Investigadores rusos del Laboratorio de Física de Altas Energías CERN han diseñado un singular detector de cáncer que permite identificar tumores malignos pequeños en las primeras etapas de la enfermedad para sanarlos con éxito.
Por sus características, el novedoso equipo no tiene análogos en el mundo.
El pequeño dispositivo parecido a un bolígrafo ya se ha sometido a pruebas prácticas en operaciones quirúrgicas reales. Para la medicina nuclear que permite solucionar las tareas más complicadas de tratamiento de enfermedades oncológicas, el nuevo equipo tiene fundamental importancia. Imaginémonos a un paciente con una forma de cáncer poco común: un tumor neuroendocrino de solo cinco milímetros. Con los métodos tradicionales resulta prácticamente imposible detectarlo y alcanzarlo. El nuevo equipo lo hace perfectamente posible. El proceso es así: el tumor es marcado con un radioisótopo especial. La sustancia radiactiva se acumula solamente en las células afectadas que empiezan a generar un “fondo radiactivo”. En una intervención quirúrgica, el detector capta esta radiación facilitando la extirpación de la totalidad del tumor. De esta manera se evita todo riesgo de regeneración del mismo.
El aparato está basado en una tecnología desarrollada para registrar partículas en el Gran Colisionador de Hadrones, explicó a La Voz de Rusia el coordinador del grupo de desarrollo de equipos detectores en el Laboratorio CERN y asesor del director del Instituto de Física Teórica y Experimental, Evgueni Grigóriev:
—Esta tecnología parte del principio de conteo, a diferencia de sus análogos disponibles elaborados hace diez años con base en el principio de integración. Su ventaja consiste en una mayor sensibilidad: se registran todas las partículas sin excepción. Las tecnologías actuales suponen el registro de gran cantidad de partículas para obtener una señal electrónicamente visible, pero nuestro equipo es mucho más sensible.
Hay también otra ventaja importante. El aparato ruso es mucho más barato que sus análogos extranjeros. Así, un detector estadounidense cuesta cincuenta mil euros. Y el ruso, apenas varias decenas de euros. Prácticamente, es equiparable a dispositivos desechables, pero al mismo tiempo es universal y técnicamente mejor que el norteamericano. Hace posible tratar enfermedades raras y mejorar la calidad de la cirugía en su conjunto. Acota Evgueni Grigóriev:
—El cirujano puede extirpar el tumor y las metástasis que lo rodean en menos tiempo y con mayor eficacia. Los ensayos preclínicos han demostrado que este equipo es capaz de localizar algunos microtumores invisibles para la tomografía por emisión de positrones.
A estas alturas, los nuevos detectores de cáncer solo se fabrican en condiciones de laboratorio y no son más de varias decenas por partida. Estas cantidades son necesarias para llevar a cabo las pruebas clínicas programadas. Después se procederá a certificar el aparato y en medio año más comenzará su comercialización en otros países.
La Voz de Rusia, 11-02-2013