Por Lance D. Johnson
(Natural News) A pesar de que las muertes en masa están asociadas con la vacuna de ARNm de proteína de espiga, este programa experimental aún no se ha detenido. A pesar de que Pfizer y la FDA sabían que hubo 1,223 muertes por la vacuna en los primeros tres meses de su implementación, la autorización de uso de emergencia continuó. No sólo es poco científico, sino que también es falso y amoral clasificar las muertes posteriores a la vacunación como “muertes inexplicables”. Los patólogos y los médicos forenses no tienen más remedio que investigar cómo estas vacunas están matando a ciertas personas. Las autopsias y la evidencia patológica muestran que las vacunas de covid-19 inducen daño cardiovascular, agotamiento del sistema inmunitario y enfermedades autoinmunes graves.
Destrucción de la fibra muscular del corazón. Reutlingen Institut
Patólogos alemanes presentan evidencia microscópica de que los brotes de COVID-19 causan “turbulencias linfocitarias”, lo que conduce a un fallo orgánico
Los catedráticos alemanes de patología Arne Burkhardt y Walter Lang ofrecieron una rueda de prensa en la que presentaron resultados de diez autopsias de personas que murieron poco después de recibir vacunas contra el covid-19. Las personas del estudio eran mayores de 50 años y murieron en diferentes intervalos en las dos semanas siguientes a su vacunación. Después de estudiar microscópicamente muestras de tejido del fallecido, los patólogos encontraron algo fuera de lo común, pero común entre cada muestra: señalan la ocurrencia de un “motín de linfocitos” en los diez cuerpos autopsiados. Los patólogos encontraron un número exagerado de linfocitos en varios tejidos, incluyendo el hígado, los riñones, el bazo y el útero. Los linfocitos atacaron agresivamente el tejido de estos órganos, causándoles daños.
Es más que probable que esta pesadilla autoinmune sea una consecuencia potencialmente mortal de la vacunación contra el covid-19. Burkhardt y otros dos patólogos confirmaron que las vacunas iniciaron esta patogénesis en cinco de los diez casos estudiados. En dos de los casos, la vacunación fue declarada causa “probable” de muerte. Un caso está por evaluar y las otras dos muertes son “más bien coincidentes” o “posiblemente” causadas por la vacuna.
Un médico alemán, el catedrático Peter Schirmacher, investigó cuarenta autopsias de personas que murieron en las dos semanas siguientes a la vacunación contra el COVID-19. Mostró detalles microscópicos de los graves daños tisulares causados por las vacunas; llegó a la conclusión de que un tercio de las personas falleció directamente a causa de la vacunación, ya sea por trombosis de venas cerebrales o por enfermedades autoinmunes.
Las vacunas contra el covid-19 reprograman el sistema inmune innato y adaptativo, disminuyendo los niveles de interferón frente a futuras infecciones
Muchas de las muertes posteriores a la vacunación no se atribuyen a la vacuna porque la miocarditis linfocítica rara vez se detecta macroscópicamente y no se reconoce histológicamente. A pesar de que este problema de salud se presenta con mayor frecuencia en los jóvenes y los ancianos después de la vacunación contra el covid-19, la miocarditis linfocítica se confunde a menudo con un infarto general y se achaca a otras causas. Burkhardt explica que entre los efectos secundarios más letales de la vacuna se encuentran los fenómenos autoinmunes. Entre los fallecidos se detectaron tres enfermedades autoinmunes extremadamente raras. Entre ellas se incluyen el síndrome de Sjogren, la vasculitis leucoclástica de la piel y la enfermedad de Hashimoto. Otros efectos adversos potencialmente mortales incluyen una reducción de la función del sistema inmunitario, daño vascular, vasculitis, perivasculitis y aglomeración de eritrocitos.
Grumos de eritrocitos. Los eritrocitos normales siempre deben estar solos, no aglomerados. Reutlingen Institut
Un estudio proporciona más evidencia de que las vacunas contra el COVID-19 reprograman el sistema inmune innato y adaptativo, preparando al cuerpo para el agotamiento inmunológico, la interferencia del virus y el cáncer. Los investigadores observaron que las células inmunitarias de los “doblemente vacunados” producían significativamente menos interferón (IFN-?) cuando se estimulaba más tarde. “Esto puede obstaculizar la respuesta inmune innata inicial contra el virus, ya que se ha demostrado que las deficiencias en TLR7 provocan una mayor susceptibilidad al COVID-19 en varones jóvenes”, escribieron los investigadores. En resumen, los vacunados experimentan facetas críticas de su sistema inmunológico innato debilitado y agotado. Este vaciamiento inmunitario puede no estar vinculado a la vacuna, porque siempre se puede etiquetar como causa una nueva variante de infección o un diagnóstico de cáncer.
Burkhardt arremetió contra los actuales estándares de codificación médica utilizados al expedir los certificados de defunción. Los calificó de “completamente inadecuados” y “en última instancia sin valor en cuanto a descripción del estado de órganos y sistemas” porque hacen generalizaciones vagas y no se refieren a pruebas patológicas específicas. ¿Cómo pueden los funcionarios de salud pública y los médicos hacer algún progreso en cuanto al COVID-19 y medidas de prevención eficaces si la causa de la muerte se generaliza flagrantemente y se ignoran las pruebas patológicas?
Traducción de Con nuestro Perú de “Pathological evidence shows how covid-19 vaccinations cause lymphocytes to attack the body’s own organs” en Natural News 07-12-2021
https://www.naturalnews.com/2021-12-07-covid-vaccinations-cause-lymphocytes-to-attack-organs.html
Nota.- El artículo se refiere a las vacunas Pfizer, Moderna, Johnson & Johnson y AstraZeneca. En vacunas como Sinopharm, Sinovac y Sputnik V no se observa estos efectos graves.
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