estudio encuentra que las lágrimas de reptiles y aves no son tan diferentes.

 

ojo caiman hocico ancho Arianne P Oria

Investigadores recolectando lágrimas de caimán de hocico ancho. (Arianne P. Oriá)

 

Hasta donde conocen los científicos, solo los humanos lloran, es decir, las lágrimas de otros animales no se inspiran en sus estados emocionales, informa Katherine J. Wu para el New York Times. A nivel molecular, las lágrimas son lágrimas.

Una nueva investigación publicada la semana pasada en la revista Frontiers in Veterinary Science, encontró que las lágrimas de aves y reptiles no son estructuralmente tan diferentes de las nuestras.

Aprender cómo y por qué otros animales producen lágrimas podría ayudar a los investigadores a desarrollar mejores tratamientos para los ojos crónicamente secos, dijo a dicho medio la autora principal del estudio, Arianne Pontes Oriá, veterinaria de la Universidad Federal de Bahía de Brasil.

Estudios anteriores examinaron las lágrimas de mamíferos, incluidos perros, caballos, camellos y monos, pero el nuevo estudio lágrimas de lechuzas comunes, guacamayos azules y amarillos, halcones de carretera, caimanes de hocico ancho, así como tortugas bobas, carey y tortugas marinas verdes. A modo de comparación, Oriá y su equipo también recolectaron lágrimas de diez sujetos humanos.

Los análisis encontraron que incluso las lágrimas de cocodrilo siguen la misma fórmula básica que se escurre por las mejillas humanas: moco, agua y aceite. Suspendidos en esa solución acuosa también hay electrolitos salados, urea (que también se encuentra en la orina) y proteínas.

Aunque las aves y los reptiles tienen diferentes estructuras que se encargan de la producción de lágrimas, algunos componentes de este fluido (electrolitos) están presentes en concentraciones similares a las que se encuentran en los humanos, explica Oriá, y agrega que no obstante, las estructuras cristalinas están organizadas de diferentes formas para garantizar la salud de los ojos y el equilibrio con los distintos entornos.

Con la ayuda de 65 animales cautivos y 10 personas, los investigadores utilizaron pequeñas tiras de papel absorbentes (o en el caso de las tortugas marinas bobas, una jeringa) para recolectar muestras de lágrimas de manera humanitaria.

Algunas de las diferencias fueron sutiles: los reptiles y las lágrimas de aves tienen concentraciones ligeramente más altas de electrolitos como el sodio. Oriá dijo a National Geographic que esta variación puede ser para ayudar a proteger sus ojos de la inflamación causada por su entorno, que para los reptiles acuáticos y las aves en el estudio a menudo es aire o agua en movimiento rápido.

Las lágrimas de caimán fueron mucho más duraderas, y aunque los investigadores aún no están exactamente seguros de por qué, Oriá dice que puede deberse a proteínas agregadas presentes en las lágrimas. Las lágrimas del caimán permiten que estos reptiles escamosos pasen sin parpadear hasta dos horas seguidas, según el Times.

 

 

comparacion lagrimas Arianne Oria

Los patrones de cristal de las lágrimas secas de un guacamayo azul y dorado (A); loro amazona de frente turquesa (B); lechuza común (C); halcón de carretera (D); tortuga de patas rojas (E); tortuga boba (F); y caimán de hocico ancho (G). (Arianne P. Oriá)

 

Estas proteínas pueden ser responsables de patrones de cristalización únicos que el equipo observó cuando secaron las lágrimas de caimán. Las lágrimas de las tortugas marinas también exhibieron patrones cristalizados llamativos, como copos de nieve, cuando se secaron.

Las tortugas marinas tenían las lágrimas más gruesas del grupo, formando una capa pegajosa encima de los ojos de las tortugas. Estaslágrimas cargadas de moco de las tortugas ayudan a evitar que se laven bajo el agua y protegen los ojos de las tortugas del océano salado.

“Este conocimiento ayuda en la comprensión de la evolución y adaptación de estas especies, así como en su conservación”, dice Oriá en un comunicado.

Comprender las adaptaciones que utilizan varias criaturas para mantener a sus mirones lubricados y saludables también puede inspirar nuevos tratamientos para personas y animales con problemas oculares.