Un técnico de rayos X, de 60 años de edad, murió días después recibir una segunda dosis de la vacuna Pfizer contra el coronavirus COVID-19 en los Estados Unidos.
Tim Zook y su esposa. Facebook
La víctima, Tim Zook, de Santa Ana, California, se sentía orgulloso de haberse vacunado y mostró la foto de su brazo pinchado y su cartilla de vacunación en las redes sociales. Nada hacía prever un trágico final.
Pero solo unas horas después Zook sufrió un malestar estomacal en el trabajo y comenzó a tener dificultades para respirar. Sus colegas lo acompañaron a la sala de emergencias del South Coast Global Medical Center, desde donde envió un mensaje de calma a su esposa Rochelle para que no se preocupe.
En el centro médico pensaban que padecía COVID-19 e insuficiencia cardíaca congestiva, pero varias pruebas de coronavirus arrojaron resultado negativas.
Ante la gravedad, Zook recibió oxígeno y lo colocaron en un ventilador unas 36 horas más tarde y lo trasladaron al Centro Médico de la Universidad de California en Irvine para recibir tratamiento especializado.
La esposa narró que la llamaron para decirle que “…sus riñones están fallando. Necesita estar en diálisis. Si no es así, podría morir, pero también existe la posibilidad de que tenga un ataque cardíaco o un derrame cerebral durante la diálisis porque su presión arterial es muy baja”, detalla el diario británico Metro.
Luego, los médicos advirtieron a Rochelle que “tendría daño cerebral y sería un vegetal” si lograban salvar a su cónyuge de un cuarto código azul. Tim murió unas horas después. La viuda contó que su difunto esposo estaba en general muy sano. Tenía la presión arterial alta que había sido controlada con medicamentos y tenía un ligero sobrepeso. Rochelle dijo que era saludable, nunca lo habían hospitalizado.
La muerte de Zook ha sido reportada al Sistema de Notificación de Eventos Adversos a las Vacunas, que es administrado por los Centros para el Control de Enfermedades y la Administración de Alimentos y Medicamentos del gobierno de EE.
Su causa de muerte figura actualmente como “inconclusa” por el forense del condado de Orange, y se espera que un informe de toxicología tarde meses.
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